Cubanos en competiciones profesionales: tarde, ¿pero seguro?
Parece solo cuestión de tiempo y trámites para que se concrete la
participación de peloteros cubanos en las Ligas del Caribe
miércoles, noviembre 4, 2015 | Leonardo Calvo Cardenas
LA HABANA, Cuba.- Una súbita vuelta de timón destinada a cambiar
radicalmente la proyección del Estado cubano hacia el deporte
profesional ha abierto las puertas de equipos, ligas y circuitos
profesionales de competición para los atletas que deciden mantener su
residencia en la Isla. La medida, que tardíamente trata de colocar a
Cuba en ambientes de modernidad, no parece bastar a corto plazo para
sacar al deporte cubano de la profunda crisis que lo aqueja.
Gracias a la nueva política, que bajo patrocinio de las federaciones
cubanas de cada disciplina, permite a los atletas del patio acceder al
deporte rentado, por estos días varios peloteros participan en torneos
profesionales en Japón, Canadá y México, algunos miembros de la
preselección nacional de balonmano marchan a la liga portuguesa, un
grupo de jugadoras de polo acuático se incorporan a equipos de la Liga
española, un trío de luchadores encabezados por el multicampeon Mijaíl
López ya cumplen compromisos en la Bundesliga del milenario deporte, los
más prominentes basquetbolistas del país acaban de ser contratados por
clubes de El Salvador, Uruguay, Argentina y Brasil y algún que otro
voleibolista sobreviviente de los recurrentes éxodos participa en ligas
europeas.
Parece solo cuestión de tiempo y trámites para que se concrete la
participación de peloteros cubanos en las Ligas del Caribe y no se
extrañe nadie si una buena mañana nos sorprende la noticia de una
excepción institucional que permita a los peloteros residentes en Cuba
jugar en el beisbol rentado de Estados Unidos, algo que todavía impide
el embargo norteamericano a la Isla
Según las informaciones brindadas por las autoridades deportivas, los
atletas contratados en el exterior podrán disfrutar de la totalidad de
sus ganancias monetarias, lo cual los libraría del abusivo despojo a que
han sido sometidos los deportistas cubanos desde que el dinero irrumpió
en el deporte olímpico, y tributarán a sus compromisos con las
selecciones nacionales para participar en eventos importantes
previamente programados
No es la primera vez que atletas de la Isla acceden a circuitos
profesionales, no debemos olvidar que hace alrededor de dos décadas las
estrellas del voleibol masculino participaron varias temporadas en la
prestigiosa Liga italiana distribuidos en varios clubes, al igual que
los mejores jugadores de balonmano se incluyeron en equipos de las ligas
húngara y francesa, hasta que un mal día de fin del siglo pasado sin
explicación y previo aviso el alto liderazgo de La Habana decidió
unilateralmente deshonrar los compromisos contraídos, dejar literalmente
colgados a las contrapartes y cortar las alas de los jugadores que para
esa fecha se habían instalado seguros en la élite mundial de estos deportes.
Los resultados de la arbitraria medida no se hicieron esperar, casi
todos los afectados por aquella todavía inexplicada vuelta de tuerca
poco a poco se marcharon del país, el balonmano cubano desapareció del
panorama competitivo mundial y hace pocas horas el conjunto varonil de
voleibol fue reconocido en el lugar quince del ranking mundial de la
disciplina.
Espero que las contrapartes de las autoridades cubanas en estos nuevos
convenios se aseguren en los contratos mismos contra las posibles
arbitrariedades e inconsecuencias de unos socios tan poco confiables,
aunque por las deplorables condiciones en que se encuentra el deporte en
Cuba parezca que la medida debe ser irreversible.
Sin embargo la nueva realidad del deporte cubano reviste otros matices
bien interesantes. En primer lugar debemos recordar que aquel día del
invierno de 1962 en que se inauguró la primera serie nacional de béisbol
amateur, el ex presidente Fidel Castro con irrespetuosa festinación
argumental que siempre lo caracterizó aseguró que aquel acto era "el
triunfo de la pelota libre sobre la pelota esclava". Tan miserable
aseveración lanzaba al lodo el talento, la entrega y el sacrificio de
muchos peloteros cubanos, en su mayoría de origen humilde, que tanta
gloria dieron a nuestro país con sus actuaciones.
Más de medio siglo después de aquel día, cuando varios cientos de
peloteros "libres" han escapado como esclavos fugitivos de las bondades
del paraíso revolucionario, las autoridades cubanas se ven obligadas a
aferrarse al deporte "esclavo" para tratar de impedir el colapso total
de una de las banderas propagandísticas del régimen.
En este momento no debemos dejar de pensar y mencionar a tantos atletas
talentosos y abnegados que fueron privados de demostrar su grandeza en
los más encumbrados escenarios solo por satisfacer el puritanismo
hipócrita y esa enfermiza ansia de control absoluto de los gobernantes
cubanos. No podemos dejar de pensar en los tantos que se vieron
obligados a tomar la difícil decisión de separarse de sus familias y de
su tierra para cumplir sus sueños. No es perdonable tanto dolor e
injusticia por algo que no es ni un crimen ni un delito.
Ahora se crea además otra situación absurda: ya las Ligas Mayores del
béisbol norteamericano no son un tabú en Cuba, los periodistas y
comentaristas nos bombardean con un torrente de informaciones y
estadísticas en las cuales son omitidas solo las actuaciones de los
peloteros cubanos que allí se destacan.
Considero que en lugar del papel ridículo de intentar tapar el sol con
un dedo y omitir una información que llega a los cubanos por las mil y
una vías de la modernidad informativa y mediática, aunque parezca mucho
pedir, los gobernantes cubanos debían llenarse de la sensibilidad
humanista, del valor personal y político que les ha faltado siempre para
pedir perdón a deportistas y aficionados por tanta injusticia y tanto
desprecio por el derecho y el mérito ajeno.
Con las nuevas posibilidades que se abren de seguro las condiciones de
vida, trabajo y los resultados de muchos atletas y disciplinas
mejorarán, pero el ostensible declive del deporte cubano se detendrá
solo si se opera un radical cambio de mentalidad en las autoridades de
la Isla.
Los gobernantes cubanos, después de verse obligados a declinar su falso
puritanismo amateurista, deben renunciar al monopolio sobre el destino
del deporte y los atletas cubanos, deben renunciar a apropiarse de
méritos que solo pertenecen a los abnegados deportistas y sobre todo
desideologizar y despolitizar el deporte para que los atletas cubanos
vivan donde vivan, como todos los demás del planeta, puedan sentir el
sano orgullo de representar y dar gloria a su país sin imposiciones ni
tutelajes.
montesinos3788@gmail.con
Source: Cubanos en competiciones profesionales: tarde, ¿pero seguro? |
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