martes, 25 de febrero de 2014

Estanterías de la miseria

Estanterías de la miseria

En el mercado de Carlos III, desabastecimiento, desorden, suciedad,

olores a podrido y altos precios

martes, febrero 25, 2014 | Víctor Ariel González



El viejo mercado de Carlos III, fue transformado en ¨mall¨. Al comienzo

los habaneros encontraban un amplio surtido de mercancias (en CUC) hoy

las vidrieras están vacías



Los anaqueles en donde deberían encontrarse los ingredientes más comunes

con frecuencia aparecen vacíos, u ofreciendo un único producto de su

tipo, sin opciones de calidad o tamaño. Aquellos alimentos que más

consumen los cubanos se agotan con rapidez, a veces desaparecen de los

estantes durante semanas. En cambio, los más caros permanecen tanto

tiempo en venta que muchos terminan por caducar.



Ni qué decir de la sección de aseo. Esta semana se vende un solo tipo de

jabón, una pequeña pastilla de 0.25 CUC. El mostrador en donde antes

aparecían decenas de ofertas para distintos niveles adquisitivos ahora

presenta un vacío desolador.



Otro de los rasgos del supermercado es el desorden. No es de sorprender

que a mediodía los pasillos estén repletos de cajas, apiladas unas sobre

otras. "No tocar", han garabateado sobre ellas los dependientes del

establecimiento, quienes también trabajan de estibadores y no tienen ni

tiempo ni intención de atender a los clientes. Los embalajes que han

quedado vacíos desde hace horas todavía esperan a que alguien los saque.



Ese mismo desorden se expresa en que los departamentos del supermercado

los han puesto incómodamente separados: por un lado, los cárnicos y

lácteos, donde el olor a podrido es insoportable y hay sólo dos tipos de

queso. Allí una cubana residente en España, de visita en la Isla,

comenta a este reportero que se ha traído del extranjero toda la comida

para su estancia y que anda por el lugar nada más para comprar algo a

una amiga. "No me gusta la calidad de aquí", confiesa que es el motivo.

Por otro lado, está el departamento de confituras así como otras tiendas

en donde se consiguen paquetes de café o galletas. Los productos pueden

repetirse de un departamento a otro.



La falta de higiene se ve además en el polvo que hay encima de las

botellas de vino en la sección de licores, una de las que más productos

cubanos oferta. Los principales proveedores actuales de los estantes de

la Plaza Carlos III son las marcas españolas Gourmet o Spar, la comida

de producción nacional casi han desaparecido.



En este ambiente, cuando un humilde y afortunado comprador al fin ha

encontrado lo que necesita debe enfrentarse a una larga cola para pagar,

porque de dos cajas registradoras siempre hay una que no funciona. La

difícil misión de conseguir comida termina cuando, a la salida, un

sujeto a veces sin uniforme y con muy mala cara trata a los clientes

como delincuentes, pudiendo registrar las bolsas sin ningún pudor.



Este procedimiento no se aplica a los extranjeros que visitan la tienda.

Está hecho para recordar a los cubanos que, como miserables son los

estantes del supermercado, también miserable es el espíritu que ha

desarrollado el régimen.



Source: Estanterías de la miseria | Cubanet -

http://www.cubanet.org/opiniones/estanterias-de-la-miseria/

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