jueves, 25 de octubre de 2012

La agricultura estatal sin avances notables

La agricultura estatal sin avances notables

[25-10-2012]

Lucas Garve

Fundación por la Libertad de Expresión



(www.miscelaneasdecuba.net).- Por el momento no se despeja el horizonte

de la agricultura en Cuba. En contra de las buenas voluntades, muchas

barreras reglamentarias, jurídicas, burocráticas, en fin, accionan todavía.



A pesar de las imágenes en los reportajes noticiosos de la Televisión

estatal, las ventas en los mercados agropecuarios estatales o

controlados por el Estado son reducidas y carecen de un abastecimiento

sistemático.



Las UBPC, unidades básicas de producción agropecuaria vinculadas

estrechamente al Estado no se alejan del renglón de ineficiencia e

irrentabilidad. Ellas estarían encargadas de abastecer los mercados

estatales agropecuarios en principio.



Pero en estos mercados, hay poca variedad de productos agropecuarios en

oferta. Generalmente, piñas, mangos, plátano, limón, ajíes, frijoles,

según la estación del año y la carne de cerdo y embutidos constituyen la

base de la oferta, más falta la venta de variedades vegetales, dulces y

comestibles en conserva, etc.



Un ejemplo es el precio de los frijoles en los mercados agropecuarios.

Los casi imprescindibles frijoles negros, colorados o blancos en las

tarimas de los mercados elevan el precio de la libra de estos granos a $

12 y $ 15 la libra. Los granos son uno de los renglones indispensables

en la dieta cotidiana de los cubanos.



Hoy una libra de tomates de regular calidad cuesta $ 10 la libra, $ 20

la libra de cebollas, $ 5 una cabeza de ajo, una col $ 10, una barra de

dulce de guayaba $ 10, una fruta bomba $ 5 la libra y así llega a costar

$ 30 pesos una fruta bomba y por el estilo.



A lo anterior se une que el otro renglón del plato tradicional de los

cubanos, el arroz, a $ 5 la libra, también escasea en estos meses de

finales de año. No en vano, se puede escuchar en boca de muchos

comentarios de que el hambre aprieta.



Hasta ahora una de las vías emprendidas para aumentar la producción

agrícola del país y sustituir importaciones de productos agropecuarios

es la de entregar tierras sin cultivar a quienes voluntariamente deseen

volcarse al campo para convertirse en productores agrícolas.



Unos 2 mil doscientos usufructuarios han obtenido concesiones de tierras

en La Habana. La insistencia gubernamental en promover la agricultura

suburbana como solución de abastecimiento de verduras, granos y otros

renglones agropecuarios a los mercados de la capital muestra por ahora

un resultado bastante poco eficiente.



La distribución de tierras abandonas o denominadas "ociosas" por la

propaganda oficial avanza lentamente a través de un túnel de papeleo y

controles.



Sólo 1 millón 400 mil hectáreas de tierras "ociosas" entraron en el

proceso de concesión de permisos para usufructo en los veinte meses de

aprobada la Ley 259.



Agregue a lo anterior que los flamantes usufructuarios las ocupan con

las manos prácticamente atadas por innumerables controles, sujetos a

producir los frutos que indica el contrato de usufructo.



Cienfuegos, Ciego de Ávila, Camagüey, Tunas son las provincias en donde

este proceso adelanta con cierta agilidad. Sin embargo, usted apreciará

que los resultados no son los esperados para cumplir los objetivos, si

tiene en cuenta que solamente el 46 % del total tierras entregadas

produce algo.



Primero, a causas de las barreras naturales como el marabú y la sequía,

a lo que se añade la falta de experiencia de muchos usufructuarios. Por

otro flanco, en segundo lugar tenemos los niveles de control de la

burocracia. Como mínimo hay tres niveles de funcionarios pertenecientes

al sector agrícola que obstaculizan más que beneficiar a los agricultores.



Para poner el tapón al embotellamiento de la solución agrícola, está la

falta de útiles, herramientas y maquinarias; calzado y vestimentas

adecuadas; escaso apoyo financiero y crediticio, junto a los altos

precios de algunas pocas herramientas que ofertan en tiendas.



En cuanto al incremento de la agricultura suburbana, sucede que los

bajos salarios no ofrecen atractivo a quienes prefieren quedarse en la

puerta de su casa y sobrevivir con la venta de duro frío, cremitas de

leche, turrón de maní, ropas, etc.



Una vez examinado todo este asunto tan crucial para la economía del

país, podrá junto conmigo llegar a la conclusión que aún no vislumbramos

con nitidez los logros perseguidos en beneficio de la agricultura.



http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=37464

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