lunes, 13 de julio de 2015

Quién puede hacer turismo en Cuba?

¿Quién puede hacer turismo en Cuba?
ELÍAS AMOR | Valencia | 13 Jul 2015 - 6:59 am.

Los países con modelos turísticos sostenibles, no excluyen el acceso de
los nacionales.

Un ejemplo más de la falta de respeto del régimen castrista por los
cubanos es el turismo.

Cierto es que, por vez primera en años, las cifras del sector están
mostrando una mejor evolución en los primeros meses de 2015. Es
incuestionable. El eventual restablecimiento de relaciones con EEUU o la
eliminación del régimen castrista de la lista de países que cooperan con
el terrorismo son señales poderosas sobre los viajeros internacionales
que, en general, pueden haber supuesto la pérdida de parte del temor
asociado a disfrutar de vacaciones en la Isla.

Descontado este efecto, que se traduce en titulares mediáticos que
sirven a la prensa oficial para atraer la atención de los turistas
internacionales, cabe preguntarse qué opciones quedan para el pueblo
cubano. Sí, estoy pensando ahora mismo en los 5 millones de cubanos que
reciben un sueldo medio inferior a 20 euros y que contemplan esa oferta
turística para extranjeros como un universo prohibido alejado de la
miseria y el racionamiento cotidiano.

Porque si bien es cierto que, en buena medida, el régimen ha suprimido
los obstáculos legales y penales que recaían sobre los cubanos para
disfrutar de las infraestructuras al servicio del turismo internacional,
subsisten barreras, tal vez insalvables, en los precios que se tienen
que pagar por el disfrute de estos servicios, completamente alejados de
la realidad cotidiana de los cubanos.

Comer en un paladar o en un restaurante de los que se abren al amparo de
las reformas raulistas, disfrutar de un fin de semana en un resort de
Puerto Pesquero o María la Gorda, viajar en un pequeño yate por los
cayos para practicar la pesca deportiva del marlín, disfrutar de un fin
de semana en alguno de los hoteles de Varadero o La Habana, alquilar un
automóvil para viajar por la Isla sin rumbo fijo… son actividades
vedadas para los cubanos, que permanecen impasibles observando cómo los
turistas procedentes de Canadá, Italia, Francia o España hacen uso de
sus tarjetas de crédito para disfrutar de esas maravillas de la isla grande.

Sinceramente, esta no es una apuesta correcta del régimen por el turismo
y en algún momento podrá estallar. Los expertos internacionales
sostienen que los países que han transitado con éxito hacia modelos
turísticos sostenibles, de calidad y capaces de atraer millones de
extranjeros año tras año, no excluyen, sino todo lo contrario, facilitan
el acceso de los nacionales a ese sector. Es el caso de España, país en
que los 65 millones de turistas que lo visitan cada año se consolidan
junto a un importante mercado nacional que no renuncia a sus vacaciones,
destinando un gasto medio por estancia, incluso superior al de los
extranjeros. Incluso en los años más difíciles de la reciente crisis
económica, los españoles no han renunciado a su descanso y han mantenido
su poder de compra "turístico" a costa de otras partidas de la cesta de
consumo.

La lección que cabe extraer es que no es bueno practicar el "apartheid"
social con el turismo. Con el tiempo acaba siendo una fuente de agravio,
que lastra y elimina las opciones más atractivas para el sector. Sin
embargo, el régimen castrista no ha pensado en ello, ni tiene la menor
idea al respecto. Contento con ir divulgando todos los meses unos datos
de turismo internacional que, previsiblemente irán en aumento porque
parten realmente de niveles muy bajos, no se han dado cuenta que, al
abandonar a los cubanos al campismo popular o los alojamientos de bajo
precio existentes en zonas menos favorecidas, no hacen otra cosa que
limitar el crecimiento del turismo en su conjunto.

Y la realidad es mucho más simple de lo que se piensa si se practica la
racionalidad económica. Los precios que se pagan en el sector turístico
de la Isla se corresponden con los niveles internacionales, y no con los
que podrían establecerse a partir del libre juego de oferta y demanda en
la Isla. Con salarios de 20 euros al mes, los costes de prestación de
los servicios turísticos (que son intensivos en trabajo) tienen que ser
claramente inferiores a los que se producen en otros países del Caribe.
Sin embargo, no es así.

El pack turístico vacacional en Cuba en los catálogos de las agencias de
viajes europeas establece unos precios similares a los de Dominicana,
Barbados, Puerto Rico o Caribe Mexicano, entre otros. ¿A qué obedece ese
desajuste de precios con costes? Recuerdo que durante el "Periodo
Especial" y algunos años después, los turistas españoles que viajaban a
Cuba se encontraban a la salida de los hoteles con "guías" no oficiales
que les proporcionaban referencias de paladares en La Habana donde
podían comer o cenar, de forma espléndida auténtica comida cubana, por
precios claramente inferiores a los que tenían los hoteles, donde se les
servía un catering internacional ajeno a la realidad gastronómica de
Cuba. El régimen hizo desaparecer a estos "guías" en poco tiempo,
penalizando sus actividades. La pregunta es: ¿por qué unos pueden operar
a precios muy bajos y otros no?

Al final subsiste un problema no menos grave. Los cinco millones de
cubanos que siguen cobrando del Estado castrista reciben sus
remuneraciones en CUP, y cuando trasladan a CUC su poder adquisitivo, se
encuentran con una dura realidad, que necesitan 24 CUP para conseguir un
solo CUC. La dualidad monetaria, que se mantiene artificialmente en el
tiempo, es otro castigo para los cubanos que observan cómo con su moneda
tradicional apenas pueden acceder a comprar unos productos escasos,
subvencionados por el régimen y que aparecen y desaparecen sin más,
mientras que con CUC se puede conseguir prácticamente de todo.

Si eso no es desigualdad social, que venga alguien y lo explique.

Source: ¿Quién puede hacer turismo en Cuba? | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1436731235_15655.html

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