"Por la izquierda"
Los cubanos, la inmigración temporal, los viajes a Miami y la variante
de la explotación del hombre por el hombre explotado
Félix Luis Viera, México DF | 24/08/2015 9:54 am
Trabajar "por la izquierda" significa, ahora lo sé, realizar una labor
sin que el salario cobrado quede registrado, y sin que, por tanto, quien
lo percibe deba pagar impuestos al gobierno; asimismo, el "empleador" se
libera de pagos de seguridad social y otras obligaciones fiscales, etc.
Es algo ilegal, clandestino, pero se realiza. Es un pacto bajo palabra,
digamos.
Desde que el gobierno estadounidense ampliara la extensión de visas a
los cubanos, y aun en no pocos casos otorgara visados de entradas y
salidas múltiples, nadie podría calcular, por lo que veo, cuántos
isleños vienen a Miami a hacer su zafra; es decir, a trabajar "por la
izquierda" en las más variadas labores. Se llevan a Cuba el dinero
obtenido, y luego regresan a la Capital del Sol para dar otro "pase".
Según mis observaciones y las anécdotas escuchadas de buenas lenguas, la
mayoría de los susodichos realizan labores de ayudantes en restaurantes,
de jardinería, repartidores, cuidadores de viejecitos, etc.
Aun sé de un caso en que el visitante ha suplido a un trabajador
legalizado a cambio de la mitad del salario que este recibe de su
empresa. Es decir, aquel trabajador, mensajero, pero que tiene asimismo
otro trabajo, descansa unos días aplicando esta "variante" con el cubano
proveniente de la Isla, que, como se sabe, está en crisis.
O sea, esto viene siendo como la explotación del hombre por el hombre
explotado.
El caso más "raro" de estos "trabajadores eventuales" lo conocí hace
poco: su protagonista es una mujer. La señora (¿o debo decirle
"compañera"?) viene a Miami cada cuatro meses aproximadamente a cuidar a
una pareja de ancianos, cuyos hijos y nietos así tienen un descanso de
tres meses y a veces más de una labor tan agotadora. La señora cubana,
por eso lo que escribí antes entre paréntesis, es miembro del Partido
Comunista de Cuba (PCC). Los familiares de los viejecitos, además de
techo y comida, le pagan $200 semanales durante un trimestre.
Debemos suponer que la compañera en cuestión, allá en su núcleo del PCC,
participa con denuedo tanto para continuar luchando por las ventajas del
socialismo, enalteciendo la figura de su invicto Comandante en Jefe y
criticando las banalidades y la deshumanización del capitalismo.
Según me ha respondido quien lo sabe, la militante en cuestión avisa a
los familiares de la pareja de ancianos, así como a quienes visitan su
casa, que ella no habla de política. Es decir…, en Miami no habla de
política.
A ella le ha ido bien: ya remozó su vivienda en la Isla y ha comprado no
pocos de los equipos electrodomésticos que pone a la venta el régimen en
sus tiendas por divisas.
Estos "zafreros" que vienen a Miami, naturalmente llevan un nivel de
vida muy superior al del cubano "sin visa" y suelen vestir buena ropa,
aun de marca, traída desde EEUU.
Al menos yo sé de otro caso que en menos de par de años compró una
casita en Cuba, ahora sí, por la derecha, que ya se puede, con el
trabajo que realizó en Miami por la izquierda.
Y así van resolviendo estos afortunados.
En todo esto, yo veo varios daños.
1º. El dinero que estas personas ganan aquí, en muchas ocasiones lo
podrían percibir habitantes de Miami. Pero sucede que los visitantes con
visa ya tienen eso "amarrado" con sus "empleadores", quienes por otra
parte están conscientes de que a los cubanos en crisis los pueden
remunerar con un poquito o hasta un poco menos que a los residentes.
Vale agregar en este punto que, según vemos, la cadena de cubanos con
visado que vienen a la zafra va creciendo. Unos a otros van haciendo sus
"conectos" y de este modo suma y sigue.
2º. Hay una fuga de impuestos en lo que se refiere el erario estadounidense.
3º. El dinero que los zafreros ganan aquí va a dar directamente a las
arcas de la dictadura. Primero, con el impuesto que el régimen tiene
establecido para la moneda extranjera. Segundo, con el impuesto que
aplica a los productos que se venden en la tiendas, todas del castrismo.
Tercero, con la utilidad total que obtiene de dichos productos, puesto
que el gobierno es el vendedor. Esto podría no parecernos absoluto, pues
ya existen en Cuba pequeños restaurantes y otros comercitos y servicios
privados. Pero no es así: si los zafreros gastaran parte de lo que traen
de Miami en uno de estos negocios, finalmente la plata va para el
gobierno, que es el dueño de todas las tiendas. O sea, por muchas
vueltas que dé en Cuba un billete fuerte, al final va a las arcas de la
dictadura. Es decir, y quiero enfatizar: no es más que es dinero
transportado desde Estados Unidos para Cuba.
4º. ¿Cómo deben sentirse esas personas que han sufrido un exilio
inclemente ("duro oficio el exilio", diría el poeta), que no han podido
ir a Cuba por una u otra razón o que les ha sido negada la entrada a su
tierra… con este relajo de los "zafreros", que hoy entran, salen, cargan
y recargan a su antojo?
Ya ven. Así van las cosas.
Source: "Por la izquierda" - Artículos - Cuba - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/por-la-izquierda-323473
No hay comentarios:
Publicar un comentario