Cuba espera el cambio tras la muerte de Fidel Castro
DANIEL LOZANOLa Habana@danilozanomadri
28/11/2016 07:16
Siempre juntos, pero tan distintos. Fidel y Raúl, el líder y el
político. En primera línea, con sus discursos interminables, el héroe
indomable de Sierra Maestra, el icono revolucionario que tanto influyó
durante medio siglo en todo el continente.En segundo plano, alérgico a
cámaras y micrófonos, un militar pragmático llamado a inspirar la
Revolución más allá de sus propias vidas. Una prolongación que tiene
fecha: febrero de 2018, mes en que acabará el segundo mandato de Raúl
Castro, quien en ese momento contará con 87 años.El pequeño de los
Castro asumió el mando sin complejos en 2006, convencido de que para
lograr su propósito, a fin de cuentas el mismo que compartía con su
hermano, había que profundizar unas reformas económicas que él mismo
sugirió tras el impacto del Periodo Especial a principios de los 90.
Pero que nadie se confíe: "Detrás de mí vienen más radicales", advirtió
en su día Fidel. Admirador del modelo vietnamita y, como si de un
alquimista del poder se tratara, Raúl mezcló sus reformas con el
continuismo de su hermano a una velocidad insuficiente para una
población ávida de cambios. La alargada sombra del gran líder impedía
cualquier experimento, incluso imponía un paso de tortuga con sus
consiguientes frenazos periódicos. Una a una fue despojando al país de
las cadenas 'orwelianas' impuestas por Fidel para atornillar su poder
supremo. Los cubanos por fin pudieron acceder a unos hoteles exclusivos
para los yumas [extranjeros] tal y como había cantado Pedro Luis Ferrer
en sus estrofas de los 90. "Mañana reservaré en el mejor hotel de La
Habana", decía el cantautor, quien seguramente todavía no podrá "invitar
con dinero nacional al extranjero", tal y como prometía en esa misma
canción. Después llegaron las aperturas para los teléfonos móviles, lo
que cambió el día a día de los cubanos pese a las tarifas carísimas.
También se posibilitó la compra venta de viviendas y vehículos, lo que
empezó a mover una economía parecida a los dinosaurios. Los famosos
almendrones -vehículos estadounidenses de los 50, auténticas maravillas
del pasado que han sobrevivido al paso del tiempo gracias al ingenio
cubano- se transformaron en taxis colectivos, que de forma legal
recorren las calles del país para aliviarlo del pésimo transporte
público.Raúl también abrió pequeñas puertas al mundo, al eliminar el
permiso obligatorio para viajar y al instalar decenas de puntos para
conectarse con el planeta a través del internet inalámbrico. Por
supuesto, ambas acciones limitadas por múltiples condicionamientos a los
que el cubano está tan acostumbrado tras medio siglo de Revolución.Todas
estas reformas acompañan a la más ambiciosa: el reconocimiento de los
'cuentapropistas' (trabajadores por cuenta propia) como parte esencial
del futuro económico, pese a lo que supone de embrión del tan odiado
capitalismo. Las "actualizaciones del sistema productivo", como las
definió el propio Raúl, sólo representan hoy el 5% del Producto Interior
Bruto. Más de medio millón de emprendedores pusieron en marcha el
alquiler de casas, cafeterías, restaurantes, tiendas de
telecomunicaciones y locales para reparar cualquier tipo de
electrodomésticos. Los taxis empezaron a surcar las viejas calles del
país y sus bicicletas llevaban a los turistas de un lado al otro del
Malecón.Todo ello a cambio de impuestos muy altos y restricciones
variadas, que han provocado incluso protestas callejeras. "La economía
cubana está empezando a cambiar", les dijo a la cara Barak Obama durante
su viaje, cargado de guiños para estos microempresarios, con los que
también se reunió. Todos ellos luchan por la creación de un mercado
mayorista, y por la unificación de las dos monedas: el peso cubano y el
peso convertible."Soy un superviente de la guerra de Angola, del Mariel
y del Periodo Especial. Y de la cosa ésta que vino después", resumió el
cazazombies Juan de los Muertos en su hilarante película, un The Walking
Dead cubano que, mientras te mueres de la risa, golpea con sus críticas
sociales.La cosa que vino después "todavía no es el tractor que tira del
resto del país", describe el politólogo Armando Chaguaceda, quien no
duda un segundo cuando hace balance de la suma de reformas para asegurar
que han mejorado la vida de los cubanos. La ampliación del
cooperativismo y la concesión de más créditos bancarios también figuran
marcados en rojo en la agenda de Raúl.Un camino económico nuevo junto a
la vieja autopista de la economía socialista, marcado ahora por una
nueva paradoja. La muerte de Fidel posibilita la profundización de las
reformas pero tal vez llega demasiado tarde. Obama, el gran aliado del
deshielo histórico, ha comenzado la mudanza de la Casa Blanca para que
su nuevo inquilino, Donald Trump, devuelva a Washington a la política
más dura de los republicanos. La reacción del nuevo presidente tras la
muerte del líder máximo predice el regreso a la tensión permanente.
Source: Cuba espera el cambio tras la muerte de Fidel Castro | Cuba | EL
MUNDO -
http://www.elmundo.es/internacional/2016/11/28/583b448922601dbb658b4592.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario