viernes, 16 de abril de 2010

LA CONCENTRACIÓN DE ACTIVIDAD ECONÓMICA AGRÍCOLA MILITAR EN CUBA: UNA SOLUCIÓN O UN PROBLEMA

LA CONCENTRACIÓN DE ACTIVIDAD ECONÓMICA AGRÍCOLA MILITAR EN CUBA: UNA
SOLUCIÓN O UN PROBLEMA
2010-04-16.
Elías Amor, Economista ULC

(www.miscelaneasdecuba.net).- El diario Granma, que suele prestar
especial atención a las noticias económicas de la Isla, se pregunta en
un interesante artículo de Juan Varela y Pedro de la Hoz, que abre una
serie: "¿Quién dice que la empresa estatal socialista es inviable?" en
referencia a la experiencia de la Unión Agropecuaria Militar. La
respuesta no puede ser otra: con toda la modestia, yo mismo.

No existe una sola empresa socialista viable, y considero que la
experiencia de la Unión Agropecuaria Militar ni puede, ni debe ser útil
ni para la gestión empresarial de Cuba, ni para nadie. ¿Cuándo han sido
los militares gestores empresariales eficientes? Otorgar a quién tiene
la honrosa misión de defender y proteger a los ciudadanos de un país la
gestión empresarial, es sólo un ejemplo más de la enloquecida situación
actual de la economía cubana, y por qué no puede funcionar.

La dirección militar no tiene nada que ver con la dirección empresarial.
No me extraña, por ejemplo, que "Murilo cuente dos veces al día los
animales a su cargo y lleve números exactos de la progresión de su
peso". Ese recuento cuartelero no se corresponde con la eficacia de la
gestión de las empresas modernas que se basa en buscar nuevos mercados,
servicios, productos y necesidades para ofrecerlos en condiciones
competitivas y de calidad, todos los días.

Otro ejemplo, la doctora en ciencias Caridad Robaina, "que predica con
su ejemplo en las casi dos décadas que lleva en la agricultura ha estado
siempre en el surco, con los pies en la tierra". Y yo me pregunto, ¿para
qué Caridad? En un entorno empresarial y competitivo, tu puesto no
estaría posiblemente ahí, aunque reconozco que te puede gustar.
Seguramente estarías dirigiendo la investigación y el desarrollo de
nuevos productos en un entorno de tecnología avanzada y con un equipo a
tu cargo al que podrías pedir y exigir responsabilidades. Nada que ver
con esa Unión Agropecuaria Militar UAM del Minfar a la que perteneces y
en la que compartes el resultado de tu esfuerzo con otras 25.000
personas. ¿Para qué? ¿Qué obtienes de todo eso?

Y así todos los ejemplos que se citan en el artículo, Nelson, Papito,
llegan a aburrir con la letanía de la ineficiencia y de hacer las cosas
como no se tienen que hacer. Al menos, en una economía de mercado y de
propiedad privada que, indudablemente, funciona mucho mejor que la
centralizada y planificada cubana.
Al parecer, la tesis que sostienen los autores es que "las
circunstancias obligan.

Al desaparecer la Unión Soviética y derrumbarse el campo socialista en
Europa, Cuba perdió, de golpe y porrazo, el 85% de su comercio exterior
y descendió bruscamente en un 35% el Producto Interno Bruto". Hasta aquí
todos de acuerdo. Lo mejor habría sido poner punto y final entonces a
una época de despilfarro, ineficiencia y pérdida de competitividad y
generar condiciones para la rápida transformación económica del país.
Pero, claro, primero estaba la "batalla de las ideas" y demás propaganda
contra el enemigo del imperio.

Entonces apareció la solución, y "las Fuerzas Armadas Revolucionarias
requerían no solo mantener sino incrementar su vitalidad, y una parte
fundamental de la logística debía encaminarse hacia la cobertura de las
necesidades de alimentación de las tropas" asumieron un papel que en
ningún otro país del mundo civilizado podrían tener.

Haciendo un poco de historia, "el 11 de julio del 2008, al clausurar la
primera sesión ordinaria de la séptima legislatura de la Asamblea
Nacional del Poder Popular, el General de Ejército Raúl Castro evocó
aquel momento crítico con las siguientes palabras: Primero dijimos que
los frijoles eran tan importantes como los cañones, y cuando la
situación se agravó, llegamos a afirmar que los frijoles eran más
importantes que los cañones. ... No hubo lamentos ni justificaciones.
Las tropas marcharon a los campos agrícolas y en un plazo relativamente
breve produjeron sus alimentos. ... De forma simultánea se fueron
organizando las estructuras empresariales que asumieron gradualmente
esas producciones, y los combatientes regresaron a sus actividades
habituales. Se creó la Unión Agropecuaria Militar, cuyas siglas dicen UAM".

Y entonces, el gigante creció y creció, sin control y absorbiendo cada
vez más y más funciones que no le corresponden. Actualmente, "la UAM
cuenta con 12 empresas agropecuarias militares provinciales —en el caso
del territorio habanero son dos, la del este y la del Oeste—, la empresa
agroforestal de montaña Coronel Arturo Lince González, en Guantánamo, la
pecuaria genética Niña Bonita, cerca de la capital; una entidad de
Servicios Generales y otra de Aseguramiento Agropecuario —a esta última
se adscriben talleres integrales territoriales y una unidad
constructora—; el centro de producción y desarrollo Agrofar, en Villa
Clara; la granja militar integral Atabey, el complejo acuícola Juan
José, y la sociedad mercantil Cubagro S. A.

Otras dos empresas se definen por la especificidad de sus producciones:
la de Motembo, en el norte de Villa Clara, con un peso decisivo en
frutales, y la de más reciente creación, Cubasoy, en Ciego de Ávila,
para el fomento de la soya". Y todavía hay quién piensa que en Cuba no
se puede hacer una transición a la economía de mercado libre. ¿Sabemos
cuál es el valor de todo ese sector empresarial que pertenece al Estado?.

¿Es razonable propiciar en manos del ejército el crecimiento de una
empresa de estas características? ¿Tiene sentido impulsar la
transformación económica de un país poniendo a disposición de quiénes
tienen la fuerza de las armas la gestión de la economía? Tengo mis
serías dudas. Seguiremos tratando de desentrañar estas claves económicas
del castrismo raulista.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=27196

No hay comentarios:

Publicar un comentario