martes, 14 de octubre de 2014

Farmacia sin antibióticos

Farmacia sin antibióticos
Escasean los antibióticos para los cubanos, sin embargo cuando se
necesita enviar medicamentos a África el gobierno no escatima en recursos.
martes, octubre 14, 2014 | Orlando Freire Santana

LA HABANA, Cuba -En Cuba se ha vuelto muy común no acudir al médico
cuando se experimenta alguna dolencia leve debido a la mala reputación
que han ido sembrando durante años los servicios de salud. Tal vez por
eso mi vecino no visitó al dentista al sentir las primeras molestias en
una de sus muelas.

Sin embargo, cuando esas molestias iniciales se transformaron en la
imposibilidad de masticar con el lado izquierdo de la cara, y la
hinchazón apareció en esa región de su rostro, no le quedó más remedio
que encaminar sus pasos hacia el Departamento de Estomatología del
Policlínico Héroes de Girón, en el capitalino municipio del Cerro.

Y, qué maravilla, le dieron un turno para esa misma jornada. Es decir,
que apenas una hora después de haber arribado al Policlínico, ya mi
vecino estaba tendido sobre el sillón del estomatólogo, con la esperanza
de que le extrajeran la muela del sufrimiento. Pero de eso nada. Con
semejante inflamación, además de algunos signos infecciosos, el dentista
optó por posponer la extracción. Le recetó la toma de antibióticos, y lo
citó para otra consulta, 72 horas más tarde.

En ese momento mi vecino no imaginó que ahí comenzaría su calvario: las
tabletas de metronidazol y cefalexina, antibióticos recetados, estaban
perdidas. Recorrió varias farmacias en el Cerro, y ni rastro de esos
medicamentos. Después anduvo los municipios Plaza de la Revolución,
Centro Habana y Habana Vieja, y nada. Cada vez que les preguntaba a los
empleados de las farmacias, la respuesta era la misma: se terminaron y
no sabemos cuándo los reponen.

Cuando ya se hallaba al borde de la desesperación porque no aparecían
los antibióticos, aumentaba el deterioro de la muela, y se aproximaba la
fecha de la consulta, un vecino le facilitó otro antibiótico que
guardaba en su botiquín casero desde hacía varios meses, en este caso un
derivado de la penicilina. Entonces mi vecino, sin consultar con nadie,
empezó a consumir ese medicamento.

Al cabo de 48 horas, notó cierta mejoría en torno a su muela. Más se
percató de que había sufrido una reacción adversa: le aparecieron
erupciones en la espalda y en ambas piernas. Evidentemente, era alérgico
a la penicilina y no lo sabía, y por supuesto optó por descontinuar el
tratamiento.

Como quiera que la hinchazón de la cara había disminuido algo, decidió
volver al dentista a ver si ya era posible la extracción. Pero no, el
facultativo le indicó que aún no era posible aplicarle la anestesia, y
que insistiera en la búsqueda del metronidazol y la cefalexina.

La nueva búsqueda de mi vecino también resultó infructuosa. Y en medio
de su frustración observó en el noticiero de televisión las imágenes de
la partida hacia África de la brigada médica cubana a combatir el virus
del ébola. Además de los médicos, vio como enviaban centenares de cajas
repletas de medicamentos. Ahí seguramente iban los antibióticos que él
tanto necesitaba. "¿Tendría que mudarme al África para que me saquen la
muela?", se preguntó con tristeza.

Source: Farmacia sin antibióticos | Cubanet -
http://www.cubanet.org/actualidad/actualidad-destacados/farmacia-sin-antibioticos/

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