viernes, 3 de julio de 2015

El exilio cubano en Miami: entre la resignación y la esperanza

El exilio cubano en Miami: entre la resignación y la esperanza
Miami, como centro neurálgico del exilio, apenas ha registrado
movimientos de protesta en estos seis últimos meses. Lo más habitual es
encontrarse con opiniones prudentes que prefieren esperar y ver qué
depara la apertura de embajadas
jueves, julio 2, 2015 | Agencias

Miami (EFE).- Más de medio siglo después de dejar atrás sus hogares y
sus familias, los exiliados cubanos que escaparon del régimen castrista
asisten hoy, entre la resignación y la esperanza, a una nueva etapa
diplomática entre EE.UU. y Cuba que remueve los sentimientos más
profundos de varias generaciones.

En las calles de Miami, en la Pequeña Habana, a nadie tomó por sorpresa
el histórico anuncio que hizo Barack Obama el primero de julio. Entre
otras cosas porque el deshielo comenzó hace seis meses, el pasado 17 de
diciembre, y desde entonces los cubanos que viven en Estados Unidos han
tenido tiempo para atemperar sus emociones.

Miami, como centro neurálgico del exilio, apenas ha registrado
movimientos de protesta en estos seis últimos meses, hasta el punto de
que hoy, en la calle, cuando el periodista pregunta, lo más habitual es
encontrarse con opiniones prudentes que prefieren esperar y ver qué
depara la apertura de embajadas.

En el conocido café Versailles, en la Calle Ocho de la Pequeña Habana,
se concentraron en las últimas 24 horas más periodistas que exiliados
cubanos con ganas de protestar. Todo lo que había decir, ya se dijo.

Aún así, media docena de furgonetas con enormes antenas para transmitir
vía satélite se apostaron allí para recoger las impresiones de una
comunidad que se cansó de esperar y que ahora, resignada, confía en que
la nueva política traiga lo que no pudo lograr un embargo político y
económico de cinco décadas.

Armando González, con 75 años, llegó a Estados Unidos en 1978 y hoy
reconoce a Efe que esta nueva etapa abierta por Obama le provoca
"sentimientos encontrados", pero admite que "todo tiene su razón" y esta
normalización de relaciones "llega en el momento oportuno".

Víctor Gómez, otro veterano no sólo del exilio sino de la guerra del
Vietnam con el país que lo acogió, reconoce que "no funcionó lo que se
hizo para tratar de tumbar a ese hombre (Fidel Castro)", y ahora está
"contento" de que se intenten arreglar las cosas por otra vía.

Fuera por respeto o por simple estrategia, Obama ha tratado siempre con
cuidado al exilio en Miami, tanto en su discurso del 17 de diciembre
como en su última visita a la ciudad, el pasado 28 de mayo, cuando se
acercó a la Ermita de la Caridad del Cobre, símbolo religioso del
exilio, para expresar personalmente su respeto por los cubanos que
"dieron su vida por la libertad".

A pesar de ello, el exilio histórico, el que dejó en Cuba algo más que
su corazón, su familia y su patrimonio, ve hoy en Obama a un "traidor"
que ha sacado bandera blanca ante un régimen opresor que tiene detrás
"cincuenta años de dictadura y violación de derechos humanos".

Así lo expresa a Efe con amargura y verdadero rencor Orlando Cordobés,
apostado en la barra del café Versailles como quien ve la vida pasar.

Un poco más lejos, en el centro de la ciudad, en el Museo de Historia de
Miami, que hace unos días abrió al público una exposición sobre la
operación Peter Pan que en los años sesenta sacó de Cuba a miles de
niños con destino a Estados Unidos, algunos de los visitantes recuerdan
con emoción una experiencia que marcó sus vidas.

Al borde de las lágrimas, algunos protagonistas anónimos de aquella
"pesadilla", agradecen ahora la oportunidad que supuso para ellos ser
acogidos en Estados Unidos y desarrollar sus vidas en libertad, y en
algunos casos con éxito, como fue el caso del propio alcalde de Miami,
Tomás Regalado, el senador por Florida Melquíades Martínez o el cantante
Willy Chirino.

A diferencia de esa generación "perdida" para Cuba, los recién llegados,
los más jóvenes, bien formados y culturalmente armados para analizar
este giro histórico, observan con esperanza la nueva etapa y subrayan
que "la sola posibilidad de que haya cambios ya merece la pena".

Indira Magaz, una joven productora audiovisual cubana de 28 años en
busca de futuro profesional en Miami, reconoce que el anuncio de Obama
era "impensable" hace tan sólo unos años, y no puede dejar de
emocionarse con la idea de que todo aquello a lo que renunció "está más
cerca".

"La Cuba que yo conocí me dio las herramientas suficientes para saber
que hoy quiero estar aquí, en Miami, y lo que quiero lograr. No puedo
dejar de creer que esta será una oportunidad para cicatrizar, para
mostrar respeto por todos los que se tragó el mar, por todos los que
salieron y nunca han podido volver, por todos los que se quedaron y
nunca los dejaron salir", dice Indira.

También deja traslucir cierto escepticismo y no cree que los cambios
sean "inminentes", ni que todos sean "para bien".

La encuestas realizadas tras el anuncio de Obama en diciembre
confirmaron que la mayoría de los estadounidenses y los hispanos apoyan
la normalización de relaciones diplomáticas.

Sin embargo, entre los cubanos residentes en Estados Unidos el resultado
es más ajustado, casi un empate técnico, con un 48 % en contra del
diálogo, y un 44 % que respalda la política aperturista de Barack Obama.

Source: El exilio cubano en Miami: entre la resignación y la esperanza |
Cubanet -
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