Martes 07 de Septiembre de 2010 20:11 Agencias
El gobierno convertirá pronto algunas pequeñas empresas manufactureras y
de servicios en cooperativas, a medida que el Estado entrega algunos
negocios con la esperanza de impulsar la deprimida economía local,
dijeron esta semana fuentes cercanas al Gobierno, según Reuters.
Se trata de la más reciente reforma emprendida por el general Raúl
Castro, que busca reducir la burocracia y aumentar la productividad sin
sacrificar el sistema socialista instalado en Cuba tras la revolución de
1959.
"Las cooperativas no son algo en el horizonte, son algo ya aprobado en
la Asamblea Provincial de La Habana con la esperanza de recuperar la
producción local y mejorar la moral y la competitividad", dijo una
fuente cercana al Gobierno, que pidió no ser identificado.
"Hay talleres locales que ya han recibido la aprobación para pasar a una
forma cooperativa de producción y administración", añadió la fuente,
señalando sectores como la fabricación de muebles y talleres para la
confección de ropa.
El plan incluye sacar de la ilegalidad a muchas empresas privadas que
actualmente operan en el mercado negro y hacerlas pagar impuestos.
El régimen nacionalizó los pequeños negocios en 1968, entre ellos
incluso los lustrabotas.
Raúl Castro arrendó a comienzos de este año pequeñas peluquerías y
salones de belleza a empleados y está haciendo lo mismo con los taxis.
Las cooperativas agrícolas han existido en Cuba desde fines de la década
de 1970.
Castro dijo también que el Gobierno debería reducir en cerca de un
millón de personas las infladas plantillas del Estado en un plazo de
cinco años.
Buscando crear nuevos puestos de trabajo, Castro anunció el mes pasado
que autorizaría a los privados a montar más pequeños negocios y por
primera vez les permitiría contratar mano de obra.
Raúl Castro ha instado también a los gobiernos locales y provinciales a
impulsar el desarrollo económico. A principios de este año llamó a
identificar proyectos que estimulen la actividad económica, creando
nuevos puestos de trabajo bajo un programa denominado "Iniciativa
Municipal para el Desarrollo Local".
Según un documento al que Reuters tuvo acceso, la premisa es que "la
carencia de un programa propio de desarrollo local (...) crea una
situación compleja y desfavorable en lo que se refiere al ámbito social
de un grupo de municipios".
"Los procesos de centralización que han ocurrido en los últimos años,
dejan grandes vacíos a nivel local que deben ser resueltos,
especialmente en (...) la producción de alimentos, servicios, transporte
y comercio, entre otros", según el documento.
Ningún cambio al capitalismo
Los gobiernos provinciales están ahora inmersos en un proceso de
aprobación de propuestas que pueden incluir a las cooperativas y otras
formas de administración.
"Raúl dice que se estudian variantes a nivel local (...) y no
necesariamente hay que hacer lo mismo en La Habana que en Camagey", dijo
por teléfono un militante del Partido Comunista en la provincia de Camagüey.
Castro ha fomentado el debate sobre la mejor forma de manejar el sector
minorista desde que reemplazó hace más de dos años en la presidencia a
su hermano Fidel, pero ha descartado un cambio hacia el capitalismo.
No se ha dicho, por ejemplo, si los empresarios que han tenido éxito
podrán reinvertir sus ganancias y expandir sus negocios.
El Estado seguirá aún como propietario de los locales de las
cooperativas, como hace con la mayoría de las cosas en Cuba, pero los
trabajadores administrarán los negocios, cubrirán los costos operativos,
pagarán impuestos y se quedarán con las ganancias.
"Treinta de nuestros restaurantes, algunos con una buena imagen y otras
no tanto, ya han sido seleccionados para formar cooperativas y sus
presidentes con nombre, deben comenzar el proceso pronto", dijo un
funcionario de nivel medio de los servicios de alimentos en La Habana.
El funcionario dijo que las discusiones se habían prolongado durante un año.
"Los análisis que se están llevando a cabo son para saber cómo se van a
comprar los insumos y detalles tales como los salarios mínimos, y si los
ingresos de los administradores deben ser tapados", explicó.
Un economista vinculado a la preparación de los reglamentos de las
cooperativas no agrícolas dijo que todavía se estaba debatiendo hasta
qué punto las cooperativas podrían operar con mecanismos de mercado.
"El Estado debe permitir que operen a través de la oferta y la demanda.
No comenzar a contener los precios, decirles dónde, lo que pueden y no
pueden vender. En otras palabras, ejercer sólo un control indirecto, por
ejemplo mediante un impuesto sobre las ventas", dijo.
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