jueves, 14 de enero de 2010

EL SUCRE: YA NO COMPRENDO NADA

EL SUCRE: YA NO COMPRENDO NADA
2010-01-14.
Elías Amor, Economista ULC

(www.miscelaneasdecuba.net).- Desde que se anunció la creación del sucre
como moneda "virtual" para regir los intercambios comerciales entre los
países integrantes del ALBA, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador,
Dominica, Antigua y Barbuda y San Vicente y Las Granadinas, junto a
Cuba, la gran duda se centró en cuál sería el valor de la moneda. Esa
duda ya se ha despejado. Pero también aparecen sorpresas.

La primera sorpresa ha sido la fijación de la paridad con el dólar para
la nueva moneda de 1,25 dólares por sucre.

La segunda es precisamente consecuencia de la primera. Si el sucre ha
nacido, y cito textualmente al ministro de finanzas de Chávez, "lo que
buscamos con el Sucre es la creación de un mecanismo que nos permita
crear una nueva arquitectura financiera, que nos permita romper con la
dependencia del dólar en las operaciones de intercambio comercial, entre
las naciones que conforman" entonces, ¿qué sentido tiene fijar la
paridad con el dólar?

La tercera es que de las múltiples opciones que tenían, han elegido, sin
lugar a dudas, la menos beneficiosa para fijar la paridad. Vamos a
exponer con detalle el alcance de esta nueva torpeza económica.

Primero, la apuesta por un determinado valor para el tipo de cambio de
una moneda que se crea ex novo es muy complicada. Sobre todo, cuando se
trata de una moneda virtual, de circulación restringida y limitada a los
intercambios comerciales entre países y que, por tanto, carece de otras
funciones básicas del dinero, como depósito de valor o unidad de cuenta.

El hecho de que el sucre aparezca junto a las monedas oficiales
existentes en estos países y que venga a sustituir al dólar como medio
de intercambio comercial, supone otorgarle un valor limitado e
instrumental, cuyas consecuencias ya se observarán con el tiempo. En la
Economía, este tipo de decisiones, a la larga, terminan siendo
sancionadas por el mercado. Desde una hiperinflación de sucres, hasta el
abandono de este medio de pago por su ineficiencia. Cualquier cosa pueda
ocurrir.

Segundo, la elección de un tipo de cambio que, al menos en principio,
sitúa al dólar como moneda débil respecto al sucre, es muy arriesgada.
Los que han diseñado esta paridad tendrán sus opiniones e indicadores
para sostener esta decisión, pero observado desde la distancia que
ofrecen los acontecimientos al analista externo, no creo que se haya
acertado con el tipo de cambio. Más bien, se ha ido en la dirección
equivocada.

Es cierto que puede haber influido la cotización del euro con el dólar,
pero dudo que alguien pueda identificar algún tipo de relación entre las
economías que integran la Unión Europea y los países del ALBA, con todos
mis respetos.

Además, si se hubieran preocupado por analizar las repercusiones que
tiene un euro fuerte frente al dólar, se habrían dado cuenta de la
inquietud de los productores nacionales europeos que no tienen forma de
hacer frente a la mayor competitividad de la oferta de Estados Unidos.

Tercero, y consecuencia de lo anterior. La elección de una paridad
favorable del sucre reduce de forma automática la competitividad de la
producción nacional respecto de la moneda débil, en este caso, el dólar.
Es cierto que el sucre sólo va a funcionar dentro del ALBA, pero con la
paridad establecida, la obtención de sucres por los países se podrá
vincular al valor de sus reservas en dólares, y de ese modo obtener la
referencia de la nueva moneda virtual.

Por lo tanto, en función de la posición cambiaria que tengan sus monedas
oficiales con el dólar, que sí que cotizan en los mercados
internacionales y por tanto van a reflejar de forma objetiva su
situación macroeconómica y la eficacia relativa de sus políticas, su
capacidad para obtener dólares será mayor o menor, y por tanto, como
consecuencia, su disponibilidad de sucres vendrá condicionada por esas
reservas.

Situémonos en el caso de Cuba. Un país fuertemente endeudado y que
carece de recursos para hacer frente a sus responsabilidades con el
exterior, como consecuencia de una estructura económica poco
competitiva, dirigida por el aparato político y burocrático, y sin
propiedad privada empresarial.

¿De dónde van a salir los dólares para formalizar dotación de sucres con
los que realizar los intercambios dentro del ALBA? O es que ¿Venezuela
gentilmente otorgará una dotación de sucres de forma condicional a la
Isla para que pueda asumir el coste de los intercambios? Si esto es así,
entonces para qué fijar la paridad con el dólar.

Estamos hablando, qué duda cabe, de un tema de credibilidad de política
económica. Una cuestión que estos países del ALBA no parecen otorgarle
mucha importancia, y que es fundamental para mejorar el crecimiento
económico, el bienestar y calidad de vida de los ciudadanos.

Los gobiernos deben esforzarse por crear condiciones estables y
predecibles para el crecimiento de sus economías, sobre la base de la
empresa privada y competitiva. Los manejos monetarios y cambiarios, a
largo plazo, terminan arruinando la base económica y social de un país.

La entrada en funcionamiento del sucre y su eventual utilización en el
ALBA no es la solución más adecuada para el futuro de estos países, sino
que su política económica debería ir dirigida a potenciar su
productividad, a mejorar su competitividad por la vía de la inversión en
educación, conocimiento e infraestructuras.

Cuando escucho a estos mandatarios hablar de "soberanía económica y
monetaria", "eliminación del dólar", "nueva arquitectura financiera" no
puedo más que pensar en el incierto futuro que cabe esperar para sus
países, sus ciudadanos y sus economías. Más dudas e incertidumbre.

EL SUCRE: YA NO COMPRENDO NADA - Misceláneas de Cuba (14 January 2010)
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=25132

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