lunes, 2 de enero de 2012

El camino de Raúl Castro hacia la supervivencia económica de Cuba

Internacional

El camino de Raúl Castro hacia la supervivencia económica de Cuba
La crisis económica internacional ha obligado al presidente cubano a
emprender una serie de reformas «inaplazables»
agencias / madrid
Día 02/01/2012 - 13.53h
reuters

A los 53 años del triunfo de la revolución de Fidel Castro contra la
dictadura de Fulgencio Batista, Cuba se encuentra en medio de un
profundo proceso de reformas con el que Raúl Castro intenta salvar el
modelo de Gobierno vigente durante el último medio siglo.

El proyecto político y económico que desarrolla el hermano de Fidel
Castro dista considerablemente del modelo puesto en marcha tras el
triunfo de la revolución en Santiago de Cuba un 1 de enero de 1959.
Atrás quedaron las expropiaciones de tierras y la nacionalización del
aparato productivo cubano.

La revolución ha dado muchos giros desde sus comienzos. Ya no es Fidel
quien lleva las riendas de esta nación caribeña. Una enfermedad
gastrointestinal le apartó del poder en 2006 y, desde entonces, es su
hermano Raúl quien conduce el destino de más de once millones de
cubanos. Aunque la oposición insiste en afirmar que «Raúl es igual a
Fidel», no cabe duda que la situación en la isla ha cambiado un tanto en
los últimos seis años.
Cambios económicos

La crisis económica internacional ha obligado a emprender una serie de
reformas «inaplazables». El paquete de 313 medidas, ratificado el pasado
abril, va orientado a reducir todos los subsidios, buscar alternativas
de financiación, reactivar el aparato productivo, promover la inversión
extranjera y reubicar en trabajos privados a unos 500.000 empleados
públicos que comenzaron a ser despedidos.

El proyecto contempla una serie de cambios que abarcan desde los
aspectos más domésticos hasta políticas macroeconómicas como la
reestructuración de la deuda externa, la sustitución de importaciones
por exportaciones, la producción interna y la necesidad de atraer mayor
inversión extranjera que reactive el empleo, entre otras.

Pero gran parte de la salvación es responsabilidad de los cubanos que se
adhieran al naciente sector privado. Más de 357.600 permisos para
trabajo por cuenta propia han sido concedidos desde octubre de 2010,
cuando el Gobierno abrió la puerta a los autónomos por primera vez en
medio siglo. Los cubanos pueden ahora desarrollar trabajos en cualquier
de las 178 actividades autorizadas como la venta de alimentos (en todas
sus modalidades), vendedor de CD y el comercio de artículos varios de
uso en el hogar, entre otras.

Otra de las novedades es que el Estado ha entregado a los campesinos más
de 1,38 millones de hectáreas, de las cuales más del 70% están siendo
explotadas. Los cubanos también pueden comprar inmuebles y vehículos
modernos, pero además ya pueden adquirir materiales de construcción -en
las nuevas tiendas creadas por los autónomos- para reformar sus
deterioradas viviendas.

Por primera vez en la historia de la revolución, los cubanos pueden
pedir créditos que deberán pagar con sus respectivos intereses y todos
los trabajadores por cuenta propia están obligados a declarar impuestos,
lo que ha introducido una nueva cultura tributaria que antes era casi
impensable en la isla.
Represión política

La oposición se muestra muy escéptica en cuanto a los resultados
positivos que pueda tener esta nueva etapa de la vida cubana. «Nada de
lo que se ha hecho ha sido favorable, porque más que ser una revolución
esto ha sido una involución desde todo punto de vista», advierte la
economista Martha Beatriz Roque.

Para esta expresa del Grupo de los 75 cambio «es una palabra muy fuerte
con respecto a las modestas variaciones estamos viendo». Este vuelco en
la política tras más de 50 años de gobierno, obedece a que la revolución
«está pasando por un momento muy difícil» y necesitan «algo para
intentar salvarlo».

Por su parte, el periodista independiente Guillermo Fariñas opina que en
Cuba «no se pueden realizar cambios económicos hasta que no se hagan los
cambios políticos». Y es que todos los meses las organizaciones civiles
en la isla informan de decenas de detenciones arbitrarias de disidentes
que piden más aperturas y libertades en Cuba.

Castro sorprendió en la víspera de Navidad anunciando la excarcelación
de 2.900 presos, que se sumarán a los 52 opositores de la Primavera
Negra de 2003 que fueron excarcelados entre 2010 y 2009, gracias a la
mediación de la Iglesia Católica y España.

Una cantidad insuficiente, para las organizaciones de Derechos Humanos,
que estiman la población penal en 80.000 reclusos. Mientras tanto, se
sigue a la espera del levantamiento de las restricciones que impiden a
los cubanos salir libremente de la isla.

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