lunes, 2 de junio de 2014

Los avatares de los autónomos en Cuba

Los avatares de los autónomos en Cuba

Los negocios privados emplean a 450.000 personas y estimulan una

mentalidad 'capitalista' en la isla

JUAN JESÚS AZNAREZ La Habana 1 JUN 2014 - 20:14 CET13



La chica que hacia las ocho de la mañana cruzaba la calle con las tetas

al aire llamó la atención del fiscal cubano, que detuvo el coche y anotó

la dirección del escenario de autos: un local de copas de La Habana,

propiedad de una conocida voleibolista y su marido italiano. "El fiscal

debió alucinar", comentó un empresario extranjero que conoció el lance

ocurrido. El magistrado alucinó tanto que llamó a la policía y pidió el

cierre del antro por escándalo público.



La señorita del despelote y un irreductible pelotón de noctámbulos se

habían desmadrado hasta la madrugada en uno de los pub abiertos cerca de

la residencial Quinta Avenida, al amparo de la apertura económica

vigente desde hace tres años. La liberalización ha activado una

mentalidad capitalista en los nuevos gestores de cafeterías, paladares

(restaurantes), pizzerías, talleres, cooperativas, tiendas de artesanía,

peluquerías o gimnasios: 450.000 cubanos, en torno al 9% de la población

activa, en 200 categorías de gestión privada: desde agentes

inmobiliarios, y sastres, a carpinteros, fotógrafos y taxistas.



El monopolio del Partido Comunista de Cuba (PCC) sigue vigente, pero la

tolerancia con las infracciones de los cuentapropistas es mucha porque

muchos son los volantazos regulatorios durante la incipiente apertura.

Pero no todos los negocios prosperan. Miles han cerrado porque abrieron

con más entusiasmo que estudios previos sobre su idoneidad y porque la

capacidad adquisitiva de la clientela es muy limitada: el grueso de los

11 millones de cubanos recibe su salario en pesos, un media de 500

mensuales (al cambio unos 25 euros) y los emprendedores orientan casi

todos sus negocios hacia el compatriota con divisas. Mientras la

dualidad monetaria, la circulación de dos monedas, el nudo gordiano de

las reformas, no se solucione la vida de los asalariados en pesos será

siendo dura.



El monopolio del Partido Comunista de Cuba (PCC) sigue vigente, pero la

tolerancia con las infracciones de los cuentapropistas es mucha

El italiano y la voleibolista se estaban forrando con un local abierto

la 24 horas, pero acabaron en comisaría. Preventivamente, algunos

bailongos pincharon música sacra tras la redada, pero reanudaron la

pachanga al escampar. "Aquí te dejan hacer hasta que ocurre algo y

entonces se acabó", comenta mi acompañante. Jóvenes de la incipiente

burguesía local se mueven festivamente por el establecimiento de copas,

abierto en la planta baja de un chalé, y decorado con un escorzo del

malecón y fotografías emblemáticas de La Habana.



Calzan móviles importados, ropa de marca, trasiegan combinados de cuatro

euros, y la política no figura entre sus prioridades porque, entre otras

razones, la ideología y sus derivados son franquicia gubernamental

intransferible. Tampoco el torcedor que me instruye sobre la vitola y la

embocadura de un puro quiere hablar sobre democracia pluripartidista.

"Esto no está pa' eso compadre. ¿Cuántos tabacos quieres?. Te los dejo a

buen precio".



La liberalización promovida por Raúl Castro y el VI congreso del

partido, en 2011, no cede poder político, pero la apertura

socioeconómica cobra vida propia en algunos ámbitos y su inercia puede

agrietar la hegemonía del partido único, según la esperanza de quienes

rezan porque así sea. Pero visto lo visto en Cuba, donde el activismo

antigubernamental es imperceptible o reprimido, sólo cabe esperar el

éxito de las rogatorias o la improbable generosidad del régimen.



El objetivo oficial es otro: el bienestar económico, la recolocación del

medio millón de trabajadores de empresas ruinosas que perdieron su

puesto, y resolver el futuro del otro medio millón en capilla. El Estado

todavía emplea a cuatro de los cinco millones laboralmente activos. Una

segunda meta es reducir el gasto de las compras en alimentos porque el

país importa el 60% de lo que consume: cerca de 1.800 millones de euros

anuales.



Soltando lastre y subsidios, 200 pymes estatales fueron reconvertidas en

cooperativas el pasado año, y se consolidó la carga fiscal sobre los

cuentapropistas, que aumentaron su contribución a los presupuestos

generales en un 18%, aunque sólo representan el 2% del total.

Contrariamente a la sepultada retórica igualitarista, el castrismo

permite el moderado enriquecimiento de quienes se aventuran con dinero

propio, los menos, o prestado por los dos millones de familiares en

Estados Unidos, España y otros países. Sus envíos a la isla suman 2000

millones de euros anuales.



