jueves, 4 de febrero de 2016

Historiador del deshielo llama a Obama a apurarse para blindar su política cubana

Historiador del deshielo llama a Obama a apurarse para blindar su
política cubana
Un republicano en la Casa Blanca podría deshacerla de un plumazo, y con
apoyo del Congreso, advierte en "Foreign Policy" William LeoGrande.
Martinoticias.com
febrero 03, 2016

Un historiador clave de las negociaciones y el reciente deshielo
EEUU-Cuba está instando al presidente Barack Obama a dejar de "jugar al
flojo" en su nueva política cubana, so pena de que un republicano en la
Casa Blanca deshaga en un instante lo que describe como "todo su buen
trabajo".

William LeoGrande, coautor con Peter Kornbluh del libro Back Channel to
Cuba, sobre los contactos y acercamientos entre Washington y La Habana,
incluidas las negociaciones que condujeron al 17-D, dice en Foreign
Policy que en recientes conversaciones que ha sostenido con funcionarios
estadounidenses y cubanos, coinciden en que fomentar relaciones
comerciales más amplias y profundas ofrece la mejor esperanza de crear
en ambos países poderosos grupos políticos dispuestos a defender la
normalización y hacer el acercamiento irreversible.

LeoGrande cree que la tercera lista de reformas regulatorias para
relajar el embargo a Cuba, anunciada por la Administración Obama el 26
de enero, tiene justamente por objetivo, además de estimular el
comercio, crear en la comunidad de negocios un grupo de apoyo que
defienda su legado de mejores relaciones con La Habana, aun si un
republicano asumiera la presidencia en 2017.

Bueno, pero insuficiente

El profesor de Gobierno de American University resalta los cambios más
importantes:

Licenciar a bancos estadounidenses para financiar de forma privada las
exportaciones autorizadas a la isla;
Permitir ventas a empresas estatales cubanas, siempre que se dirijan a
"satisfacer las necesidades del pueblo cubano", a discreción del
Departamento de Comercio;
Dejar que Cuba compre a crédito productos estadounidenses, una
prohibición que, dice, colocaba a los exportadores estadounidenses en
franca desventaja frente a competidores de Europa y Asia.
LeoGrande considera que, al permitir que las compañías estadounidenses
puedan vender a empresas estatales cubanas, las nuevas regulaciones
abren un campo potencialmente amplio para las exportaciones. Y estima
que, en ese sentido, se ha dejado intencionalmente impreciso el alcance
de lo que es permisible. A su juicio, podría inferirse así que estarían
contemplados la mayoría de los artículos básicos de consumo.

Pero el académico cree que Obama se ha quedado corto y que debe apurarse:

"Las regulaciones no van lo bastante lejos como para aplacar los temores
y eliminar los obstáculos normativos que aún impiden los negocios entre
empresas estadounidenses y (el Gobierno de) Cuba", dice. Y anticipa que
"sin algunos éxitos comerciales notables, la comunidad de negocios
podría perder el interés por Cuba y por cabildear en el Congreso para
levantar el embargo", lo que haría morir en la orilla el proyecto de
normalización de relaciones del Presidente.

Invertir, sólo en telecomunicaciones

LeoGrande lamenta, asimismo, que varios cambios regulatorios que se
esperaban quedaran excluidos del tercer paquete de medidas:

"La prohibición de las inversiones estadounidenses (salvo en el campo de
las telecomunicaciones) se mantiene intacta, al igual que la prohibición
de casi todas las importaciones desde la isla, limitando el comercio con
Cuba a una calle de un solo sentido que el Gobierno de La Habana se
resiste a aceptar como normal".​

Agrega que a las instituciones financieras estadounidenses todavía se
les impide procesar la mayor parte de las transacciones internacionales
denominadas en dólares entre Cuba y empresas o bancos extranjeros.

Esto, que el autor define como "una extensión extraterritorial del
bloqueo", "ha conducido a multimillonarias multas contra bancos
extranjeros, ha obstaculizado la reintegración de Cuba en la economía
mundial y ha irritado a aliados de Estados Unidos".

El catedrático resiente que el presidente Obama no haya emitido una
licencia general a los bancos de Estados Unidos para procesar dichas
transacciones. Esto, a su modo de ver, aliviaría los temores de muchos
bancos nacionales y extranjeros a hacer negocios con Cuba, en vista
de las complejas regulaciones financieras actuales.

¿Y los viajes individuales?

Lamenta asimismo que los llamados viajes "de pueblo a pueblo" sigan
limitados a paquetes colectivos dirigidos, nada baratos y organizados
por agencias de viajes.

"Si, como sostiene Obama, 'los mejores embajadores de los valores y los
intereses estadounidenses son los propios estadounidenses', ellos deben
tener libertad para ejercer su derecho a viajar a Cuba con sus propios
itinerarios. El Presidente podría haber emitido una licencia general
para viajes educativos de pueblo a pueblo autodirigidos", dice LeoGrande.

El autor recuerda que Obama se enorgullece de su apertura a Cuba, y la
ha mencionado como un logro de su gestión en sus dos últimos discursos
sobre el Estado de la Unión.

"Pero este capítulo de su legado aún no ha concluido y, si no se anda
con cuidado, un republicano en la Casa Blanca podría escribir
su epílogo".

El tiempo se acaba

Tras repasar las posturas críticas hacia la distensión con Cuba de los
tres aspirantes de punta a la candidatura presidencial por el Partido
Republicano (Donald Trump, Ted Cruz y Marco Rubio), el coautor de Back
Channel to Cuba recuerda que un nuevo presidente podría desandar de un
plumazo el camino andado por Obama, ya que todas las acciones del actual
mandatario se han basado en su autoridad ejecutiva (el Congreso no ha
hecho nada para responder a sus llamados a levantar el embargo).

​El tiempo se acaba, advierte el autor, y señala que mientras que en La
Habana cualquier propuesta de negocios estadounidense (como la de
proveer Wi-Fi barato presentada por Google) es vista con suspicacia y
como si se tratara de un caballo de Troya capitalista, en Washington
cualquier iniciativa para relajar más el embargo es analizada con una
lupa legal y política y formulada después a cuentagotas, lo que, según
él, no permitirá que el comercio florezca antes que el próximo
presidente asuma el cargo.

William LeoGrande concluye instando a Obama a presionar a su burocracia
haciéndole saber que su política cubana es una prioridad que deben
convertir en realidad, y le sugiere al mandatario un recurso para
influir también en la agenda de La Habana: presentar sus argumentos en
Cuba, en persona.

Source: Historiador del deshielo llama a Obama a apurarse para blindar
su política cubana -
http://www.martinoticias.com/content/historiador-del-deshielo-llama-a-obama-a-apurarse-para-blindar-su-politica-cubana/114535.html

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