Aspectos de la economía cubana en 2011
Prosigue la tendencia, presente desde hace tiempo, a que la economía
cubana crezca a niveles inferiores a los logrados por América Latina y
el Caribe
Oscar Espinosa Chepe, La Habana | 09/11/2011
El ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo
Malmierca, al inaugurar oficialmente la XXIX Feria Internacional de La
Habana, señaló que se estima que este año el Producto Interno Bruto
(PIB) cubano alcanzará un incremento del 2,9 %, e informó que en el
primer semestre del 2011 creció un 1,9 % respecto a igual etapa de 2010.
Asimismo, indicó que al cierre del tercer trimestre el intercambio de
mercancía se incrementó en un 27,0 %, y que las exportaciones acusaron
una dinámica similar, lo que "atenuó en términos relativos el déficit de
la balanza comercial de bienes", sin aportar información adicional.
Hay que subrayar que por sus características la economía cubana tiene
una mayor actividad en los primeros seis meses del año, cuando se
realizan las zafras azucarera y tabacalera, se cosechan la mayoría de
las viandas, hortalizas y cítricos, y es la temporada alta del turismo.
También, por haber pocas lluvias y no existir huracanes, avanzan mejor
las actividades de la construcción y la minería. Por tanto, habrá que
realizar un gran esfuerzo en el segundo semestre para llegar al 2,9 % de
incremento del PIB señalado por el Ministro.
De todas formas, si se alcanzara el crecimiento anunciado, éste se
situaría por debajo del 3,1 % considerado en el plan del año. Asimismo,
prosigue la tendencia, presente desde hace tiempo, a que la economía
cubana crezca a niveles inferiores a los logrados por América Latina y
el Caribe. En 2011 el crecimiento de la región será superior al 4,5 %,
según estimaciones de CEPAL, por lo que la economía cubana seguirá
retrasándose con respecto a ella. Por otra parte, habrá que analizar con
detenimiento ese 2,9 % de crecimiento, dada las tradicionales
inconsecuencias de los datos estadísticos oficiales cubanos. Cifras
preliminares de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) publicados en
enero de 2011 —todavía no confirmados por no haberse publicado el
capítulo de Cuentas Nacionales del Anuario de 2010—, daban un
crecimiento del PIB del 2,1 %, basado fundamentalmente en pretendidos
aumentos en la educación (4,5 %), y salud pública y asistencia social
(5,7 %), cuando en el primero de esos sectores prácticamente todas las
matriculas se redujeron sensiblemente y en el caso del segundo hubo
profundos recortes en la ejecución presupuestaria del 2010 con respecto
al 2009: en salud publica 11,9 % y asistencia social 25,6 %.
Respecto al 27,0 % de crecimiento del intercambio comercial de
mercancías, no debe sorprender, teniendo en consideración el incremento
de los precios del combustible y muy en especial de los alimentos con
respecto a igual período del año pasado. Desafortunadamente, Cuba no ha
podido beneficiarse del considerable aumento del precio del azúcar —el
artículo alimenticio mejor cotizado— por carecer de excedentes
exportables al estar destruida la industria. De los datos ofrecidos por
el ministro Malmierca se desprende que continúa la lamentable situación
del comercio exterior de bienes, con las importaciones sobrepasando las
exportaciones en casi tres veces. Una situación posible de sustentar
hasta el momento, gracias a los vínculos especiales con Venezuela.
En adición a las informaciones del ministro, en los primeros días de
noviembre la ONE emitió información sobre el volumen de la producción
agropecuaria obtenida, sin incluir la cañera y de patios y parcelas, al
concluir septiembre. Se muestra un incremento total del 7,2 %, con un
10,1 % en la agricultura no cañera y 4,2 % en la ganadería, con relación
a igual período de 2010.
Los crecimientos en las principales producciones agrícolas se obtienen
en el sector privado, donde a excepción de la papa y el maíz, hay
amplios sobrecumplimientos. En el maíz, el decrecimiento fue del 4,8 %,
inferior a los ocurridos en los demás sectores de la agricultura. Llama
la atención el incremento en el sector privado del 17,7 % en viandas y
el 12,5 % en hortalizas, el 66,9 % en arroz y 68,9 % en frijol. No
obstante debe apuntarse la disminución de la producción de leche en 8,4
%, una minoración de 34,2 miles de millones de litros.
Los crecimientos obtenidos probablemente estén influidos por las
entregas de tierras en usufructo, pues a pesar de las absurdas
prohibiciones y frenos existentes, el interés personal muchas veces
vence los obstáculos y logra éxitos. Incluso la televisión ha mostrado
los avances en las tierras recibidas por algunos campesinos
usufructuarios. En principio cubiertas de malezas —principalmente
marabú—, que meses después estaban ya convertidas en verdaderos
vergeles, a fuerza de voluntad, machete y azadón, prácticamente sin insumos.
De todas formas esos incrementos productivos todavía no se aprecian en
el mercado. Las ventas en los mercados agropecuarios decrecen. Según la
ONE, las ventas entre enero y septiembre decrecieron en valor en 1,2 %;
de ello, las ventas en productos agrícolas se incrementaron en 0,3 % y
los cárnicos disminuyeron en 20,9 %. En cuanto a ventas físicas
(toneladas), los productos agrícolas descendieron en 11,4 % y los
cárnicos en 37,8 %.
De 15 productos agropecuarios que representan el 68,9 % de las ventas en
valor, solo 2, boniato y arroz, incrementaron las ventas, y la mayor
parte del arroz procede del exterior. Estos datos reflejan que ha
existido en el período de enero a septiembre un aumento en los precios
de los productos, teniendo en cuenta que la disminución en la venta
física de productos tanto agropecuarios como cárnicos fue superior a la
dinámica de las ventas en valor. No son posibles mayores precisiones
debido a la falta de información.
Como puede apreciarse existe una contradicción entre los datos ofrecidos
en cuanto al volumen de producción logrado y las ventas en los mercados
agropecuarios. Quizás esto se explique por el incremento en los
productos destinados al autoconsumo de los campesinos, el consumo social
o el procesamiento industrial, en detrimento de las asignaciones
dirigidas a los mercados agropecuarios, de oferta y demanda, y los que
tienen asignados precios oficiales, los llamados "topados".
A todo lo anterior se añade la incertidumbre sobre el estado de la
economía mundial y las posibilidades de una nueva recesión. Si
reapareciera este fenómeno, lo cual no es descartable, las consecuencias
para Cuba serían muy desfavorables. En particular en los ingresos
derivados del turismo, las remesas y el precio de los pocos productos
exportables, especialmente el níquel. También haría peligrar el nivel de
"cooperación" con Venezuela. Si se redujera el precio del petróleo, ello
podría incidir negativamente en el monto de la "ayuda", causando
consecuencias desastrosas para la endeble economía cubana, no preparada
para afrontar semejante situación.
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/aspectos-de-la-economia-cubana-en-2011-270337
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