Al cierre del 2013, cerca de 2.000 paladares funcionaban con pagos en

CUC, la moneda fuerte, equivalente al dólar, y se alquilaban 7.250

habitaciones. Ana Sarabig Domínguez reunió cerca de 30.000 euros para

abrir hace dos años el paladar Sancho Panza, en el barrio El Vedado de

La Habana, con un menú de variedades criollas. Le va bien: emplea a 18

personas. "Los inspectores nos piden facturas que a veces no podemos

presentar porque no nos las dan quienes nos venden el pecado, la carne o

los vegetales", explica Alina, la contable.



Aunque sólo la diáspora y los nacionales con divisas pueden comprar

pisos, automóviles y financiar los emprendimientos que exigen miles de

euros de inversión, el resto de los compatriotas puede optar a los

créditos ofrecidos por el Banco Central de Cuba. Sólo los pidieron 550

emprendedores. El cincuentón Alejandro se olvidó de los préstamos para

arriesgarse con una licencia de chófer.



Son las 9,30 y abordo su almendrón, un achacoso Ford norteamericano de

1956, rumbo a ninguna parte. Cobra entre 10 y 20 pesos nacionales, entre

0,20 y 0,60 céntimos de euro, dependiendo de la distancia. "¿Qué tal le

va?". El pasaje, un abuelo y un matrimonio y su hija, pega la hebra.

"Ahí vamos. Vengo a hacer unos 1.000 pesos al día, pero pago muchos

impuestos varias veces al año. Además, la gasolina, las gomas rotas por

los baches, los bombillos, las averías y lo que salga. No me queda

mucho." Se queja de la competencia porque el 11% de los licenciatarios

también son taxistas y chóferes, pero le compensa su independencia.



Alejandro y su Ford siguen barriendo a diario las calles de la populosa

barriada Centro Habana a la caza de viajeros también pretendidos por una

flota de Chrysler, Mercury, Chevrolet y otras reliquias. Cerca de 8.000

circulan en la capital, y cientos fueron transformados en limusinas

ofrecidas a novios, celebrantes y turistas



Al haber asumido Cuba los mecanismos de mercado en su embrión

capitalista, asumió también los daños colaterales: las emergentes

desigualdades sociales, las tercerías mafiosas durante los cambios de

titularidad de pisos y vehículos, y los contratos falsos sobre cuantía y

concepto de las transacciones para evadir impuestos. "Hay intermediarios

que están haciendo fortunas", admiten fuentes oficiosas



También quiere su parte, la patrulla que me detuvo una noche conduciendo

por dirección prohibida. El circunloquio con el agente terminó con la

aparición de un civil que me invitó a subir a un coche. "La multa son 60

CUC pero por 20 CUC se puede ir. Deje el dinero en el asiento del carro

y salga" .Cómplice del delito, así lo hice.



La técnica me recordó, en miniatura, la cortesía del capo policial

mexicano Arturo Durazo (1924-2000), durante los descansos de sus

extorsiones a balazos. Las víctimas llegaban a su despacho, y entonces

el negro Durazo salía dejando abierto un cajón del escritorio. Los

chantajeados depositaban allí fajos de billetes, centenarios de oro,

escrituras, alhajas: las legendarias mordidas, todavía vigentes en

América Latina, aunque más sofisticadas, desde Río Grande a Tierra del

Fuego.



Experimentando en Artemisa



J. J AZNÁREZ

El viaje por carretera hacia la despolitización de la gestión económica,

hacia un enfoque más empresarial, nos conduce hasta la provincia de

Artemisa, a 60 kilómetros de La Habana, banco de pruebas de una

descentralización en la toma de decisiones que pretende implantarse en

todo Cuba. "Se trata de hacer más con menos recursos", explican

portavoces del gobierno provincial

El laboratorio Artemisa tiene medio millón de habitantes y 21.500

trabajadores autónomos, muchos de los cuales se agruparon en

cooperativas más pequeñas que la presidida por de Israel Martin, que

explota 1.173 hectáreas, la mayor parte de caña de azúcar, ganadería de

carne y leche. Se llama Betancourt Rodríguez y reúne a 171 socios, entre

ellos trabajadores que perdieron su empleo en el diezmado sector

azucarero. Recientemente sumó otros 34 campesinos a los que el Estado

cedió en usufructo tierras 90 fincas.

"Todos respondemos ante la asamblea de los 171 socios, que se reúne.

mensualmente", explica Martin. "Y en el campo se trabaja mucho. Mi padre

arranca a las 4,30 de la madrugada y yo a las seis". En la calurosa

Artemisa, muy cerca de una cooperativa cuyos socios viven de la venta de

un excelso batido de plátano, funciona otra de reciclaje de chatarra y

botellas. Lucilo Valdés tiene 63 años y es músico con baja médica. A la

espera de jubilarse, ingresa unos pesos recogiendo desechos que vende en

la cooperativa. "No es mucho. Así que, ya sabes, si tienes 40 dólares y

me los regalas, estupendo".



Source: Los avatares de los autónomos en Cuba | Internacional | EL PAÍS

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http://internacional.elpais.com/internacional/2014/06/01/actualidad/1401646446_219240.html

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