viernes, 5 de agosto de 2011

Los representantes del pueblo

Los representantes del pueblo
Fernando Ravsberg | 2011-08-04, 11:53

Central eléctrica construida en la zona de Alta Habana, que resultó
inservible porque afecta las viviendas aledañas.
Los periodistas extranjeros no fuimos invitados a la última sesión del
parlamento cubano, que se celebra cada 6 meses. De todas formas no hubo
noticias sorprendentes, a nadie le cabía la menor duda de que aprobarían
los lineamientos elaborados por el Partido Comunista.

Tampoco los diputados se mostraron demasiado inquisidores con los
informes presentados por los funcionarios del gobierno. No vimos por la
TV a nadie cuestionando los balances de los ministerios, ni siquiera en
los casos de reincidentes fracasos.

Por el contrario, oyeron impasibles eso de que existen causas objetivas
y subjetivas y se está trabajando duramente para superar estas últimas.
Sin embargo, pasan los días, los meses, los años, cambian los ministros
y algunos problemas siguen ahí, intactos.

Esto a pesar de que el vicepresidente José R. Machado dijo en el pleno
del Comité Central que "no se aceptarán autocríticas cuando estas sean
no más que puras justificaciones; tampoco se admitirán compromisos que
pasan de un año a otro y no se cumplen".

Por eso me sorprenden algunos de los informes presentados por los
ministerios a los diputados. Pienso en el balance de la agricultura que
sigue sin levantar cabeza a pesar de ser una prioridad, tanto por
razones económicas como de seguridad nacional.

Cuando uno oye los informes puede creer que se trata de una tarea
excesivamente complicada pero en realidad no lo es tanto, cualquier
campesino sabe cuáles son los problemas que se enfrentan en el campo y
cómo resolverlos para producir más y mejor.

El primer obstáculo que todos mencionan es la existencia de una
burocracia tan grande y poderosa como ineficiente tomando decisiones por
sobre los guajiros, diciéndoles qué sembrar, cómo hacerlo, en qué
tierras, cómo distribuirlo y cuánto cobrar por ello.
Un tabaquero me contaba no hace mucho que en Pinar del Río les ordenaron
centralizar todos los semilleros y prohibieron a los campesinos crear
los suyos propios, iniciativa gracias a la cual se propagó con más
facilidad una plaga por toda la provincia.

Hay que ser optimista y apostar a que algún día, en una de estos
encuentros semestrales, los diputados alzarán la voz para cuestionar a
los dirigentes incapaces, los interpelarán y, si lo amerita, pedirán su
destitución, sin esperar a que lo proponga el Presidente o el Partido.

Un dirigente no tiene por qué ser llevado a prisión por incapaz pero
tampoco es necesario esperar años de desaciertos para sustituirlo. Un
buen ejemplo son los costos y el daño que semejante paciencia provocó en
la industria del níquel.

Me cuesta creer que no haya en la Asamblea parlamentarios de la región
de Moa, gente ligada a la producción niquelífera que pudieran haber
enfrentado a la ministra y denunciado lo que ocurría antes de que las
cosas llegaran a los grados que llegaron.

Es difícil que el diputado de la zona de Alta Habana desconozca que allí
se construyó una central eléctrica inservible porque afecta las
viviendas aledañas. Por si acaso publicamos la foto, antes de que el
oxido y el pastizal la devore y se pierdan definitivamente los millones
que costó.

Si el cubano de a pie debe ahorrar, trabajar y sacrificarse parece justo
que se le de una explicación sobre estos despilfarros. Y son los
diputados, sus representantes, quienes deberían exigirle a los ministros
que evalúen los daños y delimiten responsabilidades.

Se trata de analizar a fondo cada error y, como reclama el
vicepresidente Machado, explicar "por qué no se hizo lo necesario,
quiénes son los responsables, qué se ha concebido para rectificar,
cuáles son los resultados y en qué tiempo se resuelve la situación".

En su lugar circula por Internet la resolución OM-863 del Ministerio de
la Industria Básica -encargado del níquel y la electricidad- donde se
ordena que los dirigentes del sector "no podrán coordinar trabajos con
los medios (de prensa) nacionales y extranjeros sin la previa
autorización del organismo central".

Pero semejante orden no debería afectar a los diputados, ellos son
representantes directos del pueblo y su deber es proteger los intereses
de sus electores. Son también el contrapeso del Poder Ejecutivo, en sus
manos está regular y controlar la eficiencia del gobierno.

Su papel podría ser mucho más importante en un futuro próximo cuando,
tal y como se proyecta, las regiones y municipios adquieran mayor poder.
Pero "sin cambiar la mentalidad no seremos capaces de acometer los
cambios necesarios", les dijo Raúl Castro a los diputados.

Es que para la institucionalización de una nación no basta con que el
poder central ceda competencias, es imprescindible además que el
parlamento, los municipios, los sindicatos, los tribunales y el resto de
los actores sociales, den la batalla por independizarse y recuperar su
verdadera identidad.

http://www.bbc.co.uk/blogs/mundo/cartas_desde_cuba/2011/08/los_representantes_del_pueblo.html#more

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