Activistas instan al Congreso de EEUU a rechazar medidas contra viajes a
Cuba y el envío de remesas
"Al revertir estas políticas se condenaría a las familias cubanas a
continuar su dependencia del Gobierno cubano", declaró Tomás Bilbao, del
Grupo de Estudio sobre Cuba
EFE, Washington | 14/12/2011
Grupos a favor de suavizar el embargo contra Cuba mantienen desde hoy
una férrea campaña de presión para que el Congreso de EEUU no revierta
la flexibilización de los viajes y remesas a Cuba, como buscan algunos
republicanos en el debate presupuestario actual.
A principios de este año, el presidente de EEUU, Barack Obama, firmó una
orden ejecutiva que flexibilizó las restricciones de viajes y remesas a
Cuba impuestas por su antecesor, George W. Bush, como parte de un
esfuerzo de su Administración por promover un cambio democrático en la Isla.
Sin embargo, varios líderes republicanos en la Cámara de Representantes
promueven esta semana una enmienda, propuesta a mediados de julio pasado
por el legislador de Florida Mario Díaz-Balart, que permitiría a los
cubanoamericanos en EEUU sólo una visita cada tres años a la Isla, sin
excepciones.
En esa ocasión, la Casa Blanca dejó claro que Obama vetaría la
legislación si esta revierte los cambios hacia Cuba, aun si se tratara
de fondos para las agencias federales.
La polémica medida es tan sólo una de varias que negocian demócratas y
republicanos de la Cámara de Representantes en el marco del debate sobre
los presupuestos para nueve agencias de la burocracia federal.
La medida de Díaz-Balart, de origen cubano, está incluida en el
presupuesto para el Departamento del Tesoro de EEUU, que es el encargado
de hacer cumplir el embargo contra Cuba.
Si el Congreso no aprueba el proyecto presupuestario para este próximo
viernes, las autoridades federales nuevamente corren el riesgo de un
cierre parcial del Gobierno.
Según fuentes legislativas demócratas, los legisladores continuarán
puliendo la versión final del proyecto de ley de gastos y cabe la
posibilidad de que dejen intacta la polémica medida sobre Cuba.
Pero esa versión tendrá que ser armonizada con la que salga del Senado,
bajo control demócrata.
"Realmente todo depende de la señal que envíe la Casa Blanca al
Congreso, porque este proyecto presupuestario incluye otras enmiendas
que la Casa Blanca no querrá", dijo Tomás Bilbao, director ejecutivo del
Grupo de Estudio sobre Cuba (Cuba Study Group, por sus siglas en inglés).
"Tendremos que ver si la Casa Blanca está dispuesta a forzar un cierre
del Gobierno o si el Congreso termina eliminando enmiendas que de otra
manera no serían aprobadas", agregó.
Su grupo, partidario de flexibilizar el embargo contra el régimen
cubano, dijo posteriormente en un comunicado que "condena las acciones
de ciertos miembros del Congreso dirigidas a revertir las políticas que
han contribuido a reunificar a las familias cubanas, rompiendo el
aislamiento impuesto sobre el pueblo cubano".
"Los viajes y envíos autorizados bajo la política existente han ayudado
a las familias cubanas a reducir su dependencia del Gobierno cubano e
incluso les han permitido empezar sus propias empresas privadas. Al
revertir estas políticas se condenaría a las familias cubanas a
continuar su dependencia del Gobierno cubano", enfatizó.
Por su parte, el Grupo de Trabajo para América Latina (LAWG, por sus
siglas en inglés) ha puesto en marcha una campaña de presión para que el
público estadounidense envíe cartas a la Casa Blanca e indique su apoyo
"a viajes de las familias cubanoamericanas sin restricciones".
En un mensaje dirigido a Obama, el grupo instó al presidente a que
mantenga la promesa electoral que hizo en 2008 y "no limite el derecho
de estas familias a viajar libremente a Cuba".
El grupo Testigos por La Paz también se ha sumado a esa campaña de
presión, porque considera que la enmienda de Díaz-Balart es muy
"punitiva contra las familias cubanoamericanas".
Aunque Obama dejó en pie el embargo unilateral de EEUU contra Cuba,
vigente desde 1962, sí flexibilizó los viajes de grupos académicos,
religiosos y culturales, además de que amplió el número de aeropuertos
en este país con servicio al mercado cubano.
Los partidarios de la medida de Díaz-Balart reiteran su postura de que
EEUU no debe premiar con divisas al régimen castrista.
Se calcula que en los últimos doce meses unos 300.000 cubanoamericanos
han viajado a la Isla y que para el próximo año esa cifra alcance al
menos el medio millón de personas.
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