Miércoles, Diciembre 7, 2011 | Por Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -Con el comienzo de la
molida en los centrales Argeo Martínez, en la provincia de Guantánamo, y
Jesús Rabí, en la de Matanzas, el 1 de diciembre, se inició la Zafra
Azucarera 2011-2012. El monto de azúcar a producir será superior en un
20,0% a la zafra anterior, según informaciones oficiales. Por ello
podría estimarse que alcanzará alrededor de 1,5 millón de toneladas de
azúcar, posiblemente similar a la de 1909 de 1,56 millón de toneladas,
cuando Cuba tenía una población cercana a 2,1 millones de habitantes, 5
veces menos que la actual de 11,2 millones.
La producción azucarera de este año se llevará a cabo en el contexto de
una reorganización de la estructura administrativa y de dirección de la
industria. El Ministerio del Azúcar (MINAZ) desapareció, sustituido por
un Grupo Empresarial llamado AZCUBA, que fundamentalmente a través de
empresas provinciales dirigirá la producción azucarera y de derivados.
Ahora de los 156 centrales que había a principios de los años 1990,
sólo se mantendrán activos 56, de los cuales 46 molerán en la presente
zafra.
Los recursos importados para hacer la zafra habían llegado en un 98,0%
al cierre de octubre pasado, de acuerdo con informaciones brindadas por
funcionarios de AZCUBA. En la mayor parte del país se ha contado con un
excelente régimen de lluvias, favorecedor de los retoños y las cañas
sembradas. No obstante, en esta oportunidad se espera un rendimiento de
37 toneladas por hectárea, 4,5 más que en la Zafra 2010-2011, pero
todavía lejano de las 39 obtenidas como promedio en los 10 años
anteriores a 1959. Si la comparación se realiza con respecto a los
niveles promedios mundiales (71 tons/ha en 2009, de acuerdo a la FAO) la
diferencia es sustancial e indicadora del nivel de ineficiencia que
persiste en la agricultura cañera de la otrora azucarera del mundo.
En cuanto a la mecanización se piensa que el 98,0% de la caña se cortará
de forma mecanizada a lo que contribuirá la compra de máquinas
brasileñas, que fueron probadas en el Central Jesús Rabí el pasado año
con buenos resultados. También se han realizado modificaciones
tecnológicas en las Combinadas KTP fabricadas en Holguín, sobre todo en
los sistemas de corte. Sin embargo para que esos equipos funcionen
correctamente mucho dependerá de que se haya realizado una preparación
adecuada de los campos de caña, así como de que no haya muchas lluvias,
obstaculizadoras del funcionamiento de los equipos.
Adicionalmente se intentará aumentar el tiro de la caña directamente de
los campos al basculador de los centrales para lograr una mejoría en la
frescura de la materia prima y obtener un mayor rendimiento de azúcar
en el proceso de molida. De igual forma se procurará acercar al 80,0%
la utilización de las capacidades de los centrales; un salto
considerable en relación con la reducción del tiempo perdido, que como
promedio ha sido superior al 40,0% en los últimos años. Por supuesto
contra estos objetivos conspira el mal estado el transporte automotor y
ferroviario disponible, así como las pésimas condiciones de los caminos
y vías cañeras, desatendidos durante muchos años.
Al mismo tiempo, las condiciones de los ingenios no son las mejores. La
mayoría de los equipos son muy anticuados, con pésimo funcionamiento,
proclives a roturas y pérdida de tiempo por ese motivo, todo lo cual
deriva en rendimientos industriales muy bajos, alejados incluso de los
parámetros logrados antes de 1959. Las plantaciones están en muy malas
condiciones, a tal extremo de que los planes de AZCUBA establecen para
2015 un rendimiento de 45 ton/há, bien distantes aun de los parámetros
medios internacionales.
Este panorama resulta desafortunado, cuando los precios del mercado
mundial del azúcar mantienen cotizaciones superiores a los 20 centavos
por libra, además de los notables precios alcanzados por los derivados
como el alcohol. Debido a la difícil situación de la industria
azucarera, Cuba está perdiendo esta oportunidad de ingresar cuantiosos
recursos financieros. Indudablemente, la agroindustria cubana tiene
potencialidades para resurgir, pero necesita vastas inversiones a fin de
modernizar los centrales, crear una base de transportación eficiente y
fomentar plantaciones que permitan lograr altos rendimientos
agrícolas. El problema está en que no se poseen recursos para efectuar
los desembolsos generados por un programa de reconstrucción y
modernización de la infraestructura azucarera de tales dimensiones, por
lo que tendría que recurrirse a la inversión extranjera. Objetivo nada
fácil de alcanzar debido a la carencia de credibilidad de la economía
cubana, en tiempos de crecientes dificultades internacionales.
http://www.cubanet.org/articulos/comenzo-la-zafra-azucarera-2011-2012/
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