sábado, 22 de noviembre de 2014

Patria o marabú

Patria o marabú
Enviar hombres a luchar contra una plaga sin refuerzos mecanizados, la
nueva batalla de la Revolución
ELVIRA FERNÁNDEZ, Ciego de Ávila | Noviembre 21, 2014

Siete años después que Raúl Castro criticara en un discurso la
propagación del marabú por territorio cubano, esta planta espinosa sigue
ganando protagonismo en nuestros campos. En aquella ocasión, y con
motivo del 26 de julio, el General refería: "aproveché llegar aquí por
tierra para ver que todo está verde y bonito, pero lo que más bonito
estaba, lo que más resaltaba a mis ojos, era lo lindo que está el marabú
a lo largo de toda la carretera". Hoy podría repetir idénticas palabras.

La invasión de la científicamente conocida como dichrostachys cinerea ha
disparado todas las alarmas. En el centro del país, su dominio se
extiende por las llanuras que una vez sirvieron para el cultivo de caña,
la siembra de hortalizas o el pastoreo de ganado. Nada se salva de sus
apretados matorrales, con espinas que hacen desistir al más intrépido de
los campesinos.

Hace dos semanas se convocó en Ciego de Ávila una tropa de hombres,
armada con rústicas herramientas para luchar contra el marabú. La nueva
"batalla de la Revolución" se desarrolla en tierras muy fértiles, pero
que han sufrido durante largo tiempo el abandono de su único dueño: el
Estado, razón por la ahora yacen y se ahogan bajo los espinos que han
dado lugar a enormes marabuzales.

Algo más de 400 hombres, con hacha y machete en mano, tienen a su cargo
la ardua misión. El objetivo es, al cierre del año 2014, dejar listas
para el cultivo cañero todas las tierras previstas en el próximo plan de
siembra. Una tarea sin duda difícil, pues del total de 20.000 hectáreas
necesarias, se calcula que unas 13.000 sufren gran infestación.

Dirigentes del territorio han prometido que la campaña quedará inscrita
en la historia como "La epopeya contra el marabú". Desconocen, quizás,
todos los intentos anteriores por erradicar una planta que fue
introducida en nuestro país a mediados del siglo diecinueve y que tiene
una alta capacidad de reproducirse en las circunstancias climáticas y
naturales de nuestro país.

La única ventaja del indeseable marabú parece ser su madera ‒muy dura‒
que resulta enormemente apropiada para leña, pues proporciona una buena
combustión, poco humo y menos cenizas. Sin embargo, su recolección para
esos fines requiere una estricta protección para el trabajador agrícola
que puede verse sometido a frecuentes heridas y pinchazos.

El costo de cualquier tarea recolectora o de erradicación del marabú
tiende a ser muy alto. No obstante, en la nueva batalla contra la plaga
que se ha iniciado en la región central del país, el ahorro estatal está
garantizado con el sacrificio de los hombres que deben sudar y sangrar,
sin derecho a esperar refuerzos mecanizados. La dirección del Grupo
Empresarial del Azúcar ha aclarado que "por condiciones económicas
objetivas no pueden emplearse equipos de esteras en este enfrentamiento".

Quienes tienen memoria recuerdan que no faltaron equipos pesados para
cumplir otras iniciativas. Entre ellas dos campañas que sí han quedado
inscritas en la historia por sus consecuencias desastrosas, mientras se
abría la senda para que cualquier plaga invadiera el campo cubano. La
primera de ella cuando en la década de 1970 se arrasaron los bosques
usando buldóceres y dinamita para sembrar caña en abundancia, con el fin
de satisfacer la demanda de la Europa comunista. Más recientemente se
desmantelaron muchos centrales azucareros para exportarlos en piezas
hacia la República Bolivariana de Venezuela y sus campos de cañas se
dejaron a merced de las plagas.

El gran resultado de tales "epopeyas socialistas", además de bateyes y
pueblos dejados sin vida, muertos; es la salud de que goza el marabú. En
sus ramas se concentra nuestro descalabro económico, en la abundancia de
sus espinas está el resultado de la estatización excesiva de nuestras
tierras.

Source: Patria o marabú -
<http://www.14ymedio.com/nacional/Patria-marabu_0_1674432544.html>

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