Por qué los emprendedores privados cubanos hacen trampas al fisco
La mayoría de los cuentapropistas existentes en Cuba defrauda al Estado
en sus declaraciones de impuestos, obligados por elevados gravámenes y
medidas para evitar su enriquecimiento.
Iván García Quintero
enero 20, 2016
Y llegó enero. Luego de la resaca navideña, gastos para esperar el nuevo
año y compras a los hijos por el Día de Reyes, Richard (nombres
cambiados), dueño de una cafetería de sándwiches, batidos de frutas y
comidas ligeras al sur de La Habana, ya prepara la Declaración Jurada de
2015.
En la habitación, mientras Richard redacta un primer borrador del dinero
que va a declarar al fisco, un ventilador ronronea junto a dos
refrigeradores y cajas plásticas con pepinos, boniatos y plátanos verdes.
"Tienes que hilar fino. A esta gente de la ONAT (Oficina Nacional
Tributaria) no se le escapa nada. Yo guardo las declaraciones de los
años anteriores, para que más o menos coincidan. Es un juego del gato y
el ratón. El Gobierno, por sacarte la mayor cantidad de dinero posible,
y los cuentapropistas, por pagar menos", comenta Richard.
¿Por qué se evade el fisco?, pregunto. El emprendedor habanero busca
entre sus papeles, carraspea, atenúa su voz ronca y comienza a hablar.
"El sistema te obliga a robar y mentir. En ningún país del mundo se
cobran los impuestos a partir de las ventas en bruto. Se deduce de las
ganancias declaradas. En Cuba es diferente. Se deduce de acuerdo a las
ventas. Y si una persona gana más de 50.000 pesos al año, debe pagar el
50% en impuestos".
De un vaso toma café recién colado y agrega:
"A eso, suma que debemos pagar una cuota por cada trabajador contratado
(yo tengo seis), seguridad social y ahora quieren que uno también pague
el sindicato. El Estado no acaba de abrir comercios mayoristas para los
particulares. A todo eso, añade el dinero que tienes que pagarle a los
inspectores, para que miren hacia otro lado y te dejen hacer.
Es la razón por la cual los cuentapropistas tenemos doble contabilidad y
hacemos trampas con el cobro de impuestos", confiesa Richard.
Nicolás, dueño de una cafetín en Marianao, aporta más detalles:
"La matemática es sencilla. Si tú compras harina en la shopping, carne
de res o pollo, debes vender la pizza a 20 pesos y un plato de comida en
50 pesos. Hay zonas de la capital, como El Vedado, Miramar o Habana
Vieja, que por la afluencia de turistas son más rentables. Pero en los
barrios limítrofes la cuenta no da. Tienes que hacer trampas".
"El problema no es sólo lo complicado y costoso que resulta comprar
alimentos. Debido a los bajos salarios, la gente no tiene suficiente
dinero para comer en la calle. Hace dos años, vendía más de 200 platos
cada día, ahora vendo 120", subraya Nicolás.
Según algunos dueños de cafeterías en La Habana, el promedio de
ganancias diarias ronda los 30 pesos convertibles.
"En un mes, si no hay baches con las provisiones, puedes ganar limpio
unos 900 cuc (alrededor de 22.000 pesos en moneda nacional), que al año
más o menos son 10.000 cuc. De ahí, debes guardar el 25% para
imprevistos y mejoras en el local, sin contar que tenemos que mantener
una familia y pagar por la izquierda a inspectores corruptos. Si
declaras las ganancias reales, el fisco se lleva la mitad. Y con 5.000
cuc anuales, ningún negocio de comida es rentable", opina Marlen, quien
oferta menús criollos en el portal de su casa.
De la lista de 201 oficios autorizados por el Gobierno para ejercer como
trabajadores por cuenta propia, los tres más solventes son gastronomía,
hostelería y taxis. En el resto, las ganancias son ajustadas.
"Para los que nos dedicamos al giro de la informática y reparación de
teléfonos móviles, un día bueno representa 20 chavitos (20 cuc). En la
prensa internacional a veces escriben maravillas de los emprendedores
privados en la isla, pero la mayoría ganamos para comer y poco más.
Debido al fuerte control impositivo es muy difícil crecer", señala
Osvaldo, dueño de un puesto de reparar celulares en el municipio 10 de
Octubre.
Senén, economista, considera que es un tanto exagerado hablar de
pequeños negocios en Cuba como si fuesen la génesis de futuras empresas.
"Después de establecer relaciones con Estados Unidos, empresarios
estadounidenses han comparado a los cuentapropistas cubanos con
innovadores como Bill Gates, Steve Jobs o Mark Zuckerberg, quienes
comenzaron sus negocios en el garaje de sus casas.
En Cuba, las condiciones son muy diferentes. Las autoridades han creado
normas jurídicas y arancelarias que imposibilitan tener un capital
considerable", explica Senén.
"El Gobierno siempre ha recelado del trabajo privado, por eso no existe
un mercado mayorista y sus leyes son las de un Estado que no desea que
los cuentapropista se conviertan en una clase poderosa", añade.
"Tampoco se debe perder de vista que el escaso poder adquisitivo de los
cubanos impide el auge y crecimiento de los pequeños negocios. Se ha
llegado a un techo. Ganarán dinero aquellos bien posicionados y los más
creativos. Los demás, quebrarán o se beneficiarán muy poco", concluye Senén.
La oficina encargada de cobrar impuestos en La Habana ya ha notificado a
cientos de pequeños negocios sobre la cuantía del importe a pagar.
"Por un estudio de factibilidad, la ONAT puede demostrar que muchos
cuentapropistas están haciendo declaraciones fraudulentas. En 2014
advertimos a un grupo de taxistas y dueños de cafeterías. Pero en 2015
el número de tramposos aumentó", puntualiza un funcionario de la ONAT.
Orestes, taxista que trabaja 12 horas diarias, reconoce que casi todos
los emprendedores privados declaran por debajo de los ingresos reales.
"Es simple. El Estado no te vende ni una tuerca y el combustible lo
venden en divisas. Para ser rentable, tienes que comprar la gasolina en
el mercado negro. Lo otro, es que el Gobierno no informa qué hace con el
dinero de los impuestos pagados por los cuentapropistas, que calculo sea
de miles de millones de pesos. Las calles siguen desbaratadas y los
edificios cayéndose. Ladrón que roba a ladrón tiene 100 años de perdón",
expresa Orestes.
Es una guerra silenciosa. La del régimen, por asfixiarlos con la
cuchilla fiscal; y la de los particulares, manipulando sus cuentas y
pagagando una menor cuantía impositiva. Veremos cómo termina.
Source: Por qué los emprendedores privados cubanos hacen trampas al
fisco -
http://www.martinoticias.com/content/por-que-emprendedores-cubanos-hacen-trampas-fisco/113587.html
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