miércoles, 11 de febrero de 2015

Que nadie se sienta dueño de un negocio

Que nadie se sienta dueño de un negocio
Todo cuanto puedan exprimir al cuentapropista les parece poco, porque
para ellos la propiedad privada es un delito (siempre que no sean ellos
los dueños)
miércoles, febrero 11, 2015 | José Hugo Fernández

LA HABANA, Cuba. — El régimen está arreando de nuevo a su manada de
inspectores cafres y corruptos contra los pequeños negocios privados de
La Habana, en particular los restaurantes, y muy en específico contra
los más exitosos, siempre que no pertenezcan a familiares, informantes,
queridas, y otras hierbas bajo el velo del aparato administrativo. Que
nadie se sienta dueño de lo que tiene y que a la vez todos nos sepamos
desamparados totales ante su poder: son presupuestos de la dictadura
fidelista que conservan aquí plena vigencia, así que basta constatar
casos como este para comprender el signo de las reformas de Raúl.

Ha trascendido entretelones que a las autoridades les molestan ahora
especialmente los cuentapropistas que se valen de la publicidad para
hacer prosperar sus negocios, sea mediante el llamado Paquete Semanal o
por Intranet, Internet u otros medios. Pero a la vez los que más se
promocionan facilitan sus medidas represivas. Ya no necesitan romperse
la cabeza tratando de averiguar a cuáles restaurantes les va mejor.
Sencillamente observan los de más frecuente incidencia publicitaria y de
ahí deducen que son los de mayores ganancias, algo preocupante para
ellos, no sólo porque la prosperidad económica es un conducto para la
independencia del individuo. También porque los más competitivos
encarnan una amenaza para sus propios negocios.

Saben, además, que poseen el control absoluto sobre las leyes y la
trampa. De manera por muy bien que funcione un establecimiento
particular, por muy rigurosamente que sus dueños o gestores cumplan las
abusivas normas que se les imponen, siempre van quedando fisuras para
que los inspectores hagan la faena.

Ahora mismo la están haciendo, por ejemplo, con el chequeo de la
actualización del carnet de los empleados. Por elemental lógica, ningún
dueño de restaurante puede dejar fijo en su puesto a un empleado recién
contratado si antes no le somete a un período de prueba. Y como en estos
sitios los empleados cambian constantemente, debido a la nula cultura
del trabajo entre las nuevas generaciones, es muy difícil que transcurra
un solo día en el que todos los empleados tengan sus carnets
actualizados. Ello será suficiente para que los inspectores puedan
cerrar el establecimiento durante un tiempo indefinido.

Otro ejemplo, sólo uno más, para no cansar: Muchos dueños de
restaurantes han logrado levantarlos utilizando equipos que les
facilitan sus parientes de Miami o que de alguna otra forma les llegaron
desde el exterior. La mayoría de esos equipos vienen sin un documento de
propiedad. Entonces ahí tienen ya su pan horneado los inspectores. Basta
que les indiquen quién será la próxima víctima.

Para que la coartada sea (o parezca) perfecta, el régimen cuenta ahora
con un mercado especializado en la venta de equipos y enseres para
establecimientos gastronómicos. Se trata de la tienda Nella, ubicada en
la habanera Avenida del Puerto, donde (tal y como puede verse en algunas
fotos que acompañan estas líneas) un cenicero común puede costar 98 cuc;
un simple envase plástico para verduras, 50,45; una cesta para echar
basura, 97; o una mezcladora, más de 600 cuc…

Todo cuanto puedan exprimir al cuentapropista les parece poco, porque
para ellos la propiedad privada es un delito (siempre que no sean ellos
los dueños), y porque según su obtusa e hipócrita manera de enfocarse
políticamente hacia el exterior, la solvencia económica del pueblo no
puede depender del esfuerzo individual de cada uno de sus miembros, sino
del trabajo en rebaño y de la distribución de tipo esclavista, donde el
Estado es por ley amo, parásito y único explotador.

La Habana, febrero 10 de 2015.

Source: Que nadie se sienta dueño de un negocio | Cubanet -
http://www.cubanet.org/actualidad/actualidad-destacados/vuelven-a-reprimir-a-cuentapropistas/

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