No embargo, no habanos
Los puros cubanos continuarán siendo la "fruta prohibida" para los
estadounidenses durante algún tiempo, incluso si mañana se levantara el
embargo comercial y económico
Redacción CE, Madrid | 24/05/2016 9:03 am
En el caso de que el embargo comercial al Gobierno de La Habana se
levante en el futuro cercano, es probable que Cuba no esté preparada
para la venta de tabacos a Estados Unidos, informa The Wall Street
Journal Americas.
Entre 2009 y 2014, la cantidad de tabaco cultivado en Cuba disminuyó 65
%, a 8.795 hectáreas, y la producción anual descendió 21 %, a unas
20.000 toneladas, según los datos más recientes de la Oficina Nacional
de Estadística e Información de Cuba. La Isla exportó 91 millones de
puros en 2014, un declive de 58 % comparado con 2006.
Una tarde reciente, Frank Robaina observaba unas 20 hectáreas de
terreno, en su mayoría sin cultivar, cerca de sus propios campos. Solía
ser una de las plantaciones de tabaco de mayor calidad de Cuba. Ahora,
arbustos espinosos de unos 2,5 metros conocidos como marabú ahogan la
fértil tierra roja.
Robaina, miembro de una de las principales familias tabacaleras del
país, dice que tienen dos problemas: "recursos y pagos". Los
cultivadores no siempre reciben lo que requieren de las cooperativas
respaldadas por el Estado, como fertilizante, combustible y otras
necesidades. Y el Gobierno, que compra todo el tabaco producido, paga
muy poco en relación con otros cultivos, afirma.
El resultado, dice, es que muchos cultivadores han decidido que no vale
la pena sembrar tabaco.
La empresa estatal Tabacuba busca prepararse para el caso de que se
levante el embargo. Para ello ha implementado medidas para elevar la
producción, incluyendo pagos más altos por las hojas de tabaco secas y
capacitación para más trabajadores en el arte de enrollar puros a mano.
La meta es aumentar en 20 % la producción anual durante los próximos
cinco años, señala Inocente Núñez Blanco, copresidente de Corporación
Habanos S.A., una empresa conjunta entre el Gobierno cubano y la
tabacalera británica Imperial Brands PLC para comercializar en
exclusividad los puros cubanos en el resto del mundo. El ejecutivo dice
que la compañía se está esforzando para satisfacer el previsto aumento
de la demanda.
Es difícil calcular en cuánto y cuán rápido podría Cuba expandir la
producción. La mayoría de la tierra es arada con bueyes o tractores
fabricados en los años 40. Los fertilizantes deben ser importados de
Venezuela. A menudo, los despachos se demoran porque las cajas de puros
no llegan a tiempo, dicen trabajadores.
El gobierno compra toda la cosecha y la envía a unas 40 plantas donde
las hojas son enrolladas en puros para exportar. Habanos vende el
producto final alrededor del mundo. En 2000, Imperial firmó un acuerdo a
100 años para ser el socio exclusivo de Cuba, dice Fernando Domínguez,
director de la división de cigarros de alta calidad de Imperial. Ese
pacto podría limitar la capacidad del Gobierno de conseguir ayuda
extranjera adicional para impulsar la producción.
Por el momento, los cultivadores cubanos no están ansiosos por sembrar
tabaco. Miguel Veloz, que alquila un terreno, dice que siembra pepinos,
no tabaco, porque crecen el doble de rápido y generan 40 % más de
ingresos. Los cultivadores de verduras tienen permitido elevar sus
ingresos excediendo sus cuotas de siembra, una bonificación diseñada a
impulsar la producción en un país que importa más de 60 % de sus
alimentos. Los cultivadores de tabaco no pueden participar, dice Veloz.
El Gobierno cubano controla cada aspecto de la producción. Canaliza los
insumos que necesitan los cultivadores a través de las cooperativas
agrícolas, que, según los tabacaleros, establecen cuotas para los
miembros y retienen 2 % de los ingresos.
La familia Robaina ha sido fiel al tabaco. Después que Fidel Castro
llegó al poder, las grandes haciendas fueron nacionalizadas, pero
pequeños cultivadores como los Robaina pudieron mantener sus tierras
como parte de cooperativas. Otras familias empezaron a cultivar en
Nicaragua y Honduras.
Cosechar tabaco es agotador, por lo que es difícil encontrar
trabajadores. Hirochi Robaina, primo de Frank, paga 1.680 pesos al mes
(unos $70) a los recolectores, casi el triple del ingreso medio mensual
de la Isla, y da una bonificación de unos 125 pesos ($5) a los que no
faltan ni un día durante un mes.
