martes, 21 de agosto de 2012

Cuba Post-Chávez

Hugo Chávez

Cuba Post-Chávez

El gobierno venezolano actual no es la excepción de ese flagelo que
azotó casi todo el siglo XX latinoamericano, "El Caudillismo"

Alfredo Fernández, La Habana | 21/08/2012 9:13 am

Mucho se ha hablado del reacomodo raulista luego del traspaso de poderes
de Fidel Castro a finales de julio del 2006. Para muchos, el éxito del
Gobierno encabezado por el menor de los hermanos Castro es el de haber
logrado consolidar una transición con "muchas promesas y pocos cambios",
por lo que bien la situación actual de Cuba merece una lectura en
términos de continuidad en el poder de la figura de Fidel Castro, o bien
de lo que ya resulta para muchos una Cuba post Castro con los Castro(s),
esta rareza y no otra, es acaso el mayor éxito del raulismo en el
sexenio que ya lleva de ejercicio.

Vale aclarar que las relaciones Cuba-Venezuela se han mantenido en un
estado inalterable. La dependencia económica con la que la Cuba de hoy
efectúa sus relaciones con el país latinoamericano, a ratos recuerda a
la de la antigua URRS. Los hermanos Castros más que crear un modelo
económico autosustentable luego de la caída del "Muro de Berlín",
optaron por el intercambio de bienes materiales por símbolos con el
presidente Chávez. Quien, a cambio de asistencia médica, deportiva y de
otros servicios, recibe de primera mano una ideología que si bien es
arcaica y fracasada, cuenta con los resortes de populismo necesarios
para hacerlo permanecer en el poder.

El imponderable del cáncer que invade a Chávez hace poco más de un año,
a no dudar, vino a complicarles las cosas a la "Cuba post-Castro con los
Castro(s)", o a lo que es lo mismo, a la actualización del modelo que a
título de "lineamientos" lleva a cabo el General Presidente. Más allá de
que Chávez pueda permanecer en el Palacio de Miraflores luego del
próximo 7 de octubre, como todo parece indicar, en verdad su gran
enemigo a derrotar es su enfermedad, al parecer un adversario mucho más
dificultoso que su opositor Henrique Capriles.

Una desaparición física del presidente Chávez en los próximos meses
sería un agente catalizador para el gobierno del menor de los Castro. Un
simple dato en el área de los hidrocarburos arroja que el 50 % del
petróleo que consume diariamente Cuba, llega a precio de subsidio de
Venezuela.

El gobierno venezolano actual no es la excepción de ese flagelo que
azotó casi todo el siglo XX latinoamericano, "El Caudillismo". Chávez es
una figura que bien con sus altas y bajas ha sabido por 13 largos años
mantener, alternar y sobre todo crear expectativas y esperanzas a buena
parte de la nación venezolana. Así, también ha sabido elegir los
enemigos de ocasión que a todos los caudillos le son imprescindibles
para mantener a un pueblo en vilo, dosificándolo constantemente con
justificaciones que siempre están a mano al ocurrir lo endémico a todo
colectivismo; pésimo manejo de la economía y por consiguiente aumento de
la pobreza, violencia y censura a libertad de expresión, de ahí que tal
como bien aprendió de su maestro, Chávez no sea la excepción en eso de
encontrar a un culpable(s) a quien(es) siempre responsabilizar del
inevitable desastre.

La figura al parecer elegida por el PSUV para sustituirlo, el Canciller
Nicolás Maduro, sigue pareciendo ante las cámaras lo que fue en sus
inicios: "un sindicalero de los taxistas de Caracas" y nunca alguien
capaz de sustituir al criticado, excéntrico pero hasta ahora exitoso en
su verdadera empresa, mantenerse en el poder, Hugo Chávez.

Una pronta desaparición física de Chávez, a no dudar, traerá consigo la
desaparición del chavismo como centro de la vida política cultural
venezolana. Junto a esto, también asistiremos a la comprobación
definitiva de cuánto hay de cierto en eso de que el General Presidente
Raúl Castro transita hacia una "Cuba post Castro con los Castros".

Las contenidas y a su vez reducidas medidas tomadas en "La Nueva
Política para la Actualización del Modelo Socialista en Cuba" a título
de "Lineamientos", proceso por el que actualmente atraviesa el país, no
son otra cosa que medidas para garantizar una transición del modelo
Socialista Estatal, copia al papel carbón del de los países del extinto
bloque socialista, al Capitalismo de Estado con base en el modelo chino
y vietnamita.

Esta transición hacia el Capitalismo de Estado de corte Asiático, donde
los hermanos Castro apuestan por los cambios más mínimos a fin de
arribar a la meta reteniendo el mayor poder posible, bien pudiera
afrontar circunstancias diferentes toda vez que el primer suministrador
de las materias primas que hace posible la ralentización a exprofeso de
los cambios ya no esté, más aún si el supuesto sucesor de Chávez opta
por un modelo más prometedor para su país, como el que hoy acometen de
manera exitosa en el área países como Brasil y Chile.

El dato del post-castrismo con los Castros que ya se maneja
indistintamente tanto en la Isla como en el exilio, en verdad no es dato
a fiar, pues su anómala dependencia Chavista, más la total extinción de
la capacidad de éstos para generar resortes de credibilidad en el
sistema, antes Socialista, ahora camino hacia el Capitalista de Estado,
puedo ponerlos en verdaderos aprietos para un venidero 2013.

http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/cuba-post-chavez-279374

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