¿Qué esperar en vísperas del Congreso del Partido Comunista de Cuba?
Como telón de fondo de los cambios ha estado el retiro oficial de Fidel
Castro y la lenta desaparición biológica de la generación dirigente
Domingo Amuchástegui Álvarez, Andy Gómez, Miami | 13/04/2011
En Cuba se están produciendo cambios significativos, se está
desarrollando una pauta extremadamente inusual en la que la crítica y el
disenso dentro de la clase política en general, los intelectuales y la
academia se hacen más visibles hoy que nunca antes.
Al mismo tiempo, por iniciativa del Gobierno cubano, comenzó un diálogo
político con la Iglesia católica que ha tenido como resultado la
liberación de decenas de prisioneros políticos, en particular los
pertenecientes al Grupo de los 75, mientras grupos disientes continúan
sus actividades en lo que podría describirse como una relación de tira y
encoje con las autoridades cubanas. Además, la Iglesia católica ha
recibido permiso del Gobierno para establecer un seminario, el primero
desde el triunfo de la revolución, y proseguir con su ayuda humanitaria
a través de Caritas. Entretanto, el conflicto Cuba-EEUU apenas ha
cambiado, con los temas esenciales: la encarcelación de Alan Gross, los
llamados "los Cinco cubanos" todavía en cárceles estadounidenses y el
levantamiento del embargo norteamericano. No es probable que el Gobierno
de Estados Unidos haga más concesiones si Cuba no da el próximo paso.
Según informes procedentes de La Habana, la economía cubana se está
transformando de ser una cien por cien estatal a una economía
socialista, de mercado, mixta, claramente definida. Para 2015 el
Gobierno cubano espera que al menos 1,8 millones de personas y sus
familias representarán una enorme microeconomía de pequeñas empresas,
cooperativas, y empleados autónomos en las áreas urbanas, mientras la
mayor parte de la tierra, en las áreas rurales ―donde las granjas
estatales han desaparecido casi por completo― estará en manos de
"finqueros", cooperativas y campesinos privados.
Agencias de prensa extranjeras informan que más de 140.000 individuos
han obtenido terrenos y más de 120.000 han recibido licencias para
iniciar sus propios negocios privados. Y ya el 30 % de los servicios de
alojamiento son controlados por manos privadas. Simultáneamente, la
propia burocracia gubernamental no ha conseguido procesar los documentos
de despido de cerca de un millón de trabajadores expulsados de sus
empleos estatales.
Se está creando un diseño totalmente nuevo de cómo el Gobierno debe
funcionar, cuyo componente clave es la descentralización del
funcionamiento administrativo y financiero del gobierno central, con
relación a las administraciones provinciales y municipales, con la
garantía de una autonomía ampliada que creará sus propias fuentes de
ingresos y presupuestos locales.
Todos los cambios económicos forman parte de los Lineamientos que se
debatirán y aprobarán en el próximo Congreso del PCC, que se celebrará
del 16 al 19 de abril. Otra decisión importante que probablemente se
tome sea poner fin al papel del partido como administrador, que
interfiere constantemente con el trabajo de los ministros y las
autoridades locales, cosa que se lleva debatiendo hace algún tiempo,
pero que nunca se ha adoptado como política. Según el informe del
presidente Carter tras su visita a Cuba, dos tercios del plan han sido
enmendados para dar cabida a las sugerencias que ciudadanos cubanos y
personal gubernamental han ofrecido en reuniones que llevan más de un
año produciéndose. Pero estos cambios no constituyen promesas de un
futuro mejor.
Como telón de fondo de estos cambios ha estado el retiro oficial de
Fidel Castro y la lenta desaparición biológica de la generación
dirigente (los históricos) de la revolución cubana. Raúl Castro lo dejó
muy claro. "El VI Congreso del Partido debe ser, por ley de la vida, el
último de la mayoría de los que integramos la generación histórica".
Cuando el congreso culmine su trabajo, posteriormente y dentro del
propio año, se celebrará la primera Conferencia Nacional del Partido.
Esta reunión será muy importante, pues los delegados deberán aprobar una
nueva estructura de gobierno a través del voto secreto. La Conferencia
Nacional, con toda probabilidad, ratificará una nueva ola de cambios
económicos, sin perder el control político. Sin embargo, queda la
interrogante: ¿Será suficiente para la sociedad cubana la adopción de
reformas económicas sin cambios políticos? Solo el tiempo dirá.
Andy Gómez es vicerrector y especialista de alto nivel del Instituto de
Estudios Cubanos y Cubanoamericanos de la Universidad de Miami.
Domingo Amuchástegui es analista de Cuba News.
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