viernes, 12 de agosto de 2016

Un oasis en el desierto

Un oasis en el desierto
agosto 11, 2016 2:45 am

Jaimanitas, La Habana, Frank Correa (PD) Un kiosco con refrescos fríos y
un surtido especial de productos que faltaban en el resto de los
establecimientos de Jaimanitas, fue catalogado por algunos ciudadanos
como "un oasis en medio del desierto", después de haber buscado
inútilmente con qué refrescarse del intenso calor.

Luego de un recorrido por el pueblo y comprobar que no había refresco de
ningún tipo, preguntamos el por qué a los dependientes, pero se encogían
de hombros y no sabían a quién endilgar la culpa, si a la producción, a
la comercialización o a la distribución de los productos, porque también
faltaban las galleticas y solo había cerveza Heineken, no asequible a
todos los bolsillos.

Chichi, pescador de la antigua cooperativa de pesca, dijo que "era una
falta de respeto la falta de refresco, de cerveza y de muchas cosas más".

En cambio, Pablito, técnico de electrodomésticos, al no encontrar
refresco se bebió dos botellas de ron Cubay "al pelo". Dice que no fue
por el 26 de julio precisamente, sino por los tres días feriados que dan
por la fecha. "Tú sabes que en Cuba la gente festeja por cualquier cosa,
lo mismo una boda, un cumpleaños, que un velorio o un entierro".

Ni Pablito ni Chichi hallaron el misterioso kiosco con refrescos fríos
del parque. No lo hallaron tampoco muchos otros que se fueron a sus
casas a batirse "al pelo" con los rones Corsario, Bucanero, Galeón, o
con las distintas variantes de Havana Club "a la roca", lacerando sus
"estómagos estrígidos", como dijera el filósofo del pueblo "Crispín",
que tiene una propuesta de ron a granel en su casa a treinta pesos la
botella, "para los pobres de la tierra", como dice con tono humilde.

Pero los que salían de la playa La Conchita, y atravesaban el parque
después de una jornada de sol abrasador, y de sed, caminando rumbo a la
parada para regresar a sus casas en La Lisa, Marianao, Punta Brava o
Arroyo Arenas, descubrían el kisoco y entraban, para deslumbrarse ante
el ¡refresco Tukola frío! ¡Y la cerveza Cristal, fría! ¡Y los jugos,
fríos! ¡Y dieciséis tipos de dulces finos! Y otros propuestas más que no
tenían las otras tiendas del poblado.

Es un kiosco raro este, que poca gente conoce. Herméticamente cerrado y
con una pequeña ventanilla enrejada por donde atienden al público,
resguardados contra vandalismos. Pero las dependientes Katia y Yamilka
sonríen y dice que no, no es contra vandalismos. "Es el diseño", dice
Yamilka. "Nosotras no tenemos problemas de vandalismo. Pertenecemos al
Grupo Empresarial Palco. Trabajamos de 7 de la mañana a 7 de la noche.
No sabemos que otras ofertas ofrecerán los establecimientos comerciales
de este pueblo porque no somos de aquí, pero es cierto, todo el que
llega a este kiosco se asombra. Por los refrescos fríos, la cerveza
fría, las galleticas, los dulces finos. Parecemos un oasis en medio del
desierto, donde la gente llega, se asombra, se refresca y sigue el
camino. Aunque pasa también mucha gente que no tiene con qué comprar y
es lastimoso verlos seguir, mirando el kiosco de Palco como si fuera un
espejismo".
frankcorrea@nauta.cu; Frank Correa

Source: Un oasis en el desierto | Primavera Digital -
http://primaveradigital.net/un-oasis-en-el-desierto/

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