domingo, 3 de enero de 2016

Algunas propuestas para comer en La Habana

Algunas propuestas para comer en La Habana
ÍÑIGO FERNÁNDEZ @i_fernandez2011 MAPAS, LIBROS Y PLATOS
2 enero 2016

Originalmente, paladares eran lo que regentaban aquellas familias que
abrían sus hogares a extranjeros para cenar. Uno de los primeros de este
estilo es precisamente el Gringo Viejo. Hoy en día es más fácil
encontrar un paladar como tal en cualquier otro lugar de Cuba que en La
Habana, porque los de la capital han terminado por convertirse en
restaurantes convencionales, aunque conserven el nombre.

La Guarida es el restaurante más famoso de La Habana. También uno de los
más caros. Desde que se popularizó gracias a la película 'Fresa y
chocolate', todos los famosos que visitan la ciudad han cenado alguna
vez en él. Sus fotos aparecen dispuestas por las paredes de la
recepción, antiguo salón de acceso del viejo palacete urbano de
principios de siglo XX en el que se asienta. Luego, los comedores se
reparten por las antiguas habitaciones, cada uno con un estilo diferente
y todas con el mismo encanto. Es preciso reservar, porque de lo
contrario no se cena. También conviene armarse de valor para subir las
escaleras, porque reina la sensación de que todo puede venirse abajo en
cualquier momento. Pero no hay peligro. En La Habana esa sensación surge
a cada paso, al menos durante los primeros días de estancia en la ciudad.

La Guarida está ubicada en un lugar donde no abundan ni los restaurantes
ni, en general, los establecimientos para turistas. La calle Concordia,
en Habana Centro, está muy bien situada -a medio camino entre La Habana
Vieja y Vedado-, pero no es el lugar más recomendable para pasear
durante la noche. Es mejor llegar y marchar en taxi. En la capital
cubana lo más recomendable es alternar de día por La Habana Vieja y de
noche por Vedado, con obligadas excepciones como esta.

Originalmente, paladares eran lo que regentaban aquellas familias que
abrían sus hogares a extranjeros para cenar. Hoy en día es más fácil
encontrar un paladar como tal en cualquier otro lugar de Cuba que en La
Habana, porque los de la capital han terminado por convertirse en
restaurantes convencionales, aunque conserven el nombre.
No lejos de allí, en Zanja -a sólo unas cuadras en dirección al interior
de la ciudad-, otro restaurante ofrece gastronomía cubana a muy buen
precio: La Flor de Loto. Cuirosamente es un restaurante de chinos en el
barrio chino, pero uno de los lugares a tener en cuenta en La Habana si
se desea comer lo propio de la gastronomía local: ropa vieja, arroz,
frijoles, yuca, ensalada de aguacate... Sus raciones son generosas. Y
baratas. De hecho, siempre hay cubanos en el comedor, algo muy extraño
en los restaurantes de la isla. Y no por que no les guste comer.

La Flor de Loto fue fundada antes la revolución por una familia llegada
de China, pero siguió en sus manos pese al triunfo de aquella debido a
las simpatías que sus dueños profesaron desde siempre por los líderes de
la guerrilla de la Sierra Maestra. Cuando el Comandante entró en La
Habana en enero de 1959, la propiedad del negocio no les fue arrebatada.
Siempre trabajaron allí y, de hecho, acaban de abrir otro restaurante
junto al original, llamado La Mimosa, aunque especializado en
gastronomía italiana. Se come bien, pero ¿Estar en la Habana y cenar
pasta y pizza...?

Frente al Capitolio, en el límite mismo entre Habana Centro y La Habana
Vieja, otro restaurante goza de merecido prestigio: Los Nardos. No es
bonito y, mucho menos, cómodo, pero sus camarones lo justifican todo.
Los ponen un poco picantes: muy ricos. La incomodidad de Los Nardos
tiene que ver con sus pesados muebles de madera maciza, con sus
estrecheces, con la fuerza con la que activan el aire acondicionado...
Imprescindible llevar jersey para cenar en Los Nardos. O un pañuelo.

Hacia Vedado, la zona más recomendable para alternar durante la noche,
hay otros restaurantes que también merecen la pena: El Hurón Azul, por
ejemplo, en el punto exacto en el que comienza la Calzada de la Infanta
desde el Malecón, y por ello muy cerca del Hotel Habana Libre, del Hotel
Nacional y de la sala 'El Gato Tuerto' en la que uno puede acabar la
noche escuchando boleros en vivo hasta las tres de la mañana; el
Habáname, en la confluencia de Rampa con la Avenida de los Presidentes,
lo que permite tomar un café o una copa, antes o después, en la terraza
de la Casa Balear; o el Gringo Viejo, también muy cerca de la Avenida de
los Presidentes y uno de los paladares más antiguos de la ciudad,
ubicado entre el sótano de una casa y el patio. Aquí es donde hay que
comer ropa vieja. Siempre figura en la carta, aunque no siempre lo hay.
Muy cubano.

Una carne que está muy presente en todos los restaurantes del país es la
del pollo. Pollo, arroz y frijoles es lo que más comen los cubanos. Lo
que más o, en muchos casos, lo único. Lo reparten en las colas del
racionamiento, a razón de tres kilos al mes por persona. El pollo es
también la especialidad de El Aljibe, un restaurante situado en un
jardín próximo a la Quinta Avenida de Miramar. Es una zona de lujo para
vivir, pero con menos interés para el turista que La Habana Vieja,
Habana Centro o Vedado. Las mejores viviendas de la ciudad se encuentran
allí, y también las mejor conservadas, aunque en ningún caso rivalizan
en encanto con los viejos caserones de La Habana Vieja; los miradores
galerías y balcones del Malecón; o los palacetes de mediados del siglo
XX que pueblan todavía las calles de Vedado.

En La Habana también se puede comer langosta en numerosos restaurantes
de la zona antigua, particularmente en los situados en el triángulo
formado por la tres plazas históricas (Plaza Vieja, Plaza de San
Francisco y Plaza de Armas). Pero esa langosta no es como la de aquí, no
sabe igual, no es barata tampoco y además desechan las cabezas, que para
muchos es, como en el caso de la merluza, lo más sabroso de la pieza.
Si, pese a todo, alguno se empeña en comerla, mejor hacerlo en alguna
ciudad del sur de la isla, como Cienfuegos o Trinidad, que en La Habana.
En Trinidad y Cienfuegos hay familias que, además de habitaciones, a
menudo sirven langosta mediante encargo. Con un poco de suerte, ése
puede ser el lugar ideal para cenar una langosta.

¡Qué aproveche!

Source: Algunas propuestas para comer en La Habana . eldiariomontanes.es
-
http://www.eldiariomontanes.es/planes/201601/02/algunas-propuestas-para-comer-20151231175936.html

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