martes, 22 de julio de 2008

El reto agrícola de Cuba

El reto agrícola de Cuba
Fernando Ravsberg
BBC Mundo, Cuba

El viernes pasado el gobierno de Raúl Castro publicó un decreto-ley que
regula la entrega de tierras a todos aquellos que quieran trabajarlas.
Serán otorgadas por 10 o 25 años renovables, de forma gratuita, con la
única condición de hacerlas producir.

Sin embargo, la situación de la agricultura parece muy compleja y la
tenencia de la tierra -mayoritariamente en manos de granjas estatales-
podría ser el mayor de los problemas.

Pero evidentemente no es el único.

En un viaje que hicimos este fin de semana al norte de la provincia de
Pinar del Río nos encontramos con un ambiente desolador, montes de
marabú (un arbusto espinoso, muy resistente y de rapidísima
reproducción), tierras sin cultivar que pronto serán invadidas y muy a
lo lejos una leve esperanza de que las cosas mejoren.

Los hombres y mujeres con los que conversamos, cooperativistas y
campesinos privados, son los que producen la mayor parte de los
alimentos en Cuba, esto a pesar de que sólo cuentan con el 20% de las
tierras cultivables del país.

"Los jóvenes no quieren trabajar la tierra, es que se paga muy poco. Mi
yerno por ejemplo trabaja mi vega, siembra 10.000 posturas de tabaco y
recibe por eso sólo $2.000 (US$ 80) y US$15", nos explica la señora
Milagros Clavelo, de Santos Cruz.

Pocos incentivos

Es verdad, no muchos quieren continuar en el trabajo agrícola. En el
campo no sólo se gana poco dinero sino que además hay escasa recreación,
solo "juntarse los domingos a beber saltapatras (aguardiente casero)",
nos explica un joven.

A Luis Rodríguez lo encontramos este domingo descalzo, con el agua
fangosa casi hasta las rodillas, recogiendo posturas de arroz para
sembrarlas. Es un obrero agrícola que podría convertirse en uno de los
beneficiados por el reparto de tierras que se acaba de anunciar.

"Yo gano $50 diarios (US$2) trabajando para pequeños campesinos, y sí
aceptaría tierras, pero nada más una caballería que es lo que puedo
trabajar y eso si me garantizan el arado, que ahora sólo se lo dan a los
que siembran tabaco", nos dice Luis.

Raúl Benítez tiene alrededor de 7 hectáreas en el pueblo de Santos Cruz,
donde se acaban incluso los caminos de tierra y no llega ni la luz
eléctrica. Él no quiere más terrenos aunque se los regalen.

"Con qué las voy a sembrar si sólo le venden combustible a los del tabaco".

"Los que producimos cultivos varios (la comida de la población)
necesitamos también apoyo", dice Benítez, pero agrega que su tierra "se
la dio Fidel a mi padre" y nos cuenta que en la escuelita de su hijo
sólo hay 3 niños pero tienen una maestra, planta solar, computadora y
televisión.

"Los guerrilleros"

En el pueblo de Palma Rubia, Raúl Martínez trabaja con su suegro en una
finca privada forestal de la que el gobierno le "autoriza a cortar sólo
250 pies de madera al año", es decir unos 3 árboles, algo que sin duda
beneficia a la ecología local pero no al campesino.

Curiosamente, él no quiere tractores para arar, "lo mejor es la yunta de
bueyes", me dice, y me explica que en su zona el tractor "penetra
demasiado en la tierra, saca el barro y lo mezcla con la semilla, dando
un menor rendimiento".

En el mismo poblado, la cooperativa "Los guerrilleros" libran la batalla
con mucho éxito, sus tierras son un vergel, el secreto es que los
campesinos reparten las ganancias al 50% con el Estado, ganan $1500 al
mes (US$ 63) más la comida y los ingresos extras.

A poca distancia una granja estatal, la "Ernesto Guevara", se anuncia
con un enorme cartel que no logra tapar los campos llenos de marabú y
malezas, que convierten el nombre del creador del trabajo voluntario en
una trágica ironía.

Más inversión

En lo que parece haber acertado el nuevo gobierno es en trasladar las
decisiones desde el gigantesco edificio del ministerio de Agricultura a
los municipios, porque los problemas son tan diferentes y variados que
las soluciones sólo podrán encontrarse en el terreno.

Si el presidente Raúl Castro quiere desarrollar la agricultura, tal y
como ocurrió con el turismo o la biotecnología, tendrá que invertir
igual que se hizo en esos sectores: el déficit es tan grande que el
campo difícilmente podrá levantarse solo.

Los campesinos reclaman equipos -arados, sistemas de riego,
transportes-, herramientas; insumos que incluyen elementos tan básicos
como los postes, el alambre y las grampas para sujetarlo, fertilizantes,
pesticidas, semillas de calidad y combustible.

Pero también exigen otras condiciones de vida, mejores viviendas,
mayores salarios, ropa de trabajo adecuada e incluso recreación, de lo
contrario será muy difícil que las nuevas generaciones opten por el
campo, aunque les regalen las tierras.

Nota de BBCMundo.com:
http://news.bbc.co.uk/go/pr/fr/-/hi/spanish/business/newsid_7517000/7517785.stm

Publicada: 2008/07/21 22:44:30 GMT

http://newsvote.bbc.co.uk/mpapps/pagetools/print/news.bbc.co.uk/hi/spanish/business/newsid_7517000/7517785.stm

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