jueves, 3 de noviembre de 2016

Mucho ruido y pocas inversiones

Mucho ruido y pocas inversiones
REINALDO ESCOBAR, La Habana | Noviembre 03, 2016

Oggún forma parte de los orishas guerreros del panteón yoruba, pero un
tractor que lleva su nombre está perdiendo la batalla por el mercado
cubano. La firma Cleber no ha logrado instalarse en Cuba, a pesar de que
hace un año se anunciaba como la avanzadilla de las inversiones
estadounidenses en la Isla.

Los tractores ideados por Saúl Berenthal y Horace Clemmons saltaron a
las planas de los periódicos como símbolo del acercamiento económico
entre Cuba y Estados Unidos. Sin embargo, en medio de la Feria
Internacional de La Habana (Fihav) se anunció que el proyecto fue
desestimado por no cumplir "los requisitos de innovación tecnológica"
exigidos para la Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZEDM).

En los pasillos de la feria abundan los contrastes. Funcionarios
oficiales vestidos con impecables guayaberas sonríen y animan a los
expositores a mostrar sus productos. El número de delegaciones ha
crecido este año y Japón llegó con sus sofisticados equipos de la firma
Panasonic, pero se extiende también la sensación de que la cita
comercial se ha convertido en una vitrina algo inútil y sin resultados
concretos.

Lo sucedido con los tractores Oggún recuerda otros casos en que las
expectativas de hacer negocios en la Isla han quedado en las intenciones
o en los titulares de prensa. Una situación contradictoria con las
urgencias económicas del país, cuyo pronóstico de crecimiento económico
para este año ha caído por debajo del 1% y que necesita atraer capital
extranjero a razón de 2.000 millones de dólares anuales.

La lentitud y los titubeos están marcando el proceso inversionista.
Hasta el momento en la ZEDM solo se ha colocado la primera piedra de la
empresa mixta de producción de cigarrillos Brascuba, conformada por la
brasileña Souza Cruz y la cubana Tabacuba. En caso de que se logre
cumplir con los objetivos, habrá que esperar a finales de 2018 para que
la industria produzca 15 billones de cigarros cada año.

En los corrillos empresariales crece la desazón y la impaciencia. "No
saben hacer negocios, todo va muy lento y muchos se han cansado de
esperar", comentaba este martes a las afueras del recinto ferial
Expocuba un empresario de origen cubano radicado en Estados Unidos que
ha visitado la Isla para la ocasión. "Estoy a punto de tirar la toalla",
agregó.

"Prometen mucho, pero poco se ha concretado después de dos años",
explicaba bajo la condición de anonimato. Cuenta que vino en busca de
"algo más que palabras". Tras varios meses explorando la posibilidad de
posicionar su firma en el mercado nacional, el empresario considera que
"todavía resulta más barato y rápido instalar la factoría en México o en
Jamaica. ¿Cuál sería la ventaja de hacerlo aquí?".

En su discurso para presentar la nueva versión de la Cartera de
Negocios, el ministro de Comercio Exterior, Rodrigo Malmierca Díaz, se
vio obligado a espantar los temores:"La inversión extranjera no es un
mal necesario, la deseamos para el desarrollo del país. Es una decisión
soberana de Cuba que nadie nos está imponiendo, lo hacemos porque
estamos convencidos".

Sin embargo, el discurso ideológico de las últimas semanas ha subido de
tono y se torna más beligerante contra la administración estadounidense.
La televisión alterna los reportajes en los que se habla de inversión,
negocios y empresas mixtas, con otros materiales en los que se sataniza
al capitalismo y las intenciones del vecino del Norte de "derrocar" el
sistema cubano.

"Las empresas se quejan con razón, hay que imprimirle velocidad a las
negociaciones" reconoció Malmierca ante los inversionistas. Una lentitud
que está marcada también por el lineamiento 64 aprobado en el VII
Congreso del Partido, donde se establece a rajatabla que "quien decide
no negocia" en las relaciones económicas internacionales.

Los funcionarios que recorren la Fihav pueden tener el mejor talante, la
sonrisa más amplia y las tarjetas de presentación repleta de cargos,
pero los empresarios extranjeros saben que se trata de intermediarios
sin poder alguno de decisión. Su tarea es apenas explorar la propuesta y
generar ilusiones en el interlocutor.

No es solo la lentitud burocrática la que hace perder impulso a los
inversionistas. "La dualidad monetaria y el monopolio estatal sobre la
bolsa empleadora desestimulan mucho", explica a 14ymedio un empresario
guatemalteco que participa en la Fihav. "No estamos acostumbrados a no
poder contratar directamente a nuestro personal", agrega el visitante.

El restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos ha sido
una de las principales causas del aluvión de empresarios que han
visitado la Isla en los últimos dos años, pero ese innegable empujón no
constituye una fuerza cargada de permanente energía. Cada día que el
Gobierno cubano pierde sin aprovechar el impulso que dejó el
acercamiento entre los dos vecinos, arrastra el país hacia la inercia
económica y lo hunde en el fracaso.

Source: Mucho ruido y pocas inversiones -
http://www.14ymedio.com/nacional/ruido-pocas-inversiones_0_2101589835.html

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