miércoles, 25 de marzo de 2015

La Revolución transformó el campo ... para mal

La Revolución transformó el campo ... para mal
[25-03-2015 15:54:06]
Elías Amor
Economista

(www.miscelaneasdecuba.net).- Por supuesto que la revolución transformó
el campo. Claro que sí, pero para destruirlo. Parece mentira que Machado
Ventura se permita decir que "el mejor trabajo político ideológico a
realizar con los jóvenes campesinos, es esclarecer mediante ejemplos
locales que los mayores cambios sociales realizados por la Revolución se
aprecian, a pesar de problemas por resolver, en el sector rural".
Esta declaración se ha realizado en el marco del proceso de Asambleas
provinciales de la ANAP, en Holguín, Granma y Ciego de Ávila. Los
eternos debates castristas sobre las dificultades que frenan la
producción de alimentos y el adecuado funcionamiento del sector agrario,
y de la que se hace eco el diario oficial Granma en su edición de hoy.

Desde que la revolución comenzó su programa "transformador", el sector
agrario cubano, otrora competitivo, eficaz y solvente, entró en
una profunda crisis estructural de la que no ha levantado cabeza en más
de medio siglo. Ese argumento falaz del "guajiro olvidado" que utiliza
Machado Ventura, ya no se puede creer, y ni mucho menos que la
revolución permitiera su emancipación, porque el balance final es
ciertamente desastroso.

El régimen castrista siempre ha aplicado el "cuento de la lechera" en
toda su política agraria, y lo sigue haciendo todavía. Es curioso que
Machado Ventura hable del "uso de la ciencia y la técnica en los campos
y las labores fitosanitarias encaminadas a combatir plagas y
enfermedades que afectan a los cultivos, actividades que deberían ser
impulsadas una vez que la tierra sea productiva y se mejoren los
rendimientos de las distintas producciones". Precisamente, que esas
actividades sigan siendo ejecutadas por la burocracia y el Ministerio de
la Agricultura, y no por empresarios privados dueños de sus tierras, es
uno de los factores que explica la crisis estructural del sistema. Pero
es que antes de todo eso, hay que producir, hay que sacar cosechas
adelante y hay que ser rentables. Y eso, la revolución ni lo ha
conseguido, ni lo hará.

Pienso que la ANAP podría ser, si quisiera, el líder de un impulso real
a las transformaciones de la agricultura cubana para sacarla del
marasmo. La sostenibilidad económica y el buen funcionamiento integral
de las cooperativas confirmando en otros países, podría ser una
magnífica referencia para la agricultura cubana si los intereses
ideológicos del partido único fueran eliminados de la dirección de estas
organizaciones, centrándolas realmente en aquello que saben hacer.
Pero no. Machado Ventura habla de la ciencia y la técnica o los
fitosanitarios y los "veladores del ganado" para evitar el hurto y
sacrificio, actividades sin duda muy importantes que no hacen otra cosa
que dar oxígeno al aparato de represión del régimen.

Hacen bien los miembros de la ANAP al plantear la necesidad de
aprovechar la experiencia de los mejores productores y que cada
comunidad campesina sea el reflejo del desarrollo agropecuario y el
bienestar de los cooperativistas, tanto en lo económico como en lo
social y lo productivo. Esa es una magnífica estrategia, que debe
conducir a que las cooperativas puedan convertirse en el centro de la
"dinámica comunitaria en el campo, funcional y atractiva para todos sus
miembros, además de consolidar como resorte fundamental de la
organización de las producciones agropecuarias".

Para ello, las cooperativas deben permitir al campesino disponer de
los servicios básicosque, sin excesiva burocracia, beneficien su
actividad en favor de la eficiencia, la productividad y los ingresos
personales. Este es un planteamiento acertado frente a las tesis
intervencionistas y colectivistas de Machado Ventura, hablando del
"acopio refrigerado de la leche, un lugar al que acuden todos los días
los productores", "y que pudieran aprovecharse mejor como espacios para
brindar servicios específicos de la ganadería, asociados al control
pe­cuario, la sanidad animal, la venta de algunos insumos; métodos
compatibles con la dispersión actual del ganado y que aliviarían de
engorrosos trámites al campesino". Alejado completamente de la realidad,
lo mismo que la revolución que todavía defiende.

La ANAP reivindica, en cambio, otros objetivos ajenos a este
planteamiento de mediados del siglo pasado que aún mora en la mente de
muchos revolucionarios, por edad o inexperiencia. Así, planteó por
ejemplo, promover como directivos a cuadros jóvenes, —incluidas más
mujeres—, para aprovechar de un modo óptimo el ímpetu creativo de sus
ideas frescas, la laboriosidad que por naturaleza los caracteriza, y la
preparación técnica con que muchos de ellos salen de las escuelas e
institutos agropecuarios. Ese rejuvenecimiento del campo es fundamental
y puede suponer una vía de solución para el atraso secular de la
agricultura mejorando sus rendimientos y resultados. Para ello, se hace
necesarioreorganizar el marco de derechos de propiedad y permitir la
incorporación de las técnicas de gestión empresarial privada en la
agricultura. No es eso lo que plantea Machado Ventura.

Source: La Revolución transformó el campo ... para mal - Misceláneas de
Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/5512cc0e3a682e18f48e2754#.VRMETPnF83Q

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