martes, 6 de septiembre de 2016

La compra de petróleo a Rusia, huida hacia delante

La compra de petróleo a Rusia, huida hacia delante
ELÍAS AMOR | Valencia | 6 de Septiembre de 2016 - 15:26 CEST.

La gran crisis económica, social y política de Venezuela ya tiene sus
primeros efectos colaterales. El dictador Raúl Castro se ha visto en la
necesidad de pedir a Vladimir Putin un suministro estable de petróleo y
sus derivados para la Isla ante los incumplimientos de Venezuela, que
desde la llegada al poder de Chávez ha sido el principal suministrador
para La Habana de petróleo.

Desde hace algunos meses, las autoridades comunistas de La Habana
anunciaron que se iba a restringir la utilización de fuentes energéticas
por las dificultades para recibir el petróleo de Venezuela, un país
inmerso en graves problemas de producción tanto por su situación
económica como por los bajos precios del crudo, que han restado
rentabilidad a los yacimientos petrolíferos de ese país.

Varias conclusiones pueden extraerse de huida hacia delante de la
dictadura castrista, en su demanda de petróleo a Putin. La necesidad del
régimen a buscar nuevas fuentes de suministros en los mercados
internacionales, en condiciones favorables de precios y financiación
tiene una lectura inmediata: la economía castrista carece de solvencia y
reconocimiento en los mercados para acudir, en condiciones similares a
cualquier país, a comprar petróleo a nivel internacional.

A pesar de las condonaciones de deudas y el aplazamiento generoso de
pagos de intereses del Club de París y otros acreedores internacionales,
Raúl Castro no tiene la financiación regular necesaria y suficiente para
poder comprar petróleo, o cualquier tipo de productos o servicios, en
condiciones competitivas a nivel internacional similares a las de
cualquier país. Aquí ya no vale el argumento del bloqueo o del embargo.
Tampoco utilizar a médicos o maestros como instrumento de pago, al igual
que en Venezuela. Los pagos se tienen que hacer en términos de solvencia
económica y disponibilidades financieras, algo a lo que el régimen
castrista no está muy acostumbrado. La gravedad reside en lo poco que
dura la alegría en casa del deudor, de quién se acostumbra a vivir de
regalías, sin asumir sus responsabilidades financieras.

No me extraña, en tales condiciones, que el Ministerio de Economía ruso,
en una carta al responsable de Energía de ese país, advierte que "la
capacidad de pago de Cuba es un riesgo importante" y propone implicar en
la organización de los suministros a "las compañías petroleras rusas que
tienen proyectos de inversión en ese país", como es el caso de la
estatal Rosneft, en lo que algunos analistas han querido observar un
cambio de estrategia de Rusia en Cuba ante la avalancha de inversores
extranjeros procedentes de otros países.

De todo esto, que tomen nota los empresarios que vayan a invertir en la
Isla y piensan alegremente en la reversión automática de beneficios. En
el régimen castrista, la última palabra en materia de dinero la tiene la
cúpula que dirige el país, y este es un buen ejemplo.

La segunda conclusión que cabe obtener de esta solicitud desesperada de
petróleo a Putin, por los incumplimientos de Venezuela, tiene que ver
con la situación internaen la Isla. No está el horno para calentar
demasiado el pan. Se puede quemar. Los que suponían que la grave
situación derivada de la falta de apoyo bolivariano iba a traer consigo
una especie de "Periodo Especial", apagones incluidos, ya lo pueden
descartar al menos en el corto plazo. Los Castro han llegado a una
conclusión: la situación en Cuba no está para experimentos. En cualquier
momento, puede estallar una chispa y extender la protesta social. Ya se
ha visto con las protestas de los boteros, pero igualmente con el
anuncio de impuestos a los trabajadores estatales, y no tardaremos en
ver otros conflictos. El régimen comunista adopta una posición
claramente populista y sacrifica, de manera irresponsable, los
equilibrios internos y externos de la economía para evitar la protesta
social. Pan para hoy, hambre para mañana.

La realidad es que la situación interna y externa de la economía
castrista se va deteriorando de manera acelerada, y no se ven propuestas
del régimen que sirvan para desplegar las fuerzas productivas de una
economía que necesita homologarse con las del resto del mundo para ser
competitiva y eficaz. La chispa puede prender en cualquier momento y
luego será tarde para apagar el fuego.

Este artículo apareció en el blog Cubaeconomía. Se reproduce con
autorización del autor.

Source: La compra de petróleo a Rusia, huida hacia delante | Diario de
Cuba - http://www.diariodecuba.com/cuba/1473168392_25115.html

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