jueves, 21 de mayo de 2015

Presión entre bastidores para acelerar los cambios hacia Cuba

Presión entre bastidores para acelerar los cambios hacia Cuba
Nacen nuevos grupos de cabildeo que buscan que el Congreso de Estados
Unidos acabe con las restricciones comerciales y de viajes a la isla
mientras avanzan las conversaciones Washington-La Habana
SILVIA AYUSO Washington 21 MAY 2015 - 01:14 CEST

Cuba y Estados Unidos celebran este jueves en Washington su cuarta
reunión bilateral, en la que ambas partes esperan cerrar los detalles
finales para reabrir sus embajadas, un gesto clave en el proceso de
acercamiento iniciado hace cinco meses.

Algo que será posible en buena parte porque, el 29 de mayo, Cuba saldrá
de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo de Washington, un
reclamo fundamental de La Habana. Además, tras más de un año, la Sección
de Intereses cubana en Washington parece haber encontrado ya un banco
con el que realizar sus operaciones, algo que también constituía una
traba al avance de las conversaciones.

Todo esto "puede crear un contexto bilateral y regional apropiado para
avanzar hacia el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la
apertura de las embajadas", ha declarado La Habana. "Hace tiempo que
estamos dispuestos a discutir los próximos pasos con Cuba", replica
Washington.

Mientras se cierran todos estos pasos, apenas pasa una semana sin que
una compañía estadounidense anuncie su intención de hacer negocios en
Cuba, desde Netflix a aerolíneas que aumentan sus vuelos chárter -a la
espera de abrir rutas normales- o los transbordadores, que se preparan
para iniciar en los próximos meses el transporte de pasajeros por el
Estrecho de la Florida.

Para muchos, la pelota que el presidente Barack Obama echó a rodar el 17
de diciembre, cuando anunció la normalización de relaciones entre
Estados Unidos y Cuba, es imparable. Pero para no pocos, todavía se
puede mejorar, y mucho, su velocidad.

El proceso, consideran, requiere un empujón que acelere la llegada a la
meta. Sobre todo para atravesar el obstáculo del Congreso
estadounidense, que tiene la llave para acabar con las restricciones
finales que solo acabarán cuando se derogue el embargo. Y todavía quedan
congresistas y senadores que quieren mantener los candados.

"Sabemos que es algo que va a pasar, lo que estamos tratando de hacer es
acelerar el ritmo del cambio", explica James Williams. Este estratega
político está al frente de Engage Cuba, una organización paraguas que
engloba a empresas, asociaciones comerciales y grupos de la sociedad
civil que se lanzará formalmente a mediados de junio. Con el apoyo de
influyentes estrategas, tanto demócratas como republicanos, buscará
hacer cabildeo para "acabar o reformar las restricciones comerciales y
de viaje a Cuba", para empresas y turistas estadounidenses, explica
Williams.

"El resto del mundo lleva tiempo interactuando con Cuba. Nosotros no
solo estamos al margen, estamos perdiéndonos oportunidades de obtener
algunas ganancias para empresas estadounidenses", recuerda.

Entre los que se han unido a este proyecto están demócratas como el
exportavoz hispano de la Casa Blanca en el primer mandato de Obama, Luis
Miranda, o Luke Albee, un asesor veterano en lides del Congreso. Pero
también participan republicanos como la antigua asesora del presidente
George W. Bush Kirsten Chadwick o Billy Piper, ex jefe de gabinete del
senador Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana en el Senado.

Además de cabildear, el cada vez más poderoso lobby busca asimismo
dinero para financiar a candidatos que apoyen esta política en el
Capitolio. Con este fin, también se lanzó este mes New Cuba PAC, un
comité de acción política con el que se recaudarán fondos para "apoyar a
candidatos al Congreso dispuestos a acabar con las restricciones
comerciales y de viajes a Cuba", explica Williams, que también está al
frente de este proyecto.

Aunque las elecciones serán en 2016, "todos los congresistas están
haciendo ya campaña", de ahí la importancia de empezar ya a respaldar a
los legisladores favorables a los cambios hacia Cuba, explica Ric
Herrero, codirector del nuevo PAC. Es un esfuerzo además con vistas al
próximo gobierno, porque "las restricciones de viajes y de comercio son
muy extensas, por lo que es un proceso que probablemente va a durar un
poco más allá que el final de la administración del presidente Obama",
reconoce Herrero, que está también al frente de CubaNow, otra
organización que favorece el acercamiento a la isla.

Para el lanzamiento del comité de acción política, a comienzos de mes en
un acto privado en Miami, se contó con un poderoso aliado: Alan Gross.
El contratista estadounidense pasó cinco años encarcelado en Cuba y fue
liberado el 17-D dentro del paquete de acuerdos entre Obama y Castro que
propició el cambio de política. Pese a su odisea, Gross ha apoyado el
camino abierto por Obama. Para Williams, el antiguo contratista
personifica la estrategia detrás de Engage Cuba y el nuevo PAC.

Al fin y al cabo, señala, es "alguien que durante cinco años sufrió una
experiencia bastante traumática y difícil y pese a ello sigue pensando
que la mejor manera de tener un impacto positivo en Cuba es
interactuando con la isla".

Source: Estados Unidos: Presión entre bastidores para acelerar los
cambios hacia Cuba | Internacional | EL PAÍS -
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/05/20/actualidad/1432141339_335973.html

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