martes, 14 de octubre de 2014

Y con embargo, Cuba se mueve

Y con embargo, Cuba se mueve
IVÁN GARCÍA | La Habana | 14 Oct 2014 - 9:30 am.

Muchos disidentes están contra el embargo. El lobby de millonarios
cubanoamericanos y de agentes de influencias del Gobierno cubano
radicados en EEUU se ha apropiado de ese discurso.

Tal vez algún día, cuando se abran las puertas de los archivos secretos
del régimen de los Castro, se sabrá qué cantidad de dinero de las arcas
del Estado se ha gastado para trazar un lobby feroz forzando a EEUU a
derogar el embargo.

La historia del "bloqueo", como le llama la narrativa oficial, es
conocida por cualquier cubano. Una metáfora exagerada. Aunque es cierto
que debido al embargo empresas cubanas no pueden comprar medicinas de
última generación para combatir el cáncer infantil o piezas de recambio
de ómnibus GM, en trasnacionales de América Latina se pueden adquirir
equipos y productos con patentes estadounidenses.

El embargo a Cuba tiene como génesis la confiscación de bienes a
ciudadanos de EEUU sin la debida compensación por parte de Fidel Castro.
Un tema que un futuro se deberá negociar.

Fue instaurado en 1960 de manera parcial por la administración de
Eisenhower y arreciado el 3 de febrero de 1962 durante el mandato de
Kennedy. Luego ha sido codificado por los diferentes ejecutivos de la
Casa Blanca.

El embargo es antipopular entre una amplia mayoría de cubanos en la Isla
y en el mundo. Hay mucho de mito y un poco de realidad.

Nadie puede entender cómo, a pesar del "riguroso embargo", en las
tiendas en moneda dura de La Habana usted puede comprar una amplia gama
de electrodomésticos Black & Decker, RCA o Westinghouse, tan
estadounidenses como el pudín de calabaza en Halloween.

Si deseas refrescarte del calor tropical, puedes hacer una pausa con
Coca Cola mientras te fumas un cigarrillo Malboro. También puedes
comprar una impresora HP, una botella de Jack Daniel's elaborado en
Tennessee o echarle salsa de toma Del Monte a tus espaguetis.

Con ciertos productos, las empresas de la autocracia que hace 55 años
gobierna Cuba se las agencian para violar el embargo. A pesar de las
prohibiciones, Windows se utiliza en el 95% de los ordenadores de
empresas y oficinas gubernamentales cubanas.

El comercio paralelo entre cubanos de una y otra orilla, ha propiciado
que los envíos de dólares a la Isla rocen los 3.000 millones anuales y
el de pacotilla probablemente supere esa cifra. Ahora mismo, las remesas
familiares son la segunda industria nacional, después de la exportación
de servicios médicos.

Aun así, el embargo me parece más absurdo que injusto. Si lo que se
pretendía era castigar las confiscaciones ilegales de Fidel Castro o la
subversión descarada en América Latina y el envío de tropas militares a
África, entonces la medida fracasó de pleno.

Solo es útil como propaganda verde olivo. Con dólares en la mano, el
Gobierno cubano puede comprar alimentos y medicinas en EEUU. El primer
barco que el pasado mes de enero entró por el publicitado puerto del
Mariel, fue un navío gringo repleto de pollo.

Mientras la presidenta brasileña Dilma Rousseff y el general Raúl Castro
ofrecían sus discursos de inauguración en la Cumbre, las pesadas grúas
descargaban toneladas de aves congeladas.

La pregunta del millón es la siguiente: ¿si el embargo tiene más
agujeros que un queso y lo condena una mayoría de la comunidad
internacional, que beneficios políticos obtiene EEUU con su mantención?

No me hablen de los derechos humanos. Eso es periódico viejo. China y
Vietnam son igualmente autoritarios, castigan a los disidentes, violan
la libertad de expresión, asociación y protección laboral como Cuba.

En las selvas vietnamitas murieron 55.000 soldados estadounidenses. Eso
no fue óbice para que años después el Congreso de EEUU le diera el trato
de nación más favorecida.

China, donde los obreros trabajan en condiciones del peor capitalismo,
cobrando salarios miserables, es sede de miles de negocios de EEUU y
es el principal acreedor de los bonos del Tesoro norteamericano.

Se puede pensar que China y Vietnam, por sus millones de habitantes,
resulta un mercado potencial de consumidores para las empresas
estadounidenses. Pero la política no se puede supeditar solo a los negocios.

La democracia de EEUU, con su formidable Constitución y los valores que
de ella emana, ha trascendido en el tiempo. El pragmatismo de sus
gobernantes es proverbial. La política es el arte de lo posible.

Es evidente que el régimen cubano tiene que utilizar canales
clandestinos para su comercio. Pero eso no le ha impedido que acumulen
cientos de millones de dólares en cuentas personales y satisfagan
caprichos consumistas al adquirir jeeps Hummer o computadoras Apple.

Los cubanos no viven mal ni comen poco debido al embargo. La causa es
la pésima gestión gubernamental, a todos los niveles. Pero el embargo es
el pretexto perfecto para justificar el desastre económico.

Muchos disidentes están contra el embargo. El lobby de millonarios
cubanoamericanos y de agentes de influencias del Gobierno cubano
radicados en EEUU se ha apropiado de ese discurso.

Cuando Carlos Saladrigas apostaba por el conservadurismo político, ya la
acosada oposición en la Isla reclamaba el cese del embargo. Los Castro
nunca han reconocido que no todos los disidentes lo apoyan.

Prefieren negociar con funcionarios norteamericanos o con el lobby
anti-embargo afincado en EEUU. Una de las razones por la cual algunos
opositores han cambiado —e incluso endurecido— sus opiniones y hoy son
defensores del mantenimiento del embargo.

Pero el régimen los sigue ninguneando. El lobby anti-embargo tampoco
los tiene en cuenta y, además de desplazarlos, con el mayor cinismo le
han usurpado su narrativa.

En este juego político entre las dos orillas, queda al descubierto una
táctica macabra: descolocar a la disidencia. Sin títulos universitarios,
dinero o negocios, estos disidentes son los que han sufrido cárceles,
golpizas y represiones. O han pagado su oposición con el destierro y la
ignominia.

Se debe negociar y levantar el embargo, por ineficaz o torcido, pero
contando con todos los puntos de vista. No solo con los de una parte.
Cuba es de todos los cubanos, al margen de su bolsillo y su ideología.

Source: Y con embargo, Cuba se mueve | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1413271857_66.html

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