jueves, 20 de junio de 2013

The Economist cubanos son los mayores bebedores de ron del mundo

The Economist: cubanos son los mayores bebedores de ron del mundo
La media anual per cápita es de 4,9 litros. Por habitante, la isla
figura en el sexto lugar entre los consumidores de las bebidas
alcohólicas más conocidas, sólo después de varios países ex soviéticos
donde se bebe vodka a mares.
Rolando Cartaya
junio 19, 2013

Cuba fue el mayor consumidor de ron por habitante en el mundo en 2012 y
tuvo uno de los más altos percápitas en la ingestión de las bebidas
espirituosas más populares del planeta, según tablas comparativas
compiladas por la revista The Economist.

En los gráficos --que muestran las cifras globales de consumo de vodka,
ron, whisky tipo escocés, ginebra y tequila-- el destilado de la caña de
azúcar figura en segundo lugar como el más consumido después del vodka
(13 mil 900 millones de litros) con 4 mil 440 millones de litros.

Los países que más ron consumen en cifras absolutas son la India,
Estados Unidos, Filipinas, y luego Cuba.

Pero cuando se trata de la cantidad consumida por habitante, los de la
isla caribeña son los líderes, con 4,9 litros por persona anuales, cifra
que quintuplica la cantidad de litros ingeridos por cabeza en nueve de
los diez países donde más ron se consume. En segundo lugar aparece
República Dominicana, con 3,3 litros del mosto al año por persona.

Según la revista The Economist, los cubanos consumen 4,9 litros per
cápita de ron anuales.
En cuanto al consumo per cápita de los seis licores espirituosos más
difundidos en el mundo en general, los cubanos ocupan el sexto lugar,
sólo detrás de cinco grandes consumidores de vodka como Rusia (11,9
litros anuales per cápita); Belarrús (11,3); Ucrania (7,7); Polonia
(7,0) y Kazajstán (5,9).

La compilación no recoge otros licores de consumo local como el baijiu,
el vino nacional chino, que representa casi el 100 por ciento de las
ventas de espirituosos en ese país. Según una firma de investigaciones
de mercado, IWSR, citada por The Economist, el mayor crecimiento del
mercado de licores tuvo lugar el año pasado justamente en Asia, donde
las economías emergentes están dando lugar a un sostenido engrosamiento
de la clase media.

Otro dato relevante es que los franceses son los mayores consumidores
per cápita de whisky tipo escocés, por encima de Estados Unidos y Gran
Bretaña.

BAJARSE UNA BOTELLA

Las cifras relativas a Cuba en las tablas de The Economist comprenden
los rones propiamente dichos. En su mayoría se consumen los fabricados
en el país, para los cuales hay un obvio mercado en expansión.

El periodista independiente Iván García nos dice desde la isla que en la
actualidad la manera más común de celebrar desde la llegada de un
pariente hasta la victoria del equipo favorito de béisbol es "bajarse
una botella". La diferencia está en la calidad del ron que se bebe, lo
que es determinado por el poder adquisitivo de cada quien.

García supo por un empleado en La Habana de la firma francesa
Pernod-Ricard, que comercializa el ron cubano Havana Club (la marca le
pertenece ahora legalmente a la empresa Bacardí) que las compras dentro
de Cuba de ese licor, identificado por la grácil figura de La Giraldilla
en la etiqueta, las encabezan los nacionales, no los extranjeros.


Havana Club: cuentapropistas y familias que reciben remesas pueden pagar
el más barato de los rones con la Giraldilla en la etiqueta
El comunicador señala que esto es posible, a pesar de la exigua media
salarial de 465 pesos cubanos mensuales, o unos 18 dólares, gracias a la
variedad de precios y calidades con que se expende esa marca en la red
comercial recaudadora de divisas –el más barato, un carta blanca, se
vende por 3.50 pesos convertibles o unos 87 pesos moneda nacional-- y a
la creciente solvencia de cuentapropistas, agricultores privados,
personal del turismo y familias que reciben remesas.

Agrega que tal vez imitando a la clase gobernante, este estrato social
también ha empezado a incorporar a sus celebraciones (o desahogos)
vodkas baratos y remedos de whisky fabricados en España o Brasil.