Lo que más les preocupa a los Robaina es la producción. Los puros de
alta calidad se enrollan a mano, lo que en sí es un arte cuyo
perfeccionamiento requiere años.
En el tercer piso de la fábrica La Corona, en el centro de La Habana,
más de 300 trabajadores se sientan en mesas de madera enrollando tabaco.
Cada empleado produce alrededor de 100 puros al día. Mercedes Lores, de
51 años, gana entre $75 y $100 al mes, casi el doble de lo que gana un
profesional de la salud o un profesor, según ella y sus compañeros. De
hecho, muchos enfermeros y profesores prefieren dedicarse a enrollar tabaco.
Habanos tiene 140 tiendas Casa del Habano en el mundo. Luis
Sánchez-Harguindey, su copresidente, dice que cuando se levante el
embargo, planean abrir locales en las principales ciudades de EEUU.
Sin embargo, las normas recién anunciadas por la Dirección de Alimentos
y Medicamentos de Estados Unidos (DFA) pudieran mantener alejados los
puros cubanos del mercado norteamericano por lo menos dos años después
que se levante el embargo. E incluso entonces, los fumadores
probablemente no tengan acceso a todos los tipos de puros cubanos
disponibles en otros países, informa el diario Tampa Bay Times.
Según las nuevas normas de la FDA, los cigarrillos electrónicos,
vaporizadores personales y puros que entraron al mercado estadounidense
después del 15 de febrero del 2007, tienen que presentar informes
destallados de sus ingredientes y procesos de manufactura. Es un proceso
normativo similar a como la FDA norma al sector de los cigarrillos.
La FDA calcula que el proceso de solicitud debe demorar unas 1.700 horas
para los fabricantes de puros. La industria tabacalera dice que pudiera
llegar a 5.000 horas. Así las cosas, un informe completo pudiera demorar
un par de años.
De manera que si el embargo se levantara en 2017, por ejemplo, los puros
cubanos no podrían venderse hasta 2019. Y eso es si Habanos S.A.
comenzara el proceso con la FDA en el mismo instante que el embargo
quede sin efecto.
Los puros que ya se venden en EEUU pueden mantenerse en el mercado
durante el proceso, pero los nuevos no pueden venderse hasta que reciban
la autorización de la FDA.
Aunque algunas marcas de puros cubanos tuvieron presencia en el mercado
estadounidense antes del embargo, tienen que cumplir todas las nuevas
normas, dijo Haynes.
"La FDA no reconoce en las nuevas normas productos que se vendieron en
los años 1950 y 1960", afirma Bryan Haynes, socio del bufete de abogados
Troutman Sanders, de Atlanta, que representa a compañías tabacaleras.
Solo cerca de 3 % de los cigarros de alta calidad consumidos en EEUU son
cubanos, estiman expertos. Habanos, la empresa conjunta entre Cuba e
Imperial, ha proyectado que el fin del embargo elevaría ese porcentaje
hasta 30 %, lo que aumentaría en hasta 60 % sus ingresos, el equivalente
a $680 millones.
Richard Feinberg, experto de Latin America Initiative, un grupo
especializado de expertos del Brookings Institution, ha estimado que el
mercado estadounidense de puros pudiera inyectar unos $200 millones a la
economía cubana, aunque la proyección fue anterior a las nuevas normas
de la FDA.
Simon Evans, portavoz de la tabacalera Imperial Tobacco, con sede en
Londres y que es el aliado internacional de distribución de Habanos,
reconoció que la nueva política de la FDA significará obstáculos.
"No hay duda que las normas afectarán el mercado y harán aumentar
algunos costos operativos", dijo. "Sería tonto especular cuándo van a
levantar el embargo. Sin embargo, el equipo de Habanos sigue trabajando
duro para estar preparados cuando eso ocurra".
Los estadounidenses que visitan Cuba pueden traer puros para su consumo
personal, por un límite de $100, que fue una de las cosas autorizadas
por el gobierno federal en los últimos 18 meses.
Pero eso no significa mucho, dijo Borysiewicz. Una caja de puros habanos
de primera calidad cuesta entre $200 y $500.
Si el embargo se levanta, entonces las leyes estadounidenses que rigen
la importación de tabaco para uso personal desde Cuba serían las mismas
que para cualquier otro país, lo que significa aproximadamente 100 puros
con un valor máximo de $800.
Source: No embargo, no habanos - Noticias - Cuba - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/cuba/noticias/no-embargo-no-habanos-325625
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