lunes, 6 de octubre de 2014

El huevo, la gallina o la administración del gallinero

El huevo, la gallina o la administración del gallinero
octubre 2, 2014
Fernando Ravsberg*

HAVANA TIMES — Hace pocos días el periódico del Partido Comunista,
Granma, hacía referencia a la necesidad de mejorar la productividad para
aumentar los salarios, pidiendo un mayor sacrificio de los obreros con
el fin de crear más riquezas como única vía de mejorar sus ingresos.

Pero lo cierto es que muchas veces no está en manos de los trabajadores
cubanos lograr una mayor productividad y eficiencia, sino de los
directivos de sus empresas y de las estructuras burocráticas creadas por
el gobierno con el fin de controlar y centralizar.

Dos de estas nefastas instituciones ya fueron desarticuladas, Acopio y
Vivienda. La primera famosa por su ineficiencia para distribuir las
cosechas y la segunda se había convertido en un semillero de corruptos
que especulaban con la escasez de viviendas.

Sin embargo, aún queda mucho por hacer en el camino de las
desburocratización. Se trata de un nudo gordiano imposible de desatar si
no se tiene la decisión de tomar medidas radicales. Hay estructuras cuya
desaparición es imprescindible para avanzar.

Es aconsejable además que cada uno ocupe el lugar que le corresponde. Me
atrevería a decir que en ninguna parte del mundo el Ministerio del
Transporte decide la marca de los motores que llevarán los buses que
importan las empresas transportistas.

A diferencia de Cuba, en otros países las importadoras no deciden que se
compra y a quien. Su papel se limita a hacer los trámites
imprescindibles para el paso por aduana de los productos o equipos que
los clientes decidan adquirir de acuerdo a sus necesidades.

Todos estos enredos de la corruptela burocrática hacen muy difícil el
funcionamiento de las empresas que sufren porque se importan motores
estadounidenses sin repuestos o porque los equipos médicos se pudren en
aduana esperando que los importadores los recojan.

Durante los últimos días supe de más detenciones de altos funcionarios
de las importadoras cubanas. Cada mes cae alguno preso sin que por ello
se logre parar la corrupción que las carcome, vendiendo los contratos al
que mejores "comisiones" les paguen.

Además acaban de condenar a un importante empresario extranjero que
gracias a estos mecanismos robó al país decenas de millones de dólares.
¿Cuantas detenciones más harán falta para comprender que es ese
laberinto burocrático el que facilita la corrupción?.

Las empresas cubanas están atadas de pies y manos, deben consultarlo
casi todo y no disponen de libertad para administrar sus beneficios.
Algunas tienen que pedir permiso hasta para contratar los servicios de
una cooperativa o un cuentapropista.

A las verdaderamente productivas y eficientes no se les permite
reinvertir libremente sus ganancias. Por el contrario, se las ordeña
aplicándoles una arbitraria paridad entre el dólar y el peso cubano,
tasa que sirve para financiar a los improductivos.

No son los trabajadores los que crearon estos mecanismos, no son ellos
quienes designan a dirigentes empresariales incapaces o corruptos,
tampoco son los que se inventan estructuras burocráticas innecesarias,
ni fueron los que decidieron establecer la dualidad monetaria.

Pedirles a los campesinos que aumenten la cosecha sin garantizar los
insumos imprescindibles para el trabajo dará escasos resultados. Igual
que presionar a los obreros para que mejoren la producción si las
máquinas están paradas por falta de piezas de repuesto.

Se trata de planificar la economía de tal forma que no se detengan los
procesos productivos por falta de previsión, que los dirigentes
empresariales paguen con sus cargos la ineficiencia y que los castigos
judiciales por corrupción sean más severos.

Paradójicamente, hoy por robar en una vivienda se puede enfrentar una
condena más dura que la aplicada a un ministro que especulaba con la
comida de todos los cubanos o a los implicados en la muerte de decenas
de pacientes del hospital psiquiátrico de La Habana.

Granma se pregunta "qué va primero: ¿salario o productividad?" y lo
compara con el dilema del huevo y la gallina. Sin embargo, navega solo
en la superficie porque difícilmente habrá mejores resultados mientras
no se cambien las estructuras y los sistemas de dirección empresarial.

Source: El huevo, la gallina o la administración del gallinero - Havana
Times en español - http://www.havanatimes.org/sp/?p=99676

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