miércoles, 9 de noviembre de 2016

Fin de la era Obama - el valioso tiempo perdido

Fin de la era Obama: el valioso tiempo perdido
YOANI SÁNCHEZ, La Habana | Noviembre 08, 2016

A partir de este martes una nueva etapa se abre para Estados Unidos y
para el resto de las naciones del planeta, mientras que para Cuba
concluye un período de grandes oportunidades, que fue desaprovechado por
la testarudez de la Plaza de la Revolución.

Con la normalización de relaciones entre Washington y La Habana,
anunciada el 17 de diciembre de 2014, comenzó un tiempo de posibilidades
para mejorar la vida de la población cubana que el Gobierno ha recibido
con una prudencia excesiva. A cada paso dado por Barack Obama, Raúl
Castro respondió con suspicacia, sin disminuir la represión política y,
en los últimos meses, elevando el tono de la retórica ideológica.

El general presidente ha dilapidado el entusiasmo del deshielo,
malgastando ocasiones y atrasando –con su terquedad – la inevitable
apertura que vivirá la Isla. Ha optado por atrincherarse en vez de
distender los férreos controles que atenazan la vida económica, cívica y
cultural del país.

Cuando se abrió la oportunidad de que los cafetaleros cubanos pudieran
vender su producto en territorio estadounidense, del lado de acá le
respondió una airada Asociación Nacional de Agricultores Pequeños. Ante
las propuestas de estrechar vínculos entre los jóvenes de ambas
naciones, el oficialismo verde olivo se parapetó en una agria campaña
contra las becas ofrecidas por la organización World Learning.

Los ofrecimientos de Google de ayudar a conectar la Isla a Internet se
toparon con el monopolio de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba
(Etecsa) que solo a finales de este año comenzará una "prueba piloto"
para llevar la gran telaraña mundial a 2.000 domicilios en La Habana
Vieja. Mientras, la censura se sigue cebando sobre sitios digitales y
las zonas wifi mantienen sus altos precios y un deficiente servicio. -
La Plaza de la Revolución ha centrado su discurso en el vaso medio
vacío. Durante largos meses ha culpado a Obama de no lograr levantar el
embargo o no devolver la Base Naval de Guantánamo, una estrategia
propagandística de estridentes reclamos para tapar la evidencia de que
el vecino del norte ha mostrado un mejor talante para la reconciliación.

Poco importan las fotos en que Castro y Obama se dan la mano y sonríen
ante las cámaras. La realidad dista mucho de merecerse los titulares de
la prensa extranjera, para los que Cuba ha cambiado porque Madonna se
paseó por las calles de su capital, un equipo de fútbol estadounidense
estremeció las gradas de un estadio en la Isla o ambos países colaboran
en la protección de los tiburones de la región.

En las últimas semanas el frenazo se ha hecho sentir con más fuerza. Las
autoridades cubanas saben que al nuevo inquilino de la Casa Blanca le
aguardan muchos retos por delante. Su agenda de los primeros meses
tendrá urgencias como la guerra en Siria, el conflicto con el ISIS y su
propios problemas internos, que no son pocos ni pequeños. Cuba no será
una prioridad en la agenda del próximo presidente de EE UU.

Sea Hillary Clinton o Donald Trump el ganador de esta jornada, tardará
en retomar el tema de la Isla y lo hará a su manera, marcando una
impronta que puede significar el "congelamiento del deshielo" o la
profundización del camino iniciado por Obama. Pero las riendas que
mantienen a Cuba en el siglo XX no parten del despacho oval, las sujetan
las manos de un octogenario que le teme a ese futuro que nos espera y
donde él no estará.

Source: Fin de la era Obama: el valioso tiempo perdido -
http://www.14ymedio.com/opinion/Fin-Obama-valioso-tiempo-perdido_0_2105189465.html

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