martes, 23 de junio de 2015

La inversión extranjera, en manos del gobierno-partido-estado

La inversión extranjera, en manos del gobierno-partido-estado
PEDRO CAMPOS | La Habana | 23 Jun 2015 - 9:40 am.

Puerto del Mariel Zona Especial de Desarrollo

Una nota en la segunda página del diario Granma del sábado 13 de junio,
informa de una intervención de la directora de los Registros de la
Propiedad, Mercantil y Patrimonio del Ministerio de Justicia, quien
califica la inversión extranjera como "fuente imprescindible del
desarrollo". La nota también reproduce, textualmente:

"La Zona —de El Mariel— cuenta con más de 300 proyectos de negocios,
cuya aprobación estará en correspondencia con los intereses de
desarrollo económico del país, es decir la diversificación y ampliación
de los mercados de exportación, el acceso a la tecnología de avanzada,
la sustitución de importaciones y la captación de métodos gerenciales".

El párrafo es una brillante perla de la directiva para las de
inversiones extranjera y sus propósitos.

Especialmente la aseveración de que la aprobación de los proyectos
estará "en correspondencia con los intereses del país". Todo el mundo
sabe que aquí "el país" es sinónimo de Estado, Partido y Gobierno, todo
junto y mezclado, una entelequia elegida por nadie y que es la que
decide por todos los cubanos.

Es evidente: la directora en cuestión, como sus superiores, no entiende
que la inversión extranjera debe tener amplia libertad para realizarse
donde lo estimen los inversionistas, si acaso con restricciones mínimas
relacionadas con sectores muy estratégicos. Pretender dirigir la
inversión extranjera a los "intereses del país" es parte del
desconocimiento del funcionamiento del capitalismo que se quiere imitar
desde la filosofía militar-autoritaria.

Es la misma concepción dirigista que se muestra respecto al
cuentapropismo y al cooperativismo: No quieren competencia para los
negocios del estado-militar. Que lo ayuden a salir del hueco sí. Así la
economía cubana seguirá en declive.

Puede ser que algunos foráneos acepten invertir en determinado sector
"aprobado por el país", por un interés específico, o para "poner una
pica en Flandes", pero como norma el capital no invierte donde le digan,
sino donde cree que puede obtener ganancias de acuerdo con sus propios
estudios de factibilidad y mercado.

Dos grandes limitantes tiene esta ley para los extranjeros: invertir
donde quiere el Gobierno y el papel intermediario del Estado como
contratante de la fuerza de trabajo.

No quiere, no le interesa entender al gobierno-partido-estado que el
inversionista es quien decide en qué invertir, pues él y solo él es el
responsable de su capital y el capital necesita libertad de mercado. ¿O
se espera que el capital internacional se subordine a los intereses del
capitalismo estatal cubano y sus empresas?

En este sentido, Alexandre Carpenter, copresidente del fabricante de
cigarrillos Brascuba, dijo según Reuters que no hay escape a la
planificación central del Estado. Las empresas extranjeras en negocios
conjuntos deben pedir las materias primas con un año de antelación y la
propiedad se arrienda al Estado y no está en venta. Agrega que Cuba
regularmente muestra un portafolio de proyectos que promueve entre los
extranjeros interesados en invertir. El último, publicado en noviembre,
incluye 246 proyectos y la mayoría de ellos destinados a empresas
mixtas, que necesitan inversiones por unos 8.700 millones de dólares.

No quiere, no le interesa entender al gobierno-partido-estado que al
inversionista extranjero no le conviene que el Estado intermedie entre
él y el trabajador, apropiándose además de una buena parte de los
salarios. En el sistema capitalista el que paga manda y el que manda no
puede aceptar que haya algo o alguien obstaculizando la forma en que él
manda.

Todo el mundo sabe que esa intermediación del Estado obliga al
inversionista a tener que pagar otro salario más por la izquierda a los
trabajadores, si quiere que éstos le trabajen bien, no se apropien de
medios de la empresa y respondan a sus demandas, por lo que esta
intermediación hace que aumente el costo de la fuerza de trabajo pactada
previamente con el Estado. Además, cualquier empleador necesita y debe
tener la capacidad para decidir el personal que va a contratar y no
recibir trabajadores seleccionados por otro.

En esta dirección, la información citada señala también que durante
años, las mayores quejas de los empresarios extranjeros han sido la
falta de control sobre la fuerza trabajo, el entorno jurídico incierto y
las múltiples capas de la burocracia para obtener la aprobación de un
proyecto.

Mientras esos dos problemas no queden superados en la ley de
inversiones, seguirá siendo limitada la inversión extranjera en Cuba.
Han ido muchos cuadros a China y Vietnam, pero cuando regresan, mucho de
lo que allí aprendieron de sus reformas, tiene que ser guardado en el
baúl de los recuerdos.

Finalmente la intervención de la directora evidencia que los objetivos
del gran proyecto de El Mariel no tienen nada que ver con los intereses
del pueblo cubano y sus trabajadores. Todo está en función de los
intereses del estado-partido-gobierno: "la diversificación y ampliación
de los mercados de exportación, el acceso a la tecnología de avanzada,
la sustitución de importaciones y la captación de métodos gerenciales".

No hay una sola palabra que se refiera, por ejemplo, a reducir el costo
de las mercancías que se importan y después se venden al pueblo a más
bajo precio, calificar la fuerza de trabajo y brindarle mejores
condiciones laborales y salariales. No. Nada, ni parecido. Todo es para
el Estado. Están tan embebidos de Estado, que ni el lenguaje cuidan.

Mientras el gobierno-partido-estado siga viajando en esa nube estatal,
seguirá lloviendo bajo sus pies y se enterarán cuando el agua les llegue
al cuello. Pero no por falta de advertencias.

Source: La inversión extranjera, en manos del gobierno-partido-estado |
Diario de Cuba - http://www.diariodecuba.com/cuba/1435048854_15298.html

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