viernes, 21 de noviembre de 2014

Los herederos del Che

Los herederos del Che
Los familiares cubanos del Che Guevara, su viuda y su hija Aleida, pasan
el tiempo enredados en litigios por los beneficios económicos que les
provee el fantasma del guerrillero
jueves, noviembre 20, 2014 | Ernesto Pérez Chang

LA HABANA, Cuba -Hace un par de meses, la empresa farmacéutica cubana
Labiofam desató una escandalosa polémica con el anuncio de dos
fragancias con los nombres Ernesto (Che Guevara) y Hugo (Chávez).

Algunos medios de prensa alertaron que tras la censura del proyecto
podían esconderse los intereses comerciales de las familias del
guerrillero argentino y del fallecido presidente venezolano.

La "nota oficial", publicada por el gobierno cubano, hacía pensar que la
prohibición era un asunto exclusivamente ideológico. Pero la teoría de
una disputa por los derechos de comercialización de un producto dedicado
al Che Guevara se torna posible.

En primer lugar: la imagen del Che está en cientos de productos
artesanales que se venden a los turistas, lo cual hace pensar que el
gobierno cubano no quiera quedarse fuera del lucrativo negocio.

Segundo: llama la atención que el director de Labiofam sea José Antonio
Fraga Castro, sobrino de Fidel Castro. Cualquier otro dirigente no
consanguíneo con el dictador hubiera sido removido inmediatamente del cargo.

Y tercero: ya se ha hecho habitual que los familiares cubanos del Che
Guevara (aquellos reconocidos oficialmente), tanto su viuda como su hija
Aleida, pasen el tiempo enredados en litigios y disputas por los
beneficios económicos que les provee el fantasma del guerrillero.

Viuda administradora

Apartada de la vida pública durante años, después de confesar su
convivencia con un antiguo miembro de la escolta de su difunto esposo,
Aleida March nunca ha sido vista con muy buenos ojos por los principales
dirigentes cubanos, mucho menos cuando decidió administrar personalmente
los derechos de autor del Che y beneficiarse de ellos sin dar cuenta a
nadie, ni siquiera a Fidel Castro, solo haciendo valer sus "beneficios
de viudez".

A principios de los años 90, en medio del desastre económico de la Isla,
las formidables ganancias por la venta de escritos e imágenes de su
esposo a editoriales europeas, estimularon la faceta de empresaria de
Aleida March, que en un estilo bien "capitalista", tomó la decisión de
crear una especie de Fundación, disimulada bajo el nombre de "Centro de
Estudios Che Guevara".

El carácter personal de la decisión de Aleida no entusiasmó a Fidel
Castro, que, fuera de las ganancias del negocio, jamás permitió una
inauguración oficial del "Centro de Estudios" y lo ha mantenido al
margen de las instituciones académicas. La "corporación" familiar,
aunque tolerada, no es tomada en cuenta en las actividades oficiales
relacionadas con el Che. En fin, el Centro no existe de manera oficial,
aunque sí legal.

Tal vez, para evitar un escándalo por declaraciones adversas de la viuda
de tan famoso personaje, Fidel Castro permitió que se construyera el
fastuoso edificio (a fin de cuentas el capital no saldría de su bolsillo
verdeolivo) y se le autorizara una existencia en plano secundario,
controlada por el gobierno (como todo lo que existe en la Isla) pero con
libertades a la hora de comercializar aquella sustancia volátil,
intangible, llamada "Che", y que más por conveniencia que por derecho
correspondía a los herederos directos.

Tengamos en cuenta que una mujer enfurecida frente a los medios de
prensa extranjeros (primero, por los años de silencio y, segundo, por no
haber sido consultada sobre los detalles arquitectónicos del mausoleo al
Che, en Santa Clara, ni sobre el destino final de los restos de su
esposo), no convenía a nadie.

La familia excluída

Ignorando aquella famosa carta de 1965 donde el Che renuncia a sus
cargos en el gobierno cubano, y al mismo tiempo, declara que no lega
nada a su mujer y sus hijos, los herederos cubanos no han titubeado a la
hora de convertir al "paradigma del hombre nuevo" en la gallina de los
huevos de oro.

A tono con los tiempos, el modelo de "revolucionario" que promovían los
discursos oficiales terminó por transformarse en un lucrativo negocio
que ha llevado a la familia Guevara March a enfrentamientos con la
extrema izquierda que se niega a aceptar que el "legado ideológico" de
aquel que han erigido en su símbolo, sea comercializado por editoriales
que se anuncian como "alternativas" y hasta voceras de las "izquierdas"
más violentas.

Hace solo unos años fue de gran resonancia ―y continúa siéndolo― la
querella que Aleida Guevara March mantuviera con miembros del grupo
político latinoamericano Revolución o Muerte, quienes, de manera
gratuita, pusieron a disposición del público, en su sitio digital, el
texto íntegro de Apuntes críticos a la economía política.

En aquella ocasión, esgrimiendo un discurso bien agresivo con amenazas
de fuertes demandas internacionales, la hija del Che reclamó la
exclusividad de los derechos de comercialización y hasta hizo una
apología de la editorial Ocean Sur, a quienes han "rentado" por un
tiempo una buena parte de la papelería e iconografía del Che.

Es con el emporio editorial Ocean Sur ―que busca mano de obra barata en
Cuba y comercializa una buena parte de su producción en los Estados
Unidos― con quien la familia del Che ha establecido nexos muy beneficiosos.

El lujo del Centro Che Guevara (en la exclusiva barriada de Nuevo
Vedado, justo frente a una de las casas de la familia Guevara March),
permite sospechar el monto de las ganancias de una empresa próspera cuya
mercancía está compuesta por una terrible sombra.

Las giras de Aleida Guevara March

Las constantes giras mundiales que realiza Aleida Guevara March para la
presentación de los libros de su padre son equiparables a los programas
de actuación de una diva de la escena.

Detrás de todas estas apariciones públicas y discursos
"revolucionarios", están los intereses financieros de Ocean Sur, que ha
establecido un convenio con el eufemísticamente nombrado "Proyecto
Editorial Che Guevara" perteneciente a la "Fundación" presidida por la
viuda del guerrillero, y que, como afirman algunos, es un verdadero
"monopolio".

Cuando estalló el escándalo por el anuncio de la "revolucionaria" línea
de perfumería de Labiofam, los que conocen la avidez económica de los
Guevara y los Castro, estaban claros de cuánto de tufo financiero se
escondía detrás de los sucesos.

El hecho de que no le hayan cortado la cabeza a José Antonio Fraga
Castro, por lo que pudo parecer una torpeza ideológica, habla mucho de
la naturaleza "familiar" de los intereses monopólicos de nuestro
socialismo insular.

A fin de cuentas, todo fue un asunto entre familias. Negocios son negocios.

Source: Los herederos del Che | Cubanet -
<http://www.cubanet.org/destacados/la-herederos-del-che/>

No hay comentarios:

Publicar un comentario