jueves, 8 de octubre de 2015

Soñar con un techo en Cuba, una verdadera pesadilla

Soñar con un techo en Cuba, una verdadera pesadilla
Contrario a las expectativas generadas por las nuevas disposiciones
legales, la falta de viviendas sigue siendo uno de los más graves
problemas sociales en la isla.
Martinoticias.com
octubre 07, 2015

Cuatro años después de aprobada la nueva Ley de Vivienda, que autorizó
la compraventa de casas, la venta de materiales de construcción a
particulares, la concesión de subsidios a personas necesitadas y de
créditos personales para construir viviendas con el llamado "esfuerzo
propio", la crisis habitacional en Cuba empeora cada año.

En el 2014 se terminaron 25.037 viviendas nuevas en el país, de las
cuales el 51% fueron por esfuerzo propio, según la estatal Oficina de
Estadísticas e Información (ONEI).

La cifra es a todas luces insuficiente, teniendo en cuenta que, según
datos oficiales, el fondo habitacional asciende a más de tres millones
de inmuebles, de los que casi un 40% está en mal estado, mientras el
déficit general se calcula en más de 600.000 casas.

La legislación que regula todo lo relacionado con la vivienda en Cuba es
una complicada madeja, cuya aplicación jurídica y burocrática
obstaculiza la solución de lo que se propone resolver.

La nueva política crediticia se rige por el Decreto-Ley 289. Cerca de
500 sucursales bancarias de todo el país procesan las solicitudes de
créditos, y el Poder Popular (los gobiernos locales) asigna subsidios
para aquellos que no tienen recursos para pagar la reparación de su
casa. A los créditos pueden acceder, además de los propietarios de
viviendas o parcelas de tierra, los arrendatarios de inmuebles estatales
y los que viven en ciudadelas o cuarterías.

Desde que entró en vigor la nueva política para otorgar créditos y
subsidios para la construcción y reparación de viviendas, la práctica ha
demostrado sus insuficiencias, según analistas consultados por medios de
prensa.

"En el mundo entero la demanda de la vivienda va acompañada de un
mecanismo financiero, un crédito hipotecario y hasta que no se
desarrolle un mercado de crédito hipotecario la demanda nacional no
estimulará la construcción de nuevas viviendas con destino a los
nacionales", explicó el economista cubano Pavel Vidal a la agencia AP.

En Cuba, la vivienda que sirve de residencia no puede usarse como
garantía para obtener un crédito. Para acceder a esos préstamos las
personas pueden ofrecer un fiador solidario, la garantía de bienes como
joyas y automóviles, o hipotecar un terreno o una vivienda de descanso.

"Cuántos trabajadores tienen la propiedad de una vivienda de veraneo,
joyas o un auto?", se preguntó un jurista, consultado por la agencia IPS
en La Habana.

Liudmila Torres Corps, jefa de Banca Personal del Banco Popular de
Ahorros, explicó a medios locales de prensa que los trámites no se
aprueban cuando la persona posee un historial crediticio
insatisfactorio, su situación laboral es inestable o las garantías
presentadas no cubren el monto de la deuda. El interés, que ronda el 4%,
se define en cada caso entre el banco y el cliente, así como el tiempo
de amortización de la deuda.

El Banco Central de Cuba (BCC) entregó en los últimos tres años un total
de 3.231 millones de pesos (unos 135 millones de dólares) en créditos a
particulares, de los que un 63% fue destinado a la construcción y
reparación de viviendas.

Por su parte, los gobiernos locales aprobaron 63.000 subsidios, de mayo
de 2012 a enero de 2015, para la mejora de viviendas, que representaron
$40 millones.

El máximo de subsidio individual establecido por la ley es de 80.000
pesos ($650.00 dólares) y puede aumentar a 90.000 ($725.00) en las zonas
sísmicas. La cifra incluye materiales, transporte y mano de obra.

Santiago Herrera, director de Asuntos Legales de la Vivienda del
Ministerio de la Construcción, ha explicado a la prensa local que el
propietario tiene la obligación de restituir al Estado el monto del
subsidio otorgado, cuando venda o done la vivienda en los primeros 15
años a partir de la fecha en la que recibió el subsidio.

Las personas propietarias originales que permuten sus viviendas, le
traspasan también al nuevo propietario la obligación de resarcirle al
Estado el monto del inmueble cuando quiera efectuar cualquier trámite.

Contrario a las expectativas generadas por las nuevas disposiciones
legales, la falta de viviendas sigue siendo uno de los más graves
problemas sociales en Cuba.

La producción de varios insumos básicos ha disminuido cada año desde el
2012, según los últimos datos aportados por la ONEI. En 2014, la
producción nacional de materiales de construcción cayó en casi todos los
rubros, exceptuando los bloques de hormigón y la piedra triturada, los
techos metálicos, las tejas de asbesto cemento y las barras de acero
fueron los rubros que más cayeron.

Esa es la principal razón por la cual hay miles de personas esperando
que los centros estatales puedan vender estos materiales. Como resultado
de ese desabastecimiento no han demorado en subir los precios de la
mayoría de los artículos en el mercado negro, en ocasiones hasta en un
100%, con la consiguiente tensión que esa nueva realidad trae a los ya
depauperados bolsillos de los cubanos.

Varias personas consultadas para este reportaje señalaron que en los
centros estatales "el cemento cuesta entre 80 y 100 pesos cubanos según
el tamaño de la bolsa, las cabillas a 15 pesos el metro y las losas para
pisos a 7 pesos cada una".

Algunos elementos más "sofisticados", como un inodoro, cuestan 67 CUC, y
las instalaciones de la cocina como losetas, llaves de agua y fregaderos
sólo se consiguen en las tiendas por divisas, a precios inalcanzables
para la mayoría de los bolsillos.

Source: Soñar con un techo en Cuba, una verdadera pesadilla -
http://www.martinoticias.com/content/cuba-sonar-con-un-techo-causa-pesadillas/105785.html

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