lunes, 12 de noviembre de 2012

Profesionales cubanos: emigrar o padecer

Profesionales cubanos: emigrar o padecer

noviembre 10, 2012

Daisy Valera



HAVANA TIMES — El chiste que más aceptación ha tenido por estos días en

una de las guaguas del Ministerio de Ciencias dice así:



Manuel le pide a su vecino, que trabaja en una empresa de Miramar, que

le consiga un trabajo para su hijo.



El vecino le contesta: -No hay problema, tengo una plaza de supervisor

por la que ganará 500 CUC al mes.



No, no- grita Manuel contrariado- mi hijo necesita un puesto donde

aprenda a esforzarse.



Muy bien- responde el vecino- puede buscar el correo y hacer el café por

200 CUC mensuales.



Eso tampoco-le dice Manuel- tiene que ser un trabajo donde mi hijo

entienda lo que significa sacrificarse, uno de esos en los que se gana

300 0 400 pesos cubanos al mes.



Un poco molesto el vecino termina diciendo -Bueno Manuel, eso sí no se

puede, tu hijo no es universitario.



Yo tampoco me libro de la manía que tienen en esta isla de reírse de las

desgracias. Sonreí y luego me asusté.



Quizás porque mi título de Licenciada en Radioquímica se empolva en

alguna gaveta. Tal vez porque al menos un día a la semana me empeño en

determinar los niveles de mercurio en los sedimentos del río Almendares.



El más de medio millón de profesionales que ha vivido un 2012 poco

alentador, se enfrentará a un 2013 de reformas migratorias.



Muchas esperanzas están puestas en comprar un pasaje de ida a España,

Canadá, Estados Unido o "La Conchinchina".



Unos sueñan con obtener un contrato de trabajo relacionado con sus

profesiones, otros se contentarían con cualquier empleo.



Todos temen pertenecer a "sectores estratégicos para la economía y la

seguridad nacional" y ninguno quiere estar en la piel de un médico cubano.



Mientras esperamos que enero nos diga quienes han ganado el cuñito

salvador en el pasaporte hay una cuestión que ha terminado quedando clara:



El Estado no tiene nada que ofrecer a ese universitario, 5% de la población.



Los lineamientos resultaron una especie de divorcio entre los que

consiguieron un título y el Estado/Partido.



En el 2013 continuará el reordenamiento laboral basado en el principio

de idoneidad demostrada que le otorga todas las papeletas para la rifa

de los despidos a los recién graduados.



Los aumentos salariales se pierden en el horizonte de la productividad y

solo serán favorecidos sectores minoritarios (biotecnología, telefonía,

níquel).



Finalmente parece inmutable la pequeña lista de iniciativas privadas que

permite el Estado en su afán controlador.



En Cuba se puede ser desmochador de palmas o forrador de botones pero es

ilegal fundar una cooperativa de traductores, un grupo de diseñadores

/arquitectos o una asociación de abogados.



Sumando a esto, el hecho de restringir el trabajo por cuenta propia al

sector de los servicios dentro una sociedad machista, significa la

desvinculación de su profesión en primera instancia de las mujeres.



Por lo anterior el discurso de la emancipación de la mujer tan cacareado

por la FMC quedará obsoleto en pocos años.



Los profesionales cubanos en estos tiempos de cambios tienen pocas y

malas opciones:



Ver que les depara la suerte en tierras extranjeras, trabajar para el

Estado por salarios miserables o sacar una licencia para vender fritas.



Básicamente: Emigrar o padecer.



http://www.havanatimes.org/sp/?p=74983

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