viernes, 27 de junio de 2014

Quo vadis, embargo?

¿Quo vadis, embargo?

ERNESTO GUTIÉRREZ TAMARGO | Madrid | 27 Jun 2014 - 9:58 am.



Una Cuba enfocada hacia un estado democrático y de derecho solucionaría

de plano y de pleno cualquier diferendo con los EEUU.



He leído la encuesta de Florida International University (FIU) sobre las

nuevas tendencias del condado de Miami-Dade respecto de la Ley del

Embargo, la Ley de Ajuste Cubano y las Relaciones Diplomáticas de EEUU

con Cuba; tres materias que en lo legal y en los sociopolítico no tienen

nada que ver entre sí, aunque guardan un único común denominador: Cuba.



No estoy seguro de los criterios analíticos de selección de personas,

rango de edades, tiempo de residencia en EEUU, profesión, nivel

intelectual, estatus económico, sexo, religión, etc., y, principalmente,

el baremo técnico-matemático —los de Gallup poll y Zogby en EEUU son de

los más certeros que existen, así como los de Metroscopia y Sigma 2 en

España, o los de MORI y Populus-The Times en Reino Unido (UK)— que ha

hecho FIU para convertir en un documento válido el sondeo de las

opiniones antes dichas para dirimir y discernir un criterio definitorio.

De hecho, aún viniendo un dictamen así de las prestigiosas empresas de

análisis y prospección de opiniones, que no es el caso, hay que tener

siempre cautela.



Por ejemplo, las elecciones al Parlamento europeo de mayo de 2014,

fueron absolutamente en contra de todas las encuestas: En Francia, la

derecha de Le Pen se convirtió en la segunda fuerza más votada; en UK

los euroescépticos subieron al tercer escalón y, en España, los

chavistas de Podemos le arrancaron casi dos millones de votos al PSOE e

IU y se posicionaron rozando el nivel de la tercera fuerza más votada

(no siendo siquiera un partido y desconocidos hasta hace seis meses). En

conclusión, ninguna de las más avezadas casas de sondeos anticipó tal

hecatombe y sorpresa.



Cogiendo con pinzas la encuesta, y advertida la duda más que razonable

de ésta, algo deja entrever: los bloques de opinión ya no son tan

monolíticos y es posible que haya un cambio de tendencias hacia el

acomodo y el pasotismo, el apoliticismo y el oportunismo, el hartazgo y

el cansancio. Gardel tenía razón en su tango Volver: veinte años no son

nada, pero más de medio siglo sí es algo. Y dos generaciones de cubanos

no han vuelto a su patria natal.



Los nuevos "exiliados" que salen de Cuba ya no tienen un pedigrí

político o, al menos, no pueden acreditarlo enfrentándose de modo activo

al régimen cubano. El verbo "resolver", más que manido y justificativo

de toda clase de amoralidad, es demasiado amplio y ambiguo, y ha dado

cabida y calado a muchos intérpretes de la nueva diáspora cubana

miamense. Es un conocimiento aprehendido que ya es parte de la cultura

importada.



El otro punto de cuestionamiento es más técnico. La Ley de Ajuste Cubano

—dictada por un Estado respecto a un colectivo de personas, y que tiene

una razón de ser estrictamente humanitaria, está enfocada a la atención

y protección de los refugiados cubanos en EEUU para su adecuada

integración en una tierra de acogida—, nada tiene que ver con la Ley del

Embargo —que se relaciona con dos Estados soberanos, y está centrada en

varias normativas legales de EEUU limitantes de las relaciones

comerciales-financieras con Cuba como respuesta a las nacionalizaciones,

sin pago de justiprecio, sobre bienes y empresas norteamericanas en la

Isla que fueron "expropiadas" por el gobierno castrista— y, por

añadidura, nada tampoco con la ruptura de relaciones diplomáticas entre

EEUU y Cuba —que si bien se produjo como consecuencia de serios

diferendos económicos, el embargo antes dicho, se cristalizó en un

contexto más propio de actos prebélicos a la invasión de Bahía de

Cochinos—. Hacer un totum revolutum de estas leyes es bastante caótico.



Evidentemente hay tres nexos o vasos comunicantes entre ellas, la falta

de democracia en Cuba, la existencia de una dictadura en la Isla y la

carencia de elecciones libres en ella. Dicho de otro modo, hay que

seguir la pista del dinero, es el hilo de Ariadna que lleva al

Minotauro. Y esto no es nuevo, fue lo primero que tuvo que hacer la

Alemania Occidental (RFA) antes de formalizar el Tratado de

Reunificación con la Alemania Oriental (RDA), es decir, consensuar

previamente el Programa de los Diez Puntos que ahormase el Tratado sobre

la Unión Monetaria, Económica y Social que exigía la conversión de la

RDA en una economía social de mercado libre y plena en la que, entre

otros puntos esenciales, debía solucionar las expropiaciones y bienes

nacionalizados por los comunistas y sus compensaciones.



De esto los cubanos tenemos que hablar con los norteamericanos. Para que

haya relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU hay que buscar

primeramente una solución al tema del embargo, que es una cuestión de

naturaleza económica asentada en postulados políticos. Solucionados

ambos, la Ley de Ajuste Cubano deja de tener sentido jurídico.



Siendo prácticos, los EEUU, visto lo visto, apuntan a la esencia, ni

siquiera se paran ahora en las compensaciones económicas dimanantes del

embargo —de eso hablarán dos futuros presidentes: el de EEUU, y el

cubano democráticamente electo—. Ponen sus miras en el meollo de la

cuestión, esto es, la ley estadounidense Helms-Burton de 1996 prevé para

el levantamiento de las sanciones del embargo que el gobierno cubano

legalice a los partidos políticos, libere a los presos políticos y

programe elecciones democráticas. La RFA le pedía mucho más a la RDA

para la reunificación y hubo acuerdo. Una Cuba enfocada hacia un estado

democrático y de derecho solucionaría de plano y de pleno cualquier

diferendo con los EEUU.



Source: ¿Quo vadis, embargo? | Diario de Cuba -

http://www.diariodecuba.com/cuba/1403855638_9252.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario