ANTONIO SÁNCHEZ GARCÍA
La dictadura: cuba y chile, analisis comparativo
23 DE NOVIEMBRE 2014 - 00:01
La institución de la dictadura surge en Roma como respuesta del Senado
romano a una situación de extrema crisis que requiere del recurso a la
concentración absoluta del poder político y militar en un solo hombre,
provisto mediante ese instrumento de excepción de los medios necesarios
para resolverla satisfactoriamente. Era una dictadura jurídica, legítima
por origen y desempeño, estatuida por encargo del Senado por una
duración máxima de seis meses. Lo que en términos jurídico políticos ha
recibido el nombre de dictadura comisarial. Se la ilustra con el clásico
ejemplo del tribuno Lucio Quincio Cincinato (519 a. C. - 439 a. C.), que
cesó provisoriamente en su trabajo de hombre privado ya retirado – la
labranza – para volcarse a la dirección dictatorial de los asuntos
públicos y restablecer el orden por orden del Senado. Luego de lo cual
volvió al arado. Situación que cumplió exitosamente dos veces en su
vida. Demostrando el acierto de tal mecanismo de excepción.
A esa dictadura comisarial se refería el eminente jurista, político y
diplomático español José Donoso Cortés en enero de 1849 cuando en un
vibrante discurso en las Cortes en las que se discutía sobre los graves
sucesos provocados por la revolución europea de 1848 expresó su célebre
y muy polémica afirmación según la cual "cuando la legalidad basta para
salvar la sociedad, la legalidad; cuando no basta, la dictadura". Luego
de lo cual, y tras señalar que mucho más tremenda que la palabra
dictadura, ya de suyo tremenda, es la palabra revolución, aclaró las
cosas afirmando: "dos cosas me son imposible: condenar la dictadura y
ejercerla." Seguro de lo que afirmaba, señaló de inmediato: "Digo,
señores, que la dictadura en ciertas circunstancias, en circunstancias
dadas, en circunstancias como las presentes, es un gobierno legítimo, es
un gobierno bueno, es un gobierno provechoso, como cualquier otro
gobierno; es un gobierno racional, que puede defenderse en la teoría,
como puede defenderse en la práctica. Y si no, señores, ved lo que es la
vida social." Bellum omnia contra omnes: la guerra de todos contra todos.
La otra forma de dictadura persigue el fin opuesto: liquidar toda
institucionalidad, destruir el sistema de derecho y entronizar una
tiranía sin tiempo ni medida. Es la que se ha dado en llamar "dictadura
constituyente", cuyo fin es hacer tabula rasa de lo establecido para
erigir sobre sus ruinas un sistema de dominación totalitario. Para lo
cual no corre a salvar, sino a potenciar y dinamizar la crisis, hacer
saltar por los aires sus mecanismos de autodefensa y descabezar a las
autoridades y al conjunto de organismos e instituciones que constituyen
y conforman el llamado estado de derecho.
América Latina conoce ambos tipos de dictadura. La dictadura comisarial
clásica ha sido la instaurada con el golpe de Estado del 11 de
septiembre de 1973 por las fuerzas armadas chilenas, quienes tras la
deslegitimación del orden imperante por parte del Congreso de la
República y un exhorto de la Corte Suprema de Justicia derrocaron al
presidente constitucional Salvador Allende, instaurando una Junta de
Gobierno constituido por los comandantes de las cuatro fuerzas,
presidida por el Comandante en jefe del Ejército, general Augusto
Pinochet Ugarte. Fue una dictadura que se extendió por 17 años, al cabo
de los cuales, resueltos los problemas estructurales básicos que la
invocaran, dio paso al retorno a la institucionalidad democrática.
En el otro extremo, la clásica dictadura constituyente de América
Latina y la única que haya existido en su historia es la que
estableciera Fidel Castro luego de su toma del poder el 1° de enero de
1959, echando por tierra todas las instituciones republicanas existentes
y montando un sistema de gobierno centralizado bajo su férreo mando
militar, un partido único, una ideología única y un dominio absoluto y
totalitario del conjunto social. Concentrando en el Estado todos los
poderes y todos los bienes de la sociedad. De hecho un Estado
monárquico, vitalicio y hereditario. Una forma de dictadura que sólo la
tenacidad y la porfía democráticas del pueblo ilustrado ha impedido
termine por entronizarse en Venezuela y cuya simiente no deja de
ventearse desde La Habana a través de sus vasos comunicantes con las
izquierdas marxistas de América Latina.
No es del caso valorar éticamente ambas formas de dictaduras, sino
atender a su mera fenomenología. Los resultados de su accionar son
manifiestos, al extremo que mientras Chile y Cuba al momento de
instaurarse en Cuba la dictadura comunista disfrutaban de condiciones
económicas y sociales prácticamente idénticas, 54 años después y
mediando 17 años de dictadura comisarial en Chile, éste ocupa el más
destacado lugar en el desarrollo socio económico de la región, a punto
de ingresar en el Primer Mundo según los parámetros universalmente
reconocidos, mientras que Cuba se encuentra en el último lugar del
desarrollo de las naciones latinoamericanos, compartiendo ese lugar con
Haití.
Los valores comparativos son los siguientes: en 1958 el PIB de Cuba fue
de $ 2.360 millones para una población de 6.631.000 habitantes y un
producto per capita de $ 356. El PIB de Chile fue de $ 2.580 millones
para una población de 7.165.000 habitantes y un PPC de $ 360. Es más que
evidente que Cuba y Chile se encontraban en vísperas del establecimiento
de la dictadura en Cuba en los mismos niveles de desarrollo.
En el año 2000, tras cuarenta años de dictadura constituyente en Cuba y
superados 17 años de dictadura comisarial en Chile los mismos valores
fueron los siguientes: el PIB cubano fue de $ 19.200 millones; el de
Chile fue de $ 153.100 millones; la población de Cuba se había estancado
en los 11 millones de habitantes, mientras Chile alcanzaba los
15.160.000 habitantes y el producto per capita en Cuba fue de $1.700,
mientras que el de Chile alcanzó los $ 10.100. 13 años después, el
gobierno de Sebastián Piñera aspiraba a terminar su período con un PPC
de $20.000. Lo logró, situando a su país a niveles europeos, así los
lejanos herederos de la Unidad Popular se hayan entregado a la tarea de
regresar a los niveles de su añorado pasado. Cincuenta años de
diferencias tan notables son suficientes para demostrar que una
dictadura constituyente, como la que nos continúa amenazando en
Venezuela, sólo conduce al abismo. Abra sus ventanas.
The rest is silence.
Source: La dictadura: cuba y chile, analisis comparativo -
<http://www.el-nacional.com/opinion/dictadura-cuba-chile-analisis-comparativo_0_524347616.html>
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