miércoles, 1 de agosto de 2007

Rancheros de Florida quieren más negocios con Cuba

Diario Las Americas
Publicado el 07-31-2007

Rancheros de Florida quieren más negocios con Cuba

Por John Lantigua
Cox News Service

FORT PIERCE, Florida -- "Hogar, hogar en la pradera". Hoy día, un
ganadero de Florida que cante esta letra podría estar recordando su
propio rancho en el estado del sol. Sin embargo, también podría estar
recordando sus recientes paseos a caballo por los pastizales espléndidos
de Cuba.

En los últimos años, ganaderos de Florida --algunos de famosas familias
antiguas-- han recorrido ranchos en la isla comunista y montado a
caballo con sus contrapartes cubanas que usan sombreros vaqueros. Se
maravillan ante la belleza de la campiña cubana.

También han embarcado vaquillas y sementales para esos "amigos" cubanos
a fin de ayudarlos a reabastecer su hato diezmado. Incluso, han sido
anfitriones de funcionarios cubanos en sus ranchos de Florida que han
ido para seleccionar los animales.

Estos rancheros están entre un número creciente de propietarios de
negocios estadounidenses que quieren comerciar con Cuba. Algunos están a
favor de terminar por completo con el embargo económico que lleva ya 45
años, así como con las restricciones para viajar a la isla para que así
puedan forjar vínculos empresariales aún más estrechos con vaqueros
cubanos. Y no ven que la política del gobierno cubano sea una barrera.

"Cuando vamos a Cuba, no hablamos de política", dice Jim Strickland de
52 años, propietario del Rancho Strickland de seis mil acres en el
condado de Manatee, y quien ha estado en la isla al menos en ocho ocasiones.

"Sólo somos vaqueros y ganaderos que hablan sobre sus animales y sus
ranchos con gente que sabe de ganado allá", dice. "Hablamos el mismo
idioma. Históricamente, los ganaderos siempre han buscado mercados
nuevos, y eso es lo que estamos haciendo".

Strickland es de una cuarta generación de rancheros ganaderos en
Florida, nieto de Andrew Jackson Strickland. Uno de sus compañeros en
los viajes a Cuba ha sido Alto "Bud" Adams, el patriarca de 81 años del
rancho Adams de 16,000 acres cerca de Fort Pierce, y de unos 40,000
acres más en otras partes del estado. Adams es hijo del finado Alto
Adams, ex magistrado presidente de la Suprema Corte de Florida.

Quien los animó a ir Cuba fue John Parke Wright IV, descendiente de la
familia Lykes de Tampa, famosa por su ganado, cítricos e intereses
marítimos que se remontan al siglo XIX.

Todos provienen de tradiciones políticas conservadoras. Difícilmente son
el tipo de personas al que se les podría etiquetar con facilidad como
"simpatizantes de los comis".

Así es que, ¿qué hacen cabalgando con vaqueros de Pinar del Río y
Camagüey, ambas regiones de cría de ganado en Cuba? ¿Por qué se
arriesgan a la ira de los exiliados cubanos conservadores que creen que
el embargo estadounidense contra Cuba es algo sagrado?

Los rancheros de Florida dicen que se solidarizan con quienquiera que
haya perdido tierras familiares en cualquier parte. Sin embargo, eso no
significa que van a permitir que alguien en el sur de Florida les diga
dónde pueden montar a caballo y dónde no.

"¿Cómo puede ser que los cubanos en Miami nos puedan decir lo que
tenemos qué hacer si también somos floridanos?", pregunta Adams. "Si no
es ilegal ni inmoral, no veo ninguna razón por la que no debemos ir a
Cuba. No puedo darle gusto a todo el mundo".

Para Adams, los viajes a Cuba son legales desde el 2000. Eso fue cuando
el Congreso estadounidense aprobó una excepción al embargo contra Cuba,
la Ley de reforma a las sanciones comerciales. Permite la venta directa
de productos alimenticios a la isla, así como que individuos con
negocios relacionados viajen allá.

Ese cambio se produjo como respuesta a la presión política ejercida por
granjeros estadounidenses, muchos de los cuales son conservadores.
También fue resultado en parte de una agenda del gobierno de Clinton de
mayor contacto de "persona a persona" y humanitario con los cubanos.

Wright de 57 años, de Naples, ha estado en Cuba docenas de veces desde
entonces, y ha visitado docenas de ranchos ganaderos, dice.

Orgullosamente muestra fotografías tomadas con el ranchero Ramón "Mongo"
Castro de 82 años, el hermano mayor de Fidel Castro de 80 años, así como
con Raúl Castro de 76 años.

Ya se cumplió un año desde que Raúl se convirtió en Presidente en
funciones de Cuba, mientras el líder de tiempo atrás, Fidel, convalece
de cirugías abdominales. No mucho ha cambiado en Cuba en este año, y han
continuado las incursiones de ganaderos de Florida.

"Ramón y yo nos hemos hecho buenos amigos con el tiempo", dice Wright,
una afirmación que le habría hecho hervir la sangre a manzanas enteras
en Miami.

A pesar de la oposición en la comunidad de exiliados, Wright tiene una
historia de derribar barreras con países comunistas y espera hacerlo en
Cuba.

En 1972, justo cuando se reanudaban relaciones diplomáticas parciales
con la República Popular de China, a Wright -- entonces con 22 años --
lo envió a Asia la empresa de la familia, Lykes Bros., para tratar de
reabrir rutas de embarcación para entrar en ese país. La compañía, al
igual que otras firmas estadounidenses, había estado fuera de China
desde que los comunistas tomaron el poder en 1948.

