martes, 1 de octubre de 2013

Academia cautelosa, público espontáneo

ECONOMÍA



Academia cautelosa, público espontáneo

ORLANDO FREIRE SANTANA | La Habana | 1 Oct 2013 - 1:36 am.



En un debate en el Pabellón Cuba, tres expertos analizaron tímidamente

las reformas, pero los asistentes se robaron el show.



En días pasados, como parte del espacio "Dialogar… Dialogar", auspiciado

por la Asociación Hermanos Saíz (AHS), se celebró en el habanero

Pabellón Cuba un panel sobre el tema "Economía cubana: ¿nuevas reglas de

juego?".



Los participantes fueron los académicos Juan Triana, del Centro de

Investigaciones de la Economía Cubana (CIEC); Ariel Terrero, periodista

de la televisión; y Oscar Fernández, profesor de la Universidad de La

Habana.



Con independencia de que no esperábamos planteamientos audaces, debido a

los vínculos de los panelistas con el oficialismo, es inevitable que

aguardemos con interés los puntos de vista del mundo académico, casi

siempre más avanzados que la ortodoxia de las instituciones

gubernamentales. Mas, en esta ocasión, casi no se cumplieron las

expectativas.



El primero en usar de la palabra, el investigador Triana, adujo que la

actual situación de Cuba —al igual que la de otras naciones

tercermundistas— ponía en entredicho algunos principios esbozados por

los clásicos, en especial Lenin. Por ejemplo, que no es posible

construir el socialismo en un país subdesarrollado, y que el desarrollo

es inalcanzable sin un previo crecimiento económico.



Sin embargo, el también profesor universitario no aclaró cuáles serían

los agentes del crecimiento económico en el caso cubano, si algunos

bienes y servicios ya establecidos como el turismo, el níquel y los

servicios médicos, o por el contrario algún que otro rubro que

apareciera de manera emergente.



Al referirse específicamente a un aspecto de los actuales cambios en la

Isla, el señor Triana criticó algunas aristas de la planificación, la

que consideró poco dinámica e inflexible. Insistió en que, de mantenerse

esa situación, se vería comprometida la modernización del sistema

empresarial.



Ya al final de su intervención, y al responder a una pregunta del

público sobre cuáles serían los medios de producción que podrían pasar

al régimen de cooperativas, el profesor Triana, siguiendo el tono algo

ambiguo de su comparecencia, afirmó que no había claridad en torno a los

medios de producción fundamentales, o sea, los que debían permanecer en

manos del Estado.



Prisas, ¿para qué?



Y si en las palabras del investigador del CIEC afloró la indefinición,

muchos de los argumentos de sus compañeros del panel coquetearon con la

justificación de las políticas gubernamentales, sobre todo en lo

concerniente a la "necesidad" de que el país no se apresure en la

implementación de las reformas.



Ese sentimiento estuvo implícito en las aseveraciones del profesor Oscar

Fernández, según el cual la economía cubana transita tan solo por una

etapa de modificación de sus estructuras, y no será hasta después de

2020 cuando el país esté en condiciones de acometer transformaciones más

profundas.



Ariel Terrero, por su parte, apuntó que era inevitable esperar un tiempo

prolongado para que se apreciaran los resultados de los actuales

cambios. Este comentarista económico, muy conocido por su participación

en las Mesas Redondas y en otros programas televisivos, alabó la acción

legislativa de las autoridades.



Esto se expresa, dijo, en la promulgación de leyes y resoluciones,

calificadas por él como muy positivas, como la Ley Tributaria, las

medidas para revivir las UBPC, la creación de cooperativas no

agropecuarias, y la entrega de tierras ociosas en usufructo, entre otras.



En lo que podríamos definir como lo más interesante de lo expuesto por

estos dos panelistas, ambos coincidieron en la deficiente labor de los

medios de prensa, al no informar adecuadamente sobre las reformas

económicas.



Fernández y Terrero piden tiempo para evaluar los cambios en general,

pero opinan que la prensa podría juzgar la marcha cotidiana de las

transformaciones. Sin embargo no lo hace. Solo se dedica a reflejar los

puntos de vista de la cúpula del poder, la misma que ha diseñado los

cambios.



'No se habrían atrevido a tanto'



Y como ha venido sucediendo en las actividades que incluyen un

intercambio con el público, son las intervenciones espontáneas las que

se roban el show. Y este panel sobre economía cubana no fue la

excepción. El Salón de Mayo del Pabellón Cuba vibró cuando un jubilado,

que había sido empleado de un centro de investigación de la industria

azucarera, fustigó a las autoridades por desmantelar la mitad de los

centrales azucareros de la nación.



Argumentó que el azúcar, con los buenos precios alcanzados por el dulce

en los mercados internacionales, y también los muchos derivados de la

caña, hubiesen podido añadirse a la lista de agentes del crecimiento

económico a que se refería el profesor Triana. Y ante el asombro de

buena parte de los presentes, el hombre concluyó su arenga diciendo que

de haber existido líderes sindicales de la estirpe de Jesús Menéndez,

los actuales gobernantes no se hubiesen atrevido a tanto.



Otro de los presentes, un joven profesor universitario, argumentó que de

nada servían los cambios si el salario de los trabajadores no aumentaba.

"Si las personas no se sienten bien remuneradas, qué importa que mejoren

la agricultura, el comercio o el transporte público", adujo este

participante.



Los panelistas trataron de sortear una situación que seguramente no

esperaban. Con respecto a lo dicho por el viejo azucarero, declararon

con timidez que estaban parcialmente de acuerdo con él. Y acerca de lo

expresado por el joven profesor, repitieron los manidos argumentos de

que los salarios solo se moverán cuando aumenten la producción y la

productividad del trabajo.



Source: "Academia cautelosa, público espontáneo | Diario de Cuba" -

http://www.diariodecuba.com/cuba/1380561973_5316.html

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