martes, 14 de abril de 2015

La Habana vuelve a gozar las noches?

¿La Habana vuelve a gozar las noches?
Bares y discotecas privadas proliferan: ¿Devolverán a la capital el
glamour que una vez la hizo leyenda?
martes, abril 14, 2015 | Augusto Cesar San Martin

LA HABANA, Cuba -En menos de un año los bares privados de La Habana
ganaron popularidad y excelencia entre los amantes de la vida nocturna.
Algunos de los más concurridos se transforman cada noche en discotecas
que cierran al amanecer.

Su competitivo auge germinó de la prohibición de los cines 3D, en otra
ronda de iniciativas de los cubanos, residentes o no, con esperanzas de
prosperidad económica lícita.

El ordenamiento de empleos por cuenta propia (privados) publicado por la
Gaceta Oficial de Cuba, no contempla la licencia para bar o discoteca.
El permiso para la venta de bebidas alcohólicas se obtiene mediante la
licencia de ¨elaborador vendedor de alimentos y bebidas mediante
servicio gastronómico en restaurantes (paladares) ¨, describe el mandato.

El autorizo para operar estos ¨bar-restaurantes (paladares) ¨, es
otorgado por el Departamento de Higiene municipal, una vez superada las
inspecciones donde se pretende iniciar el negocio.

La ubicación concentrada de los bares más glamourosos, en los municipios
Plaza de la Revolución (Vedado) y Playa, no es casual.

¨Sarao¨, ¨Bolahabana¨, ¨Mio & Tuyo¨, ¨Sangrila¨, Up and Down¨, ¨La
Flauta mágica¨, entre los más populares, aprovechan las amplias y
lujosas casas heredadas del capitalismo para superar cualquier logro de
la gastronomía socialista.

Cada detalle de estas instalaciones particulares, borran la imagen
deteriorada y estafadora que tienen los bares y discotecas del Estado.

Diseño cubano de excelencia

Silenciosamente lucrativos, los bares de La Habana, son la inversión más
fuerte de los cubanos en el sector privado.

El dueño de uno de ellos que por razones de seguridad omito el nombre y
la ubicación del negocio, me confesó su satisfacción con la prosperidad
como ¨cuentapropista¨.

Según expresó, en cinco meses logró recuperar la inversión de 100
mil dólares. Lo que le ofrece la posibilidad de cosechar ganancias desde
el pasado mes de marzo.

Una fuente que negó identificarse, vinculada a la administración de los
bares, asegura que la ganancia neta diaria, alcanzan los 2 mil dólares.
Algunos lo logran incorporando cantantes nacionales de moda en sus
propuestas durante la semana.

Para llegar a estos niveles lucrativos, los dueños piensan el negocio a
lo cubano.

En los más concurridos, se diseminan al menos unos cuatro parqueadores
que ubican y custodian los autos modernos que durante la madrugada
abarcan, ciento cincuenta metros a la redonda.

Otro dispositivo de seguridad, dispuesto evita las quejas de los
vecinos. Cuando los clientes elevan el volumen de las conversaciones
afuera del bar, le llaman la atención.

En la puerta los clásicos forzudos que también custodian en el interior,
la entrada de las zonas VIP, iniciadas en Cuba por estos
bares-restaurantes o discotecas.

Paladar, bar o discoteca

Las autoridades le llaman paladares, los noctámbulos, bares. Pero las
luces led parpadeantes ambientadas con humo y la proyección en grandes
pantallas de videos musicales, acompañados por un instrumento musical
tocado en vivo, dan la apariencia de discoteca.

Abastecidos para todos los gustos, las cantinas venden toda clase de
bebidas nacionales e importadas, con servicio de primera clase.

Semejantes a la competencia estatal que opera en dólares, la mayoría de
estos centros nocturnos no están diseñados para todos los cubanos. Los
precios superan las fantasías de la clase media residente en la isla.

Las cervezas suelen costar hasta 3 dólares. El precio medio de una
bebida (cocteles, tragos) oscila de 3 a 35 dólares, y las botellas desde
35 hasta 385 dólares, el cognac Hennessy XO.

A diferencia de los centros nocturnos estatales, no se paga por
entrar, la climatización es perfecta, el sonido es óptimo, sin
contaminar el exterior, y los sanitarios tienen la limpieza que
proporciona el agua permanente.

Se expenden los cocteles y botellas sin adulterar medidas o sabores, no
se agota la variedad de bebidas y los líquidos siempre tienen la
refrigeración adecuada.

El resto de las ofertas ronda en el ambiente, matizado por cubanas sexis
que compiten con sus vestuarios y presunción, en busca de partidos ¨para
pasarla bien¨, por precios que bajan hasta los 30 dólares, cuando se
acerca el amanecer.

Abiertos como restaurantes, con la intención de ser bares, no todos
pretenden transformarse en discotecas cuando avanza la madrugada.

La Flauta mágica, en el Vedado, vincula a la historia musical cubana
mediante el compositor y director Richard Egües. Acopla el lujoso
ambiente del lugar, con el sonido de la maravillosa flauta de madera
tocada por el músico.

Siá Kará Café, ubicado en la calle Industria esquina Barcelona, Habana
Vieja, se inspira en el medio siglo que llevan los cubanos esperando por
la prosperidad.

Imágenes añoradas del capitalismo en Cuba, tecnología rusa, objetos y
electrodomésticos utilizados por los cubanos, que hoy causan risa. En
ese ambiente unido al exquisito servicio, Siá Kará Café, ilumina al
sector privado en la zona vieja de la capital como otro de los bares
habaneros al que obligan llamarse paladar.

Source: ¿La Habana vuelve a gozar las noches? | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/la-habana-de-noche-renace/

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