sábado, 20 de febrero de 2016

Diseños feos y mala elaboración: marca del socialismo cubano

Diseños feos y mala elaboración: marca del socialismo cubano
El mal gusto, lentitud en el servicio y elaboración gastronómica al
estilo de un campamento militar es típico en los sistemas de corte marxista.
Iván García Quintero
febrero 18, 2016

En una pequeña panadería situada en la avenida Santa Catalina, a treinta
minutos del centro de La Habana, en un estante de pinotea descansa una
colección de dulces y panes mal elaborados rodeados de moscas.

Palitroques a diez pesos el paquete, galletas panaderas a igual
precio; a peso panecillos redondos de color amarillento por el exceso de
bijol que le impregnan los panaderos, y a cinco pesos unas flautas
mustias de corteza dura y seca confeccionados sin aceite.

En la parte alta del anaquel, una gama de dulces chapuceros. Tatianof,
militones, rosquitas y un remedo de las torticas de Morón. La higiene de
la panadería asusta. Una señora con un gorro blanco despacha y cobra, lo
mismo con una mano que con otra.

A doscientos metros de esta panadería estatal, en la frontera entre las
barriadas de La Víbora y Santos Suárez, en un antiguo garaje funciona un
negocio particular que oferta panes y dulces con una mejor elaboración y
presentación.

Envueltos en bolsos estampados de nailon venden galletas de
mantequilla con sabor a ajo, mantequilla, pie de coco o guayaba, pan
suave y una variedad de dulces.

Adrián, el dueño, aclara que él no elabora los productos. "Por encargo
me traen los panes, galletas y dulces. Los paquetes de galletas los
compro a 18 pesos y los vendo a 25. En cada producto gano de dos a ocho
pesos".

En La Habana existen una serie de elaboradores privados que confeccionan
panes y dulces con la materia prima que salen por la puerta de atrás de
las panaderías estatales.

"En muchos casos, los panes y dulces se confeccionan en panaderías del
Estado. Luego de elaborar el pan que se distribuye a la población por la
libreta, en mi panadería por la noche hacemos varios carros de panes
para negocios privados", expresa Silvio, jefe de almacén de una
panadería en el municipio Cerro.

Aunque se confecciona con la misma materia prima, la diferencia
cualitativa es notable. "Brother, es que se paga diferente. Los
cuentapropistas pagan el pan alargado de perros calientes o el
redondo de hamburguesas, a dos pesos cada uno y exigen calidad, igual
que con los dulces. Entonces del aceite y otros insumos que raspamos de
la producción estatal sacamos la particular, que nos deja más ganancias.
Yo me busco trescientos pesos diarios con la venta de pan y dulces a los
dueños de cafeterías particulares", confiesa un panadero.

El mal servicio, higiene deplorable y pésima elaboración es el sello de
la producción estatal. Dentro de Cuba cohabitan dos mundos paralelos. El
sector que vende en moneda dura y la red gastronómica y tiendas que
ofertan con el inoperante peso.

La administración pública, que engloba al ochenta por ciento de los
trabajadores en la Isla, paga con la devualada moneda nacional. Si usted
visita el Centro Comercial de Carlos III, en el corazón de la ciudad, no
encontrará grandes diferencias visuales si lo compara con un mall de Miami.

Luces, pantallas planas, anuncios comerciales, boutiques de marcas y
cafeterías de servicio rápido. La mayor diferencia, aparte de la
variedad y calidad del surtido, la encontrará en la atención al
consumidor. En las tiendas cubanas por divisas al cliente lo tratan como
a un intruso. Y es habitual encontrar los aires acondicionados rotos o
apagados para ahorrar combustible.

Donde la oferta y calidad del diseño se asemeja al capitalismo es en los
negocios particulares. Sobre todo los de primer nivel. Casas convertidas
en restaurantes decoradas con buen gusto y menú gourmet. Hostales con un
trato y comodidad superior a un hotel cinco estrellas de una cadena estatal.

El mal gusto, lentitud en el servicio y elaboración gastronómica al
estilo de un campamento militar es típico en los sistemas de corte marxista.

Observe el diseño de un auto de la era soviética. Uno se pregunta cómo
alemanes tan creativos, capaces de producir excelentes Mercedes Benz,
fabricaban aquellos espantosos Trabant en la extinta RDA.

Repase las fotos de los barrios proletarios construidos en los países
comunistas o de corte autocráticos. Da igual que sea en Moscú, Leipzig,
Pyongyan, La Habana o Caracas. En Venezuela, el programa Misión Vivienda
entrega las casas pintadas de rojo y blanco con el logotipo de la mirada
de Hugo Chávez en la fachada. En Alamar, un barrio al este de la
capital, no llegaron a tanto, pero igualmente son edificios chapuceros
construidos con materiales de pésima calidad, carentes de servicios
complementarios y pésimo drenaje.

En el actual sector inmobiliario, las edificaciones construidas después
de la llegada al poder de Fidel Castro son las peor valoradas. El
Ministerio de la Construcción entrega casas con piso de cemento pulido y
sin puertas o ventanas. Les llaman 'casas de bajo costo'.Solo la
perentoria necesidad de vivienda obliga a sus inquilinos a residir en ellas.

En La Habana existe una cadena de tiendas, llamadas Comisionistas, donde
se venden productos elaborados en industrias estatales. Jabones sin
envoltorios, juguetes plásticos, muebles y herrajes de plomería de
aterradora factura obligan a preguntarse por qué el diseñador no es
condenado a cadena perpetua.

La fealdad y mal servicio permean la sociedad cubana. Calles repletas
de baches, transporte urbano que no funciona, tiendas y restaurantes
estatales que pueden mutar a un pacífico ciudadano en un asesino en serie.

Si usted desea adquirir artículos con una mejor calidad y presentación,
tiene que pagarlo en divisas. Las mejores casas y urbanizaciones fueron
construidas durante 'la corrupta república mediatizada'. Barrios
elegantes como Miramar, Siboney o Cubanacán hoy están ocupados por
mandarines de la burguesía verde olivo. Personajes que promueven lo feo
para la plebe, mientras ellos residen en residencias hermosas. Al final
una revolución es eso: confiscar las propiedades de otros y adueñárselas
para sí.

El resto es un cuento de tontos.

Source: Diseños feos y mala elaboración: marca del socialismo cubano -
http://www.martinoticias.com/content/disenos-feos-mala-elaboracion-marca-socialismo-cubano/115588.html

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