Más prohibitivos resultan los rones de superior calidad fabricados en
Santiago de Cuba, en la antigua casa matriz de Bacardí, como
Arrechabala, Caney, Varadero o Ron Santiago, cuyos precios varían entre
7.60 y 9 pesos convertibles (la mitad del salario medio)

Pero en un país donde circulan dos monedas también se comercializan
rones más asequibles (también más "peleones") en moneda nacional, cuyos
precios oscilan entre 30 y 60 pesos cubanos.

Los que manejan menos divisas, en especial los jóvenes, compran en las
tiendas y kioscos que venden en CUC un "planchao", especie de envase de
cartón que contiene 300 mililitros de ron blanco, casi aguardiente, y
que vale 90 centavos de CUC.

Cuando van a una discoteca llevan en el bolsillo uno de esos "planchaos"
y se evitan tener que consumir bebidas al precio del establecimiento.

Los gráficos de The Economist seguramente no toman en cuenta el
tradicional consumo de alcohol de 90 grados sustraído de hospitales o
centros de trabajo y luego rebajado con agua; ni los destilados caseros
bautizados con nombres tan extravagantes como "Chispa'e tren", "Salta
pa'tras" o "Aguántate y vamos", a diez pesos cubanos la botella.

Esto es lo que bebe el 30 por ciento de los cubanos sin acceso alguno a
divisas, incluidos mendigos, jubilados, o ex combatientes de filas de
las guerras africanas de Fidel Castro.

RON MEDIANTE

Aún sin tener en cuenta a los bebedores de "Chispa'e tren", las cifras
de consumo de ron per cápita en Cuba que ofrece The Economist traslucen
un elevadísimo consumo de alcohol, significativamente sólo por debajo de
países ex soviéticos o de la antigua órbita soviética.

Iván García observa que en Cuba el factor clima no contribuye como en
aquellas latitudes a calentarse poniendo entre pecho y espalda
destilaciones etílicas. Recuerda por otra parte que una de las cosas que
intentó hacer Mijaíl Gorbachov dentro de la perestroika, y fracasó, fue
establecer una especie de Ley Seca a la rusa para tratar de estimular la
productividad; casualmente, una de las metas que tampoco acaban de
alcanzar las reformas de Raúl Castro.

"Hay quienes están bebiendo desde la mañana, e incluso se te ponen
bravos si no quieres compartir un trago con ellos", dice García.
"Tampoco hay una actividad recreativa que no sea 'ron mediante' ".

Una parte de esas legiones de bebedores crea una dependencia del
alcohol, desvía para el vicio el dinero que debía sostener a la familia,
o el que debía usar para comprar comida, o termina dejando de trabajar
para vivir de vender cualquier cosa, para poder beber cualquier cosa.

(Todavía tengo fresco el recuerdo del Apache, el borracho indigente del
Parque de los Mártires de San Lázaro e Infanta en Centro Habana. Debe
haber muerto de cirrosis, pues se decía que, con tal de beber, bebía
hasta perfume "Fiesta").

El gobierno guarda las formas: Iván García refiere que en la televisión
y la radio hay anuncios sobre el daño que hace el alcohol, y en los
hospitales se brinda terapia a los alcohólicos que lo deseen (hace unos
años se autorizó la presencia en la isla de la organización
internacional Alcohólicos Anónimos).

Pero en Cuba hay un dicho repetido hasta el cansancio que resume las
carencias de la vida, y que se usa para justificar la evasión en todas
sus formas: "No hay más ná".

Y así, puede que muchas cosas falten, pero no las alternativas para
embriagarse y alienarse del aluvión de problemas.

Si los romanos entretenían a las masas ociosas del imperio con su
política de pan y circo, el gobierno de La Habana tiene su propia
política: ron y circo. Béísbol aficionado y fútbol profesional;
conciertos multitudinarios en la Tribuna Antiimperialista o la Plaza de
la Revolución; carnavales y todo tipo de rumbas, cumbanchas y pachangas;
películas americanas pirateadas. Y todo eso, generosamente rociado con
mucho ron...

O cualquier otra cosa que sirva para emborracharse. Y escapar, que no
hay más na'.

Source: "The Economist: cubanos son los mayores bebedores de ron del
mundo" - http://www.martinoticias.com/content/article/23619.html

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