Wright, quien estudió mandarín en la Universidad de Florida, estaba
listo. Se fue a trabajar a la oficina en Hong Kong de una compañía
británica que representaba a Lykes, y para 1974 ya había sido
transferido a Beijing. Empezó a forjar relaciones con funcionarios
chinos, y para 1979, ya se permitía que barcos de Lykes entraran a
puertos chinos, las primeras embarcaciones con bandera estadounidense en
30 años.

"La idea hoy día en Cuba es la misma de aquel entonces en China", dice,
"la reanudación del comercio facilitada por la amistad y el entendimiento".

La familia Lykes había amasado holdings considerables en Cuba antes de
que Castro tomara el poder en 1959. Habían embarcado ganado para Cuba
desde el siglo XIX, y al final eran propietarios de ranchos y de la
planta procesadora de carne más grande de la isla.

El gobierno revolucionario cubano confiscó los holdings de la familia,
con un valor de varios millones de dólares, como lo hizo con otras
firmas extranjeras. A pesar de eso, Wright dice que no siente rencor
hacia el régimen. De hecho, dada su experiencia en China, dice que desde
hace mucho se ha opuesto al embargo y otras medidas punitivas contra Cuba.

Cuando las excepciones al embargo se volvieron ley en 2000, empezó de
inmediato a resucitar la vieja relación, con la esperanza de embarcar
ganado a la isla desde Tampa.

Encontró otros ganaderos de Florida que estaban interesados en el
mercado cubano, como Adams y Strickland, cuyas familias también habían
criado ganado que se embarcaba para Cuba antes de la revolución.

"Nos invitaron a ir a Cuba, ensillar caballos y hacer amigos", dice
Wright. "Estamos siguiendo los pasos económicos de nuestros antepasados
y renovando amistades entre este sitio y Cuba".

A lo largo del camino, también han llevado algunos de los beneficios de
la crianza moderna de ganado de los que los rancheros cubanos -- en gran
medida aislados de los avances tecnológicos desde 1960 -- habían oído
hablar, pero a los que no habían podido tener acceso.

Los sementales que se han enviado a Cuba fueron desarrollados con ayuda
de la ingeniería del ADN. Fueron hechos para ser criados en el trópico
-- razas con pelo corto que no pierden mucho peso en el calor. Mejor
alimento y mejores prácticas veterinarias también son parte de los
nuevos conocimientos y experiencia. Catedráticos del Departamento de
ciencias animales de la Universidad de Florida han viajado a Cuba para
compartir lo que saben.

Los ganaderos de Florida quieren venderle más ganado a Cuba, y algunos
incluso considerarían sociedades con sus contrapartes cubanas una vez
que se haya levantado el embargo.

Sin embargo, sus perspectivas van más allá de Cuba. Adams dice que fuera
de los trópicos, la mayoría de los criadores de ganado ya han "llegado
al tope" en cuanto a la cantidad de ganado que pueden poner a pastar
donde se encuentran. El trópico es la siguiente gran fuente de carne
para el mundo, y las razas que él y otros rancheros de Florida han
desarrollado son los vehículos, dice.

"Las nuevas razas en las que estamos trabajando estarán bien en lugares
como Africa, las partes más calientes de América Latina, etcétera", dice
Adams.

Cuba, a sólo 90 millas de distancia, es un lugar conveniente para que
los ganaderos de Florida empiecen a hacer que eso funcione. En 1960, la
isla tenía seis millones de cabezas de ganado para seis millones de
personas. En la actualidad, cuenta con dos millones de cabezas para
cerca de 12 millones de personas, dice Wright.

"Cuando llegó Castro dijo: 'Antes sólo los ricos comían carne de res,
ahora todo el mundo come carne de res"', dice Adams. "Se comieron todo
su ganado. Todo el mundo comió carne de res durante un año, y desde
entonces nadie ha comido carne de res".

Los críticos del gobierno comunista dicen que los funcionarios
agropecuarios cubanos complicaron el problema al importar el ganado
equivocado para su clima y administrar mal los ranchos.

"Cuba tiene alimentos pero todo es bajo en proteínas", dice Adams. "Cuba
tiene excelentes pastizales y podría ser un productor más grande de
carne de res alta en proteínas para su pueblo. Además de hacer negocio,
esta es una oportunidad de hacer algún bien".

Hasta ahora, Adams, Wright y otros han proporcionado alrededor de dos
docenas de sementales. Otros 275 están en camino, y se han enviado
cientos más por barco desde otros estados de Estados Unidos. Wright
también ha ayudado a los cubanos a adquirir más de 400 vacas lecheras
estadounidenses para incrementar el suministro de leche.

Son pasos reducidos hacia la renovación de la relación empresarial con
Cuba. Adams reconoce que tendrían que cambiar los modelos económicos en
la industria ganadera cubana para que cualquier ranchero estadounidense
haga negocios serios allá.

"La gente del gobierno no sabe cómo administrar un rancho", dice. "Una
cosa es el empleo. Nosotros operamos este rancho con 10 personas, y
ellos quisieran usar mil".

Pero ni él ni los otros rancheros están tratando de cambiar el mundo de
un día para otro.

Adams dice que por el momento está satisfecho con renovar una vieja
relación con Cuba, y empezar a tender puentes en la encarnizada división
política entre ambos países. "Es como mover una manada de ganado de un
lugar a otro. Uno mueve una manada con mucha facilidad. No se quiere
espantarla".

John Lantigua escribe para The Palm Beach Post. Su dirección de correo
electrónico es: john--lantiguapbpost.com.

(Distribuido por The New York Times News Service)

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