viernes, 11 de noviembre de 2016

Paladares cerradas, dueños en la cárcel

Paladares cerradas, dueños en la cárcel
IGNACIO DE LA PAZ, Camagüey | Noviembre 11, 2016

Cerrados y silenciosos. Así se ven por estos días varios de los
restaurantes privados más exitosos de las provincias de Las Tunas y
Camagüey. Sus propietarios están acusados de varios delitos económicos y
están en la cárcel a la espera de ser procesados, pese a las peticiones
de sus abogados para que se les libere a cambio de una fianza.

El mes pasado, tras un registro exhaustivo en la paladar Me Son, a 15
kilómetros de la capital tunera, las autoridades llevaron a Valentín, su
dueño, a la prisión El Típico. De poco le sirvió a Valentín tener en su
propia casa la presidencia del Comité de Defensa de la Revolución,
cuentan los vecinos del poblado La Ceiba, en el municipio de Majibacoa.

"La policía cargó con todo, solo dejaron lo que no se podía arrancar, no
sé si volveremos a trabajar", se lamenta una empleada del local. "Venían
clientes de Holguín y hasta de más lejos. También funcionábamos como
casa de fiestas".

Juan Carlos, un joven agricultor de la zona que suministraba a la
paladar con "viandas y vegetales todas las semanas", confirma que "el
lugar se había vuelto muy famoso" y que "era cuestión de tiempo para que
la policía le cayera encima".

Según una fuente de la fiscalía provincial, Valentín es acusado de
"haber cometido graves ilegalidades, como tener productos sin la debida
justificación, trabajadores sin contrato y atrasos con el pago de los
impuestos a la Oficina Nacional de la Administración Tributaria (ONAT)".

En los últimos meses las autoridades han advertido de que la licencia
para restaurantes privados no incluye la realización de actividades
culturales, contratación de artistas, ni bares. En La Habana varias
paladares han sido cerradas por transgredir esas normas.

Los problemas judiciales de Valentín se suman al arresto, el pasado
verano, de Roberto, el propietario de La Moncloa, la paladar más exitosa
de Las Tunas. Las detenciones y la severidad legal contra los acusados
desataron las alarmas en el sector privado. "Todo el mundo está quieto
en base", comenta un familiar del dueño.

En la vecina Camagüey, al menos tres dueños de paladares también han
sido detenidos y procesados en los últimos meses.

Cerca de 500 personas trabajan en los 74 restaurantes privados
registrados legalmente en esa provincia. Ante los temores que recorren
al sector por cuenta propia, un funcionario del Consejo de
Administración Provincial, Jesús Polo Vázquez, aclaró que los registros
y arrestos solo son acciones para "mantener la legalidad en el ejercicio
de la gestión no estatal", por lo que "mientras cumpla con lo
establecido por la ley, ninguna instalación será cerrada
injustificadamente".

Polo Vázquez calificó a los detenidos de "inescrupulosos que se
enriquecen" con la evasión fiscal. "Cuba tiene derecho a defender sus
impuestos, porque de allí sale la educación, la salud, cultura y otros
servicios sociales".

La familia de Alberto Raiko discrepa con el funcionario e insinúa que la
detención desde hace un mes del propietario de la paladar Mi Hacienda,
en el reparto Alturas del Casino, es "una medida extrema para asustar a
los cuentapropistas exitosos".

Los empleados de La Herradura, de Rafael Papito Rizo, una de las
paladares más renombradas de Camagüey, comparten esa percepción. El
nombre del pequeño empresario llegó a convertirse en sinónimo de calidad
y buena mesa gracias a una trayectoria de más de dos décadas. Hoy, el
restaurante ubicado en el reparto Villa Mariana está cerrado.

El caso más sonado, sin embargo, ha sido el del céntrico restaurante
1800 de la Plaza de San Juan de Dios, ganador por dos años consecutivos
del premio a la excelencia Trip Advisor. El local fue clausurado hace
algunas semanas después de un registro de varias horas. La policía
"cargó hasta con la consola del aire acondicionado", cuenta un familiar
del propietario, Edel Fernández Izquierdo.

"Decomisaron 150 cajas de cervezas y 200 botellas de vinos que Edel
había comprado por venta libre sin que le dieran comprobante en una
Feria de Turismo en La Habana", asegura el pariente. "También se
llevaron botellas de licores que eran regalos de clientes amigos de Edel".

A Fernández Izquierdo se le acusa de tener envases de gas licuado sin
contrato y valiosas obras de arte que no estaban anotadas en el Registro
de Patrimonio. En su barrio muchos apuntan a que el detonante fue que el
próspero empresario logró comprar un auto Peugeot y otro inmueble en
Camagüey. "Ahí fue donde todo explotó", cuenta un vecino, Ramón
Buenaventura.

El dueño de 1800 está en la cárcel de Cerámica y su padre, retirado del
Ministerio del Interior con grados de coronel, aún no sale de la
sorpresa por lo ocurrido. "No le ha valido de mucho el uniforme, porque
no se trata de algo que hizo su hijo, sino de dar el ejemplo para que
los demás no se pasen de la raya", asegura Buenaventura.

Source: Paladares cerradas, dueños en la cárcel -
http://www.14ymedio.com/nacional/Paladares-cerradas-duenos-carcel_0_2106989281.html

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