miércoles, 26 de febrero de 2014

Mensaje para Marino Murillo

ECONOMÍA



Mensaje para Marino Murillo

ELÍAS AMOR | Valencia | 26 Feb 2014 - 7:58 am



El crecimiento de la economía castrista depende de una transformación

del actual sistema de derechos de propiedad.



Murillo, máximo responsable de la Comisión encargada de coordinar las

reformas económicas en la economía castrista para actualizar su modelo

"socialista", ante los 1200 delegados del XX Congreso de la Central de

Trabajadores de Cuba (CTC, sindicato único) dijo que generar riquezas de

manera eficiente es el "principal reto" de la economía cubana. Y puso

para ello el ejemplo del sector agropecuario, que cuenta con un millón

de trabajadores (el 20% de los cinco millones de cubanos empleados), y

que solamente aporta al PIB un 3,6% del mismo.



Es bueno que Murillo se haya percatado de cuál es uno de los principales

males de la economía castrista. Tal vez el más relevante. El que obliga

a importar cuantiosos volúmenes de alimentos todos los años, porque la

producción nacional es insuficiente para alimentar a la población.



Llegados a este punto, si se ha detectado el origen del problema, ¿por

qué no poner la solución? En el Cuadro adjunto se ofrecen algunas pistas

sobre lo que se debe hacer.



Se presentan de izquierda a derecha los niveles de productividad en las

distintas actividades de la economía, el índice comparativo con la media

para realizar la comparación y por último, el porcentaje de empleo que

representa cada actividad. Los datos proceden de la ONE, y corresponden

al ya lejano 2011, último para el que se disponen las informaciones.



Los sectores en que los que la planificación central es la máxima

dirección de la actividad, que están ausentes la propiedad privada y el

mercado como instrumento de asignación, son igualmente, los que

presentan más bajos niveles de productividad.



Véase por ejemplo, los "servicios comunales, sociales y personales" que

en forma de gratuidad entrega el régimen y que se financian con cargo al

presupuesto que representa más del 50% del PIB. Ahí se concentra también

el 41,5% del empleo, y la productividad se sitúa por debajo de la media

casi 7 puntos. Como asombroso es observar que el sector de la

"electricidad, gas y agua" que en todos los países es muy rentable con

grandes economías de escala, caiga casi 15 puntos por debajo de la media

de productividad, o la explotación de minas y canteras, un 20% por

debajo, pese a los intereses de los inversores extranjeros.



Por el contrario, allí donde más han progresado las formas cuasi

privadas de actividad que más se han beneficiado de la apertura de

reformas castristas, se obtienen los niveles de productividad más

elevados. Por ejemplo, el "comercio, restaurantes y hoteles", con un 81%

por encima de la media, o el "transporte", un 31% y las "actividades

financieras inmobiliarias", con un 65% por encima.



¿Qué pueden enseñar estos datos a Murillo? Lo que es evidente. Allí

donde más liberalización se ha registrado, donde más se ha avanzando

hacia la propiedad privada y el mercado, la economía es más productiva.

Por el contrario, donde se mantiene la presión abrumadora del modelo

estalinista en forma de UBPCs, cooperativas de distinto signo, y otras

formas de intervención técnico productiva, como en el agropecuario, la

productividad es más baja.



La solución



¿Qué hacer? Parece evidente. Liberalizar al máximo las relaciones de

producción y desarrollar un nuevo modelo de ordenación jurídica basada

en los derechos de propiedad, que permita a los productores

agropecuarios organizar a su criterio cómo quieren producir, cuánto y en

qué condiciones.



La transformación de la economía castrista y su capacidad para crecer no

depende de entregas mediocres de tierras en enfiteusis, sino de una

profunda transformación del sistema de derechos de propiedad imperante.

Otros países socialistas como Vietnam lo hicieron, y ahí está registrado

su éxito.



El gran engaño del castrismo es insistir una y otra vez en la

incompatibilidad entre propiedad privada y modelo socialista. Falso. Una

economía socialista puede y debe convivir con un marco estable y

jurídico de derechos de propiedad que garantice a sus ciudadanos cobrar

en función de sus habilidades y de su trabajo. Negar esta evidencia,

como se hace en la economía castrista, es apostar por la persistencia de

un embargo interno, que es el origen del empobrecimiento real de los

cubanos y los bajos niveles de productividad de una economía que, en sus

primeros 50 años de existencia, se acercó a las primeras potencias

mundiales.



Ya se acabó el tiempo de la reflexión filosófica y ahora ha llegado el

momento de empezar a actuar. Cuanto antes.



Source: Mensaje para Marino Murillo | Diario de Cuba -

http://www.diariodecuba.com/cuba/1393397921_7333.html

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