Thursday, September 22, 2011 | Por Osmar Laffita Rojas
LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) – La prensa oficial no
informa el daño que ocasiona la burocracia a las empresas, y sus efectos
negativos en el crecimiento económico de la nación.
La burocracia no es un fenómeno aislado que marcha en contraposición al
socialismo, sino el resultado de la negativa política de centralizar y
estatizarlo todo.
Los organismos centrales toman sus decisiones y las instancias
intermedias y de base están obligadas a cumplirlas, pero no pocas veces
la excesiva centralización conspira contra el funcionamiento de las
instituciones.
Esta hipertrofia ha propiciado que la burocracia sea una fuerza
dominante, que por su esencia entorpecedora provoca pérdidas de
recursos, tiempo y un malestar generalizado.
Dado el extremo control que ejerce la burocracia, los daños que ocasiona
son irreparables. Los directivos de las empresas no tienen autonomía
para decidir cuándo sus inventarios ponen en peligro los procesos
productivos por el abarrotamiento de los almacenes.
Tanto la administración como los trabajadores, siendo teóricamente los
dueños, son impotentes, porque no están autorizados para dar salida a la
producción estancada, lo que acarrea el incumplimiento de los planes y
repercute negativamente en los salarios de los obreros y la economía.
Como ejemplo pueden citarse los casos de las industrias Hormigón y
Terrazo, de La Habana; y de cemento, de Nuevitas donde, por los excesos
en sus inventarios de cientos de miles de bloques y baldosas, y los
silos abarrotados de cemento, la producción se paralizó por más de una
semana. Simultáneamente, las tiendas de materiales de construcción
permanecen vacías o mal abastecidas. De igual forma, las inversiones no
marchan con la rapidez requerida debido a la carencia de cemento.
Los que solicitan tierras en usufructo, amparados en el Decreto-Ley
259, tropiezan con los obstáculos que imponen los burócratas del
Ministerio de Agricultura. Las trabas burocráticas a la aplicación de
esta legislación, vigente hace tres años, han impedido que las cosas
marchen con la celeridad que la producción de alimentos demanda. Todavía
falta por entregar más de un millón de hectáreas que continúan ociosas.
La consigna del gobierno de que la producción de alimentos es un asunto
de seguridad nacional, no se corresponde con la actuación de los
burócratas del Ministerio de Agricultura.
En estos momentos se reportan incumplimientos en las entregas de los
insumos a los cooperativistas y campesinos. En el caso específico del
cultivo de frijoles, sólo han recibido el 60% de las asignaciones, lo
que pone en peligro la producción prevista para este semestre.
A los productores se les informó que estos recursos están almacenados en
las delegaciones provinciales, pero por trabas burocráticas y papeleos,
todavía no han llegado a las cooperativas y los campesinos.
Estos problemas conspiran contra una producción destinada a la
sustitución de importaciones. Pero los burócratas, refugiados en las
dependencias del Ministerio de Agricultura persisten en la
irresponsabilidad, sabiendo que su negativa actitud afecta la labor de
los productores del campo
http://www.cubanet.org/articulos/la-insumergible-burocracia/
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