martes, 18 de septiembre de 2012

El proveedor absoluto

El proveedor absoluto
Martes, 18 de Septiembre de 2012 07:07
Escrito por Odelín Alfonso Torna

Cuba actualidad, Arroyo Naranjo, La Habana, (PD) ¿Se han preguntado de
dónde salen las piedras para las fosforeras recuperadas, la batería del
reloj que reemplazamos con el relojero del barrio, la cinta del celular
HTC con display desplazable que reparamos por no tener dinero suficiente
para comprar otro o la piña troceada que degustamos en la pizza hawaiana
del Barrio Chino?

Si realmente existe algo bienintencionado en el gobierno cubano, dura lo
que un merengue en la puerta de un colegio. Circunstancialmente, el
Estado totalitario suele soltar los amarres y luego tirar del freno
cuando sus intereses peligran. Como se dice popularmente, hay más
dirigentes cambiándole el agua a los pececitos que preocupados por el
futuro económico, político y social del país.

Mientras la activación del mercado mayorista para el sector privado se
encuentra en algún punto del horizonte –invención del erosionado Partido
Comunista-, el Estado cubano va a la zaga en los niveles de oferta y
demanda. La red de cadenas de Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD),
administrada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias, mantiene una
oferta inalterable de ropa de vestir, calzado, electrodomésticos y
útiles del hogar; mientras la insuficiente oferta de artículos de
ferretería, aseo personal, comestibles y otros productos de primera
necesidad, es acaparada por el próspero sector privado y los
revendedores ilegales.

El sector privado en Cuba supera los 300 mil 900 afiliados y más del 60%
trabaja en la venta de alimentos, bebidas, productos textiles,
artesanales e industriales, actividades que generalmente se sostienen
gracias al mercado minorista (TRD y Tiendas de Productos Artesanales e
Industriales).

Desde su reaparición en el año 2010, el sector privado busca proveedores
fuera de Cuba o en el mercado subterráneo, este último abastecido desde
las fisuras que perviven en el control y la distribución estatal.

Pero estas últimas provisiones pudieran tocar fondo en los próximos
meses. Los nuevos mecanismos de auditoría del Estado y el control y la
tarifa progresiva aplicable para el cobro de los derechos de Aduana, sin
dudas desarticularán muchas de las actividades del emergente sector privado.

Según las normas aduaneras que todo viajero debe conocer, vigente a
partir del pasado 3 de septiembre, "en la segunda importación y las
siguientes que se realicen dentro del año calendario, el cálculo de los
aranceles a pagar se realizará en pesos convertibles (CUC)", unidad
monetaria 25 veces superior al peso cubano (CUP).

Lo dicho va contra las candongas habaneras y sus timbiriches de ropa
importada, reciclada o manufacturada en Cuba; de igual manera contra los
cuentapropistas que prestan servicio con materia prima importada y sus
proveedores: las mulas (residentes en el país) que viajan al exterior
con encargos pagados por adelantado.

Pero éste no es el único punto de mira sobre el sector privado. Como no
es posible regular la venta en el mercado minorista u otros desvíos de
recursos hacia la actividad privada, el Estado quiere cortar el mal
desde la mesa del vendedor.

Desde hace unas semanas se hace sentir el peso del gobierno sobre
determinados espacios estatales, autorizados para la actividad por
cuenta propia. La feria de artículos de ferretería, ubicada justamente
frente a la ferretería del complejo de tiendas Carlos III, en el
municipio habanero de Centro Habana, fue desarticulada en un 95 %. De
unos doce puestos de ventas, apenas sobrevive uno, excesivamente
controlado por la policía económica.

En la periferia sur de La Habana, en el Reparto Eléctrico, otra feria ha
perdido el 50% de sus espacios, precisamente por las reiteradas
represalias contra los vendedores autorizados, prohibiéndoles la vente
de determinados artículos.

Según se solicitan diariamente licencias operativas para ejercer el
trabajo por cuenta propia, un numero considerable de afiliados a la
Oficina Nacional de la Administración Tributaria (ONAT) opta por
entregarlas.

En medio de ésta cacería en que el Estado –no sé con qué economía-
aspira ser el proveedor absoluto, me temo que se perderán las piedras
para fosforeras o la piña importada que lleva la pizza hawaiana en el
Barrio Chino de La Habana.

Para Cuba actualidad: odelinalfonso@yahoo.com

http://primaveradigital.org/primavera/economia/51-economia/5211-el-proveedor-absoluto.html

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