viernes, 1 de abril de 2011

DE USUREROS MEDIEVALES AL CASTRISMO DEL SIGLO XXI

DE USUREROS MEDIEVALES AL CASTRISMO DEL SIGLO XXI
01-04-2011.
Elías Amor Bravo
Economista ULC

(www.miscelaneasdecuba.net).- La reunión ampliada del Consejo de
Ministros del pasado 25 dio mucho juego en materia de asuntos
económicos. Al margen del absoluto desconocimiento de los principios
básicos de funcionamiento de una economía que desea crecer y hacerlo de
forma adecuada, los dirigentes del régimen anunciaron medidas que van,
justamente, en la dirección contraria. Me explico una vez más.

Leo con sorpresa en el artículo publicado en Granma y titulado "Aboga
Raúl por continuar rescatando la disciplina" que el Consejo de Ministros
"aprobó la política bancaria y de créditos para las personas naturales,
la cual respalda la actualización del modelo económico cubano".

Conviene recordar que el sistema financiero actual cubano es muy
primitivo e ineficiente. No fue siempre así. Cuba tuvo en los orígenes
de la República un potente sistema bancario que, por desgracia, entró en
crisis tras la depresión provocada por la finalización de la primera
guerra mundial. Fue entonces cuando tuvo lugar una notable entrada de
capital extranjero en la banca que supuso una notable modernización del
sector, con la aplicación de técnicas avanzadas en la valoración del
riesgo y las oportunidades. Fue en aquellos tiempos cuando se empezó a
gestar la creación de un Banco nacional que finalmente vio la luz en
1950. Un Banco que se desempeñó en funciones realmente complejas y de
envergadura, relacionadas con el control monetario, la política de
inversiones o los mercados de futuros. Técnicas que, incluso en la
actualidad, nos parecen avanzadas.

Por eso, cuando en 1959 Fidel Castro empezó a destruir la riqueza física
de la economía cubana, con las confiscaciones y expropiaciones masivas,
el marco de funcionamiento del sistema financiero se vio trastocado, y
más aún, cuando el fatal decreto de cambio de moneda dejó a miles de
ciudadanos sin sus ahorros de toda la vida. Los bancos, en su mayoría
privados, pasaron a manos del Estado, y su existencia y funcionamiento
dejó de ser la normal de un sistema económico para convertirse con el
paso del tiempo en entidades ineficientes, burocráticas, primitivas y de
escasa capacidad de gestión.

Una economía, como la marxista instalada en Cuba desde los años 60, que
penaliza la acumulación de capital, la creación de riqueza, la propiedad
privada o los valores del emprededurismo, no puede tener una valoración
favorable de la actividad bancaria y financiera. Y de hecho así ha sido
durante décadas.

Por eso, ahora, al despertar a una realidad incómoda, el régimen anuncia
una serie de medidas financieras, entre las que se incluye: "otorgar
créditos a los productores agropecuarios para la compra de medios de
trabajo e insumos en las unidades de comercio minorista, con el objetivo
de elevar la producción de alimentos del país; conceder préstamos a las
personas autorizadas a ejercer el trabajo por cuenta propia para
financiar el capital de trabajo y las inversiones mediante la compra de
bienes, insumos y equipos; y permitir que los cuentapropistas vendan
productos y servicios a las entidades estatales, previo contrato entre
las partes".

Si no he leído mal, el régimen quiere conceder préstamos a productores
agropecuarios y cuentapropistas para que puedan desplegar sus
actividades básicamente para la compra de insumos y bienes de equipo, es
decir, medios de producción. La partitura no es mala. Pero como sucede
con otras tantas iniciativas, la música suena muy desafinada. Me explico.

Cualquier persona sabe que la actividad bancaria, regular y ordinaria,
se basa en el cálculo exacto de los riesgos y las oportunidades que se
derivan de la anticipación de un capital a un individuo que desea hacer
algo en lo que cree y que le motiva. Para poder anticipar ese capital,
el banco, si no es irresponsable, debe estudiar con mucho detalle la
solvencia financiera del que pide el préstamo y la naturaleza de la
actividad que desea emprender. En todo caso, una vez estudiados los
elementos de solvencia, le solicitará los correspondientes avales que
cubran, como mínimo, una parte del capital requerido.

¿Quién puede presentar avales actualmente en Cuba? Como no se trate de
esos préstamos ad honore que se conceden en algunas universidades para
la realización de estudios de posgrado (y que en general suelen ir
avalados por los padres o los ahorros), no existen muchas experiencias
al respecto, ni siquiera de los conocidos microcréditos, que se regulan
de forma similar allí donde se practican. En ausencia de un marco de
derechos de propiedad, en el que la propiedad privada se encuentre
garantizada por las Leyes, cualquier acción financiera o crediticia se
convierte en una actividad de alto riesgo.

Para poder desarrollar cualquier actividad económica, las empresas
requieren financiación, si no cuentan con recursos propios suficientes.
Pero esa financiación debe estar avalada por derechos de propiedad, y
además, las ventas esperadas del negocio una vez deducidos los costes,
debe permitir generar unas ganancias suficientes para atender los pagos
de intereses del préstamo y en su caso, la devolución del principal.
Ganancias que, gestionadas debidamente, deben servir para aumentar la
escala de la empresa, favoreciendo su competitividad y crecimiento, por
lo que la obtención de financiación al siguiente período no solo le
resultará más fácil, sino que podrá obtener más y en mejores condiciones.

¿Ha pensado en esto el gobierno de Raúl Castro? Mucho me temo que no. Es
muy complejo de entender para burócratas estalinistas que penalizan y
criminalizan la propiedad privada y su acumulación y crecimiento en
pleno siglo XXI.

¿Saben que va a ocurrir si este proceso se implementa en los términos
tan generales que se han expuesto por el régimen castrista? Que la
"burbuja" financiera y crediticia explotará y muchos de los productores
agropecuarios y cuentapropistas no podrán devolver los préstamos,
viéndose obligados a poner punto y final a sus actividades. Los usureros
medievales trabajaban de este modo, y con ello hacían un gran servicio a
sus señores que les recompensaban adecuadamente por ello. Tal vez ese
papel ahora le corresponda al Banco Central de Cuba, al que el régimen
autoriza a "seguir fortaleciendo su papel dentro de nuestra economía".
Ni que decir tiene que el Banco no va a poder con todo, y supondrá más
endeudamiento, que es un lastre para una economía que quiere despegar.
Mal comienzo, y mal final, otra vía más para el fracaso de los
"Lineamientos".

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=31